El mensaje de la Pascua y del Resucitado es este: Hay vida para todos, y aunque me maten siempre lo diré: El Padre os ama y todos estáis salvados
(Sor Lucía Caram).- Cuando el obispo Pere Casaldàliga ponía en valor sus causas por encima de su propia vida, no hacía más que decir una verdad más grande el mismo Mato Grosso en el que vive y que es testigo de su lucha, de su compromiso y de su amor ilimitado por la vida de las personas y la vida del Planeta, que son, en definitiva sus causas.
«Mis causas valen más que mi vida«, y no porque la vida de este pequeño-gran profeta sea insignificante, ¡todo lo contrario, sino porque su causa es la causa de la humanidad, del Planeta; es la causa de la justicia y de la paz, es la causa del sueño de una humanidad reconciliada; es la causa de todos. Sin duda es la que se inauguró en el Evangelio, cuando alguien proclamó con voz altra y clara las Bienaventuranzas del reino.
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