La gran valoración del Papa es que se dio cuenta de los problemas, los advirtió, los asumió y puso las bases para su solución
(Jesús Bastante).- El cardenal y arzobispo emérito de Sevilla, Carlos Amigo, participará en pocas semanas en su segundo cónclave, el que elegirá al sucesor de Benedicto XVI.
«¿Y si fuera usted el elegido, qué haría?«, le preguntamos anoche, durante una entrevista en profundidad en el canal 24 horas de TVE.
«Me caía muerto aquí mismo«, fue su respuesta.
Más allá de quien sea el nuevo Papa, el purpurado se muestra convencido de que «Dios nos va a dar el Papa que necesitamos«.
Un pontífice que no debe tener, en su opinión, un perfil determinado, pues «no sabemos el perfil que tiene Dios».
Amigo recuerda «con temor y temblor» su participación en el anterior cónclave, del que salió elegido Joseph Ratzinger.
Y aunque no hace pronósticos, vaticina una elección breve, pues «todos nos conocemos y nos hemos tratado en las distintas congregaciones«.
Sobre la renuncia de Benedicto XVI, Carlos Amigo sostiene que «el Papa ha sido coherente y fiel a la misión encomendada«, destacando que Ratzinger se apartó cuando sintió no poder seguir cumpliendo «adecuadamente» su ministerio.
En cuanto a la futura posición del actual Pontífice, el cardenal asegura que «será el obispo emérito de Roma«.
¿Qué balance puede hacerse del pontificado de Benedicto XVI? Amigo, que en su día pronosticó que Ratzinger «nos daría sorpresas», reconoce que ésta última, la de su renuncia, «no nos la esperábamos, por más que el propio Papa apuntara esa posibilidad en ‘Luz del Mundo'».
«La renuncia de este Papa es de una nobleza extraordinaria», destacó el cardenal, quien frente a los que apuntan el retroceso de la Iglesia católica en el mundo, «aumenta el número de bautizados, y hoy, en la boca de todos los dirigentes, está el Papa Benedicto XVI«.
«La gran valoración del Papa es que se dio cuenta de los problemas, los advirtió, los asumió y puso las bases para su solución», destacó Carlos Amigo, quien no obstante reconoció que «algunos problemas -en referencia a la pederastia, el Vatileaks o las luchas en la Curia- no se resuelven en cinco años…»
«¿Fracaso? Tal vez algunos puedan hablar de fracaso a corto plazo. Pero la historia reconocerá a Benedicto XVI».