"No podemos salir de la crisis a codazos y pisotones, sino salir juntos. Todos somos hijas e hijos de Dios"
(Jesús Bastante).- «Estamos al borde de un gran estallido social, y esto sólo se combate desde los valores». El diputado socialista Rafael Simancas abrió esta mañana el Foro Tender Puentes de Madrid, que se está celebrando en el Colegio Mayor Chaminade y que tiene a la crisis y el papel de las religiones como eje.
«En mitad de la crisis, cuando las respuestas de toda la vida fallan, toca hablar de valores», proclamó Simancas, acompañado en la mesa por el Coordinador Federal de Cristianos Socialistas, Carlos García de Andoin.
En la apertura del acto, Simancas agradeció el trabajo llevado a cabo por los cristianos dentro del PSOE y en la sociedad. «Se avanza mucho más tendiendo puentes que cavando trincheras. Y más hoy, que todos parecen apostar por las trincheras».
Para Simancas, es imprescindible regresar a los valores, a los principios, porque «nos recuerdan quiénes y para qué somos, pero sobre todo hacia dónde vamos».
En cuanto a los valores socialistas, el diputado socialista incidió en la necesidad de «recuperar nuestro rumbo» e hizo un llamamiento a «una renovación de fondo» en las políticas y actitudes de los partidos, espcialmente del suyo, en un momento en el que no aparecen alternativas a las medidas neoliberales adoptadas por el Gobierno para tratar de salir de la crisis.
El ex líder del PSM fue sumamente crítico con la actual situacion política, cuestionando la legitimidad democrática de algunos planteamientos del sistema político y social. «Hay un problema que está generando una crisis más allá de las instituciones, una crisis que es sistémica«. ¿Qué nos pasa? se preguntó. «Nos falló la coherencia y la eficacia», estimó Simancas, responsable de la secretaría de formación de los socialistas.
Por su parte, García de Andoin apuntó que la globalización tuvo como efecto imprevisto una «repolitización de la religión», que «favoreció formas fundamentalistas de la religión en las diferentes religiones», frente al resquebrajamiento provocado por las distintas crisis.
En este punto, se preguntó si «esta crisis, financiera y economica que todo lo invade y lo somete, va a tener algún impacto en el actor religioso, si va a modificar la relación de la religión y la esfera pública».
«Una de las revelaciones de la crisis es que pone en cuestión el modelo de crecimiento y nos exige gnosis, a la vez que eleva a unos, exige el ‘abajamiento’ de los otros», apuntó García de Andoin.
El grave problema es que no baja a todos por igual, sino que «ensancha las fallas de la desigualdad». «No es lo mismo pensar la crisis a escala nacional que a escala mundial», recalcó, apuntando que «no podemos salir de la crisis a codazos y pisotones, sino salir juntos. Todos somos hijas e hijos de Dios, somos iguales, y esa ha sido la gran aportación del monoteismo a la Humanidad y su prueba definitiva: el amor al extraño, al extranjero».
La crisis «tiene algo de experiencia religiosa», y es «ocasión de revisión y llamada a la conversión. Pero las interpretaciones son diferentes». En este punto, diferenció las visiones desde el Estado, las autonomías y los nacionalismos.
Para la Iglesia, «la única solución es la vuelta a Dios». Desde otros lares sociales, la culpa es de la política. «Para el socialismo, de momento nos las dan todas. En torno a la crisis, se está librando una gran batalla».
En este contexto, el papel de la religión puede ser importante en la rearticulación de la sociedad y la política en mitad de «la devastación de esta crisis». Citando al Papa, Andoin recalcó que «hay un límite entre la lógica del don y la del mercado«. «Las religiones pueden ser un muro de contención contra esto, siempre que sean proféticas».
Finalmente, el político socialista reivindicó los primeros años de Gobierno Zapatero y su papel en la ética, aunque lamentó cómo acabó por entenderse mal un laicismo que no entendiera el valor de lo religioso. «Ciertos sectarismos de grupo», resaltó. «La crisis nos oblliga a volver a los fundamentos».
El Foro Tender Puentes de Madrid lleva varios años organizando este tipo de encuentros para reflexionar y aportar, desde el hecho de la diversidad religiosa, políticas y propuestas para alcanzar una agenda contra la crisis, desde un ecumenismo posible, dialogando sobre la importancia de las relgiiones en las políticas sociales y la cohesión social.