Sabemos que Dios siempre nos ofrece el perdón, pero precisamente porque nos sentimos perdonados, hemos de asumir también la responsabilidad y las consecuencias de nuestros actos
«No me lavo las manos; el tribunal (eclesiástico) actúa en mi nombre y hago mía su decisión». El obispo de Mallorca, Javier Salinas, escribe hoy en su blog sobre la expulsión del sacerdocio de Pere Barceló por pederastia que como prelado de la diócesis no se siente al margen de este asunto.
Monseñor Salinas afirma que para él es «muy dura» la sentencia eclesiástica al pensar en la persona del sacerdote implicado, pero «sobre todo por las víctimas», que en ocasiones son «las más olvidadas»
El obispo manifiesta que, aunque es verdad que tiene una «relación particular» con Barceló al ser parte del presbiterio diocesano mallorquín, el sacerdote expulsado ha tenido una actuación que «no es correcta».
Aunque en la cultura cristiana, argumenta el prelado, se cree en el amor y en la misericordia, los actos de unos tienen en repercusión en los otros y, en ocasiones, «generan dolor, muerte e injusticias graves…»
«Sabemos que Dios siempre nos ofrece el perdón, pero precisamente porque nos sentimos perdonados, hemos de asumir también la responsabilidad y las consecuencias de nuestros actos», afirma el obispo.
(Rd/Agencias)