No me extraña que en las diócesis que se han visto más afectadas por este proyecto los obispos hayan dado su voz de alarma
(Jesús Bastante).- Y Rouco, al fin, habló. A preguntas de RD, el cardenal de Madrid se refirió al complejo de Eurovegas, señalando que «Jesús anunció el evangelio en todo lugar, y en el momento culminante, en la cruz, incluida la conversión personal y colectiva. Si llega a hacerse, pues también habrá que ir a Eurovegas«, recalcó durante la presentación de «Misión Madrid», el gran proyecto de la diócesis para la evangelización urbana.
Sobre el complejo que se ubicará en la Comunidad de Madrid, Rouco admitió que se trata de «un proyecto de desarrollo turístico, tiempo libre, de juego, y los peligros y riesgos que van unidos a estos proyectos o complejos de tiempo libre son bien conocidos«. En este punto, apuntó riesgos «de carácter laboral que afectan a bienes sociales importantes».
Aunque el territorio donde se ubicará Eurovegas (Alcorcón o Paracuellos) pertenece a las diócesis de Getafe y Alcalá (cuyos obispos sí que han mostrado expresamente su rechazo al proyecto), Rouco apuntó que «no me extraña que en las diócesis que se han visto más afectadas por este proyecto los obispos hayan dado su voz de alarma».
Sin criticar expresamente a Esperanza Aguirre, el presidente del Episcopado reclamó que «la autoridad pública tiene una responsabilidad muy grande a la hora de legislar sobre estos lugares, de tal modo que prevengan de forma eficaz esos peligros, que son conocidos. Y a nosotros nos toca seguir con el esfuerzo de la formación de las nuevas generaciones en la línea del desarrollo personal y humano, de la riqueza que supone el deporte, el arte… Con Eurovegas o sin Eurovegas lo tenemos que hacer», añadió Rouco, quien insistió en que «los riesgos de Eurovegas también los tenemos presentes en el conjunto de la realidad ciudadana de casi todas las ciudades europeas. Una razón más para un esfuerzo de pedagogía personal y de evangelización. Si un día llega a hacerse, pues habrá que ir a Eurovegas«.
«El Evangelio se anuncia de forma directa, si no, no se hace» proclamó esta mañana el cardenal de Madrid, Antonio María Rouco Varela, durante la presentación de la «Misión Madrid», el gran plan pastoral para la Archidiócesis como fruto de la JMJ, que lleva por lema «Servidores y Testigos de la Verdad». «La fe se ha encarnado».
Una fe que se vive en un contexto de crisis. Aunque no quiso profundizar en la cuestión, Rouco Varela sí que quiso dejar claro que «no es una simple crisis social, sino una crisis espiritual de enorme trascendencia que afecta a los jóvenes que no encuentran trabajo, y a familias enteras». ¿Cómo afrontar esta situación? «Para resolver esta crisis, a medio y largo plazo necesitamos una renovación de las conciencias».
Por su parte, el obispo auxiliar de Madrid y coordinador del proyecto, César Franco, indicó que «no comprometerse en el mundo de hoy es ser culpable, porque la Iglesia es misión«. En cuanto a Misión Madrid, Franco hizo hincapié en la presencia en las parroquias, la acción social, la actividad cultural y las redes sociales. En lo educativo, destacó el papel primordial que jugará la Universidad San Dámaso. «La fe no es para vivirla en la sacristía, sino también en la calle, en las manifestaciones culturales. Queremos llegar a toda la sociedad madrileña sin excepción, acercándonos especialmente a los que dudan, a los que no tienen fe, a los que se preguntan… Todos somos responsables de nuestros hermanos».
Ángel Matesanz, secretario general de la Misión Madrid, explicó las acciones específicas de este proyecto. «Todos, llamados a ser servidores y testigos de la Verdad», añadió, incidiendo en tres puntos. El primero, conocer mejor a Jesucristo «que es la verdad y la fe de la Iglesia». «Tenemos que empezar por acoger nosotros mismos el Evangelio». En este punto, arrancará un proceso de formación de catequistas en todas las parroquias de la Archidiócesis, peregrinaciones a la catedral o la participación de jóvenes en la JMJ 2013.
El segundo punto aborda la necesidad de anunciar a Jesucristo a los que no tienen fe, centrado en la misión en la calle, las universidades, los ámbitos culturales… «La Misión Madrid la realizamos los católicos de Madrid», recalcó Matesanz. Habrá conferencias y diálogos, seguramente con una conferencia mensual, sobre Dios. También visitas a museos, para recalcar cómo la fe ha quedado plasmada en el arte. El cine también será protagonista, con el festival «Madrid al cielo».
El tercer bloque «Hacer sentir a los necesitados el amor de Jesucristo», en tres niveles: la difusión de la DSI, «no suficientemente conocida»; campañas de información y sensibilización para mostrar «los caminos posibles para organizar la economía de acuerdo con la doctrina social. Eso es posible»; y las acciones concretas de solidaridad y servicios en parroquias y asociaciones apostólicas. En este punto, Cáritas será una de las organizaciones líderes.
Finalmente, José Miguel de la Peña, diseñador, explicó la identidad corporativa de la Misión Madrid. El logo es «deliberadamente sencillo y contemporáneo». La «m» y la cruz en la parte superior. «La ‘m’ es el lugar común que comparten ‘Misión’, ‘Madrid’ y ‘María'». La cruz, que representa a Cristo y a su Iglesia, «es sumatorio, queremos involucrar a todas las realidades, y es exponencial, potencia y multiplica la acción de la misión. Cristo es el verdadero protagonista de la misión».