Nos sobra prepotencia, vanidad, violencia, afán de poder y de prestigio, ganas de poseer y de dominar
(Ángel Moreno, de Buenafuente).- ¡Extrañas paradojas las que hoy nos propone la Palabra! De natural no nos nace servir para ser importante, más bien creemos que se nos debe servir, tener en cuenta y que se nos agasaje, por creernos importantes.
La contemplación de la vida de Cristo no se debe quedar en admirar lo que Él hizo por nosotros. Su modo de actuar es revelador de plenitud, y quien fascinado por el ejemplo de Jesús entrega su vida, la gana.
La mirada al momento en el que acontece la Redención del mundo, cuando Jesús hace el gesto supremo de su entrega en manos de su Padre y derrama su Espíritu, se convierte en trono de gracia, por ser el mayor gesto de amor.
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