Giñ Hellín dice que el Papa, quien le ha recordado que quiere una Iglesia "más misionera"
Los «brotes de intransigencia» en el Islam preocupan pero no en exceso al arzobispo de Valladolid y vicepresidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez, ya que no son pauta en ese credo, ha dicho esta tarde en Burgos durante la apertura de la 66ª Semana de Misionología.
El asunto, a juicio de Blázquez, radica en que en algunos momentos puntuales la fe islámica se mezcla con la política y con otras cuestiones y se «radicaliza».
Desde hoy y hasta el 11 de julio, la 66ª Semana de Misionología analizará como tema monográfico «La Iglesia perseguida» y se centrará en analizar la situación en algunos lugares «especialmente delicados», ha explicado el Arzobispo de Burgos, Francisco Gil.
Durante la apertura, monseñor Gil ha informado de que hoy mismo ha regresado de Roma, donde ha celebrado un encuentro con el Papa, quien le ha recordado que quiere una Iglesia «más misionera».
El director de las Obras Misioneras Pontificias, Anastasio Gil, ha reconocido que existen lugares «más complicados para los misioneros, entre los que ha citado Egipto, Argelia, Marruecos, Túnez, Nigeria y China, aunque ha llamado la atención sobre los «mártires silenciosos», como se ha referido a los 14.000 misioneros españoles que hay en este momento en diversas partes del mundo.
«Algo nos faltaría si nos faltaran mártires», afirmó monseñor Ricardo Blázquez, encargado de abrir la Semana de Misionología. Tras enumerar las épocas de persecución y martirio de la historia de la Iglesia explicó que martirio significa testimonio, tanto de palabra y de obra. El primer mártir fue Jesucristo y, según su ejemplo, miles de cristianos han entregado su fe con alegría a lo largo de los siglos. «Llama la atención la correspondencia que existe entre las actitudes de los mártires de los primeros siglos y las actitudes de los mártires de hace unos setenta años».
«El mártir cristiano no es un desesperado que renuncia a continuar viviendo, ni un ‘kamikaze‘: ama la existencia y muere perdonando». Y es que el martirio sólo tiene sentido a la luz de la Resurrección de Cristo, que le da un sentido sobrenatural. «El martirio es como un control de calidad del cristianismo», afirmó el obispo, y subrayó que es un antídoto contra el relativismo y la cultura actual, en la que nada es absoluto. Es más, según explicó, el martirio nos interpela, para ver si estamos dispuestos a entregarnos hasta el final.
El obispo subrayó que la Iglesia no promueve las causas de canonización de los mártires para abrir heridas, sino para conservar su memoria. «No se beatifica ni canoniza a un cristiano contra nadie, sino para trabajar por la reconciliación y la paz. Monseñor Blázquez recordó a mártires como Maximiliano Kolbe, martirizado en un campo de concentración nazi o Santa María Goretti, que murió defendiendo su castidad. Pero también ha recordado a tantos mártires silenciosos que están hoy dando su vida: «Quiero agradecer a tantos misioneros que en situaciones muy complicadas son testigos del Evangelio».
Martirio, «actualidad sangrante»
Francisco Pérez Herrero, decano de la Facultad de Burgos, ha explicado en rueda de prensa el programa de la Semana de Misionología de Burgos, y ha subrayado que el martirio es un tema especialmente actual, de cara a la beatificación de los mártires en Tarragona el próximo 13 de octubre.(RD/Agencias/OMP)