Manifiesto de la Iglesia de Base de Madrid

Por una Iglesia pobre, libre y solidaria

Reclaman la autofinanciación de la Iglesia y la supresión de las dos casillas del IRPF

Por una Iglesia pobre, libre y solidaria
Iglesia de los pobres

El privilegio, el poder y las riquezas patrimoniales son contrarios al evangelio

(Iglesia de Base de Madrid).- I.- INTRODUCCION. La inquietud y el malestar que, como cristianos, nos está produciendo el insólito espectáculo de ver como nuestro país se empobrece y los ajustes caen especialmente sobre los más débiles mientras la Iglesia Católica (IC) es la única instancia a la que no llegan los recortes, la única (salvo las grandes empresas, bancos y demás) que no paga algunos impuestos como el IBI, es un escándalo difícilmente soportable para nosotros, que aun creemos en Jesús de Nazareth, cuyo recuerdo y cuyo mensaje la IC se encarga de enturbiar, entorpecer y ocultar, cada vez con más eficacia no exenta de cinismo.

Los cristianos de base y muchos otros que tienen su mirada puesta en Jesús y en los más pobres, como su más genuina encarnación e imagen, somos los que, con más fuerza tenemos que exigir una iglesia pobre y solidaria y denunciar con fuerza la actitud de la IC en España, blindada en sus privilegios mientras la mayoría de la población se ve despojada de sus derechos, de sus salarios y en muchos casos, hasta de sus viviendas.

Este es el marco en el que se inscribe este año la Campaña de la Renta, que no podemos dejar pasar sin exigir de la IC que renuncie a sus privilegios fiscales, se desprenda de sus riquezas y aprenda a vivir en la austeridad. Para colaborar en esa dirección invitamos a todos a NO marcar la casilla de la IC en nuestra declaración de la

II.- MARCO ACTUAL DE LA CRISIS

Este año 2012, la declaración de la renta, el IRPF, se sitúa en un contexto extremadamente duro para las clases populares. Se van a aprobar unos ‘Presupuestos de guerra’ que sólo van a originar profunda recesión económica en beneficio de los Mercados financieros, es decir del capital; se plantean recortes de 10.000 millones de euros en servicios públicos de primera necesidad, como la Sanidad o la Educación;

Se promueve una subida de impuestos que castiga a los ciudadanos y no penaliza a las grandes fortunas; se elimina la subida anual de pensiones y salarios; se promulgan leyes sobre horarios comerciales de apertura que solo favorecen a las grandes superficies; se utiliza nuestro dinero para reflotar los bancos y cajas que nos desahucian de nuestras casas, y cuyos directivos se han lucrado a nuestra costa de manera desmesurada, para después regalárselas a las entidades que mas beneficios tienen. Y por último, se decreta una draconiana reforma laboral, impuesta desde la Unión Europea.

Frente a ello hemos asistido a una convocatoria de huelga general, muy seguida por la mayoría de la ciudadanía, en algunos sectores industriales, en transportes, etc. Siguen las movilizaciones y la indignación colectiva sube en intensidad. La crisis es global, es internacional, y sólo caben soluciones globales, planetarias.

Nuestra visión no se puede reducir al espacio español, o europeo. Ha habido recortes para todos los estamentos, menos para la Iglesia Católica. El contraste es escandaloso: mientras el Ministerio de Defensa recorta su Presupuesto en un 8,8%, el Ministerio de Educación lo hace en un 21,2% (830 millones € menos) y el de Sanidad se reduce en un 13,7% (365 millones € menos). Y en contrapartida, se establece una amnistía fiscal para los defraudadores, que puede llegar a 60.000 millones €, y no se tocan los impuestos a las grandes fortunas ni a las grandes empresas.

Apenas se hacen recortes a la Casa real (un 2,01%) y nada a la Iglesia Católica (0,0%). La IC sigue con sus privilegios. Prometió autofinanciarse a partir del año 1983, tres años después de firmar los Acuerdos Santa Sede- Estado español, y no solo no se autofinancia, sino que el Estado continúa aportando miles de millones para su sostenimiento.

III.- LOS DINEROS DE LA IGLESIA

El montante económico del que dispone la Iglesia Católica cada año es difícil de concretar, dada la opacidad en la que se mueve la Institución. No obstante, mediante aproximaciones sucesivas y cruzando informaciones de diversas procedencia, se puede afirmar que ese montante es de más de diez mil millones de euros. Es decir, que equivale a los últimos recortes que el gobierno acaba de hacer en dos de los pilares principales del llamado estado del bienestar, la Sanidad y la Educación.

En éste contexto de austeridad que se nos presenta cada día, resulta llamativo que nadie haya planteado seriamente un recorte a las subvenciones de la Iglesia. (No olvidemos que estamos en un Estado aconfesional).

Como podemos ver, la crisis económica no afecta a la Iglesia Católica que sigue viviendo en un paraíso fiscal y gozando del privilegio de inscribir propiedades a su nombre cuando no están registradas. Se impone realizar un censo de las propiedades eclesiásticas e incorporarlas al impuesto. Mantener éste estatus no conduce a nada positivo y por el contrario representa una discriminación injustificable frente a otras confesiones religiosas y frente al conjunto de los ciudadanos. Las confesiones religiosas deben siempre autofinanciarse con las aportaciones voluntarias de sus fieles.

IV. – Nuestra PROPUESTA

El camino hacia una Iglesia pobre y solidaria requiere múltiples esfuerzos, todos ellos orientados hacia la AUTOFINANCIACIÓN. Nuestras propuestas en el caso que nos ocupa, el de la Declaración de la Renta, se concreta en dos puntos:

A) Ante el Gobierno y el Parlamento: *ELIMINAR LAS CASILLAS DE ASIGNACIÓN TRIBUTARIA voluntaria, tanto la de la Iglesia Católica como la de “Fines sociales”.

B) A todos los ciudadanos: *NO MARCAR NINGUNA DE LAS DOS CASILLAS CITADAS en nuestra Declaración de la renta. Porque seguir usando estas casillas implica:

–Reducir una parte de nuestros impuestos, pues una parte de lo recaudado de los contribuyentes que marcan la casilla, se detrae (resta) de la bolsa común para la solidaria financiación de los Servicios Públicos que todos necesitamos: Sanidad, Educación, Dependencia, Desempleo, Infraestructuras y transportes públicos…etc.

–Aumentar la discriminación ya existente respecto a otros ciudadanos de creencias no católicas o de convicciones no religiosas

–Respaldar a la Iglesia Católica que sigue beneficiándose con más de 10.000 millones de Euros a costa de los Presupuestos del Estado, un dinero que es de todos y se concede a los católicos, privando de atención a otras necesidades comunes y de mayor urgencia.

En un momento de crisis tan grave como la que hoy vivimos, en medio de los brutales recortes que se acometen hoy contra la sanidad, la educación, la atención a los dependientes…, mantener intocable ese privilegio es una inmoralidad mayor. Así, por ej., los 900 millones que el gobierno ha suprimido de la Ayuda a la Cooperación (lucha contra la pobreza en el mundo) se podrían cubrir con los más de 1000 millones que se recaudarían si la Iglesia pagara el IBI de sus inmuebles y propiedades.

La casilla de “fines sociales” es contradictoria con el espíritu de la democracia. Pues tales “fines sociales” no son ‘obras de caridad a cargo de ONG, sino de justicia social’. En una democracia son una cuestión de Estado, y a éste le corresponde atenderlos a través de los Presupuestos públicos, controlados por el Parlamento, no de forma opaca ni en función de la discrecionalidad de unos u otros ciudadanos.

Por todo ello, reclamamos la eliminación de las citadas casillas en el IRPF

Para los cristianos, la solidaridad radical con el necesitado y la pobreza evangélica son señas de identidad. El privilegio, el poder y las riquezas patrimoniales son contrarios al evangelio. Nuestra fidelidad al mensaje de Jesús en este terreno nos impele a seguir reclamando la Autofinanciación de la Iglesia Católica, sin recurrir a privilegios del Estado. ¡POR UNA IGLESIA POBRE, LIBRE Y SOLIDARIA!

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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