Francisco está dejando las cuestiones dogmáticas para los teólogos y las reivindicaciones para nosotros, creyentes y comunidades
(Luis Ángel Aguilar Montero, en Redes Cristianas).- Más de 80 creyentes, pertenecientes a la iglesia de base española hemos celebrado durante 10 días las tradicionales «Vacaciones comunitarias CCP» que desde hace mas de 30 años venimos desarrollando por toda la geografía española y que en esta ocasión hemos podido disfrutarlas en una residencia universitaria situada en el mismo centro de Pontevedra.
Como ya es habitual mujeres y hombres de las comunidades cristianas populares de todo el estado español, de cristianos por el socialismo, de Vanguardia Obrera, de parroquias abiertas o de la coordinadora de creentes galegos, hemos llegado desde Madrid, Valencia, Sevilla, Toledo, Talavera, Albacete, Valladolid, Jaén, Linares, Murcia, Málaga, Pamplona, A Coruña, … Y justo es confesar que hemos pasado unos maravillosos días en los que -como siempre se pretende- se han hecho realidad esos principios fundacionales de: vivir todos junt@s, de una manera austera, aunando el ocio y el descanso, el compartir la Fe y la experiencia comunitaria o los diversos compromisos temporales, y, además, «estando Jesús en medio».
Vivir el final de las fiestas patronales de Pontevedra, pasear por sus calles, rodear su ría, o probar sus manjares, orar juntos un ratito cada mañana, viajar al norte y al sur de las rías baixas, celebrar veladas literarias y festivas, danzar, hacer yoga o compartir tertulias y mesas redondas la mar de diversas, han configurado el contenido de unos días de descanso, nada habituales en nuestra sociedad que, lejos de las sesudas jornadas de trabajo, encuentros o congresos de teología, dejan un muy buen sabor entre la gente de la muy viva iglesia de base española que asiste año tras año.
Especialmente en esta edición, son dignos de destacar 4 actos en los que nos hemos acercado a la realidad gallega que es la que nos acogía este año.
El primero, sobre la memoria histórica al vivir el 77 aniversario de la muerte de un buen hombre, nacionalista, católico y republicano gallego, para más señas, que hizo por su tierra natal mucho más que esos infaustos líderes gallegos, tan injustamente enaltecidos y que deberían estar en los peores penales y cárceles del olvido. Se llamaba Alexandre Bóveda y hoy tendría, si viviera, 110 años; pero la intolerancia, el envilecimiento y la sinrazón segó a sus 33 -a golpe de cobarde fusil- una vida generosa que como decimos, hizo tanto por el nacionalismo gallego, su independencia y su honor. En el cementerio de Pontevedra y en el paraje de A Caeira en Poio pudimos estar con quienes allí le recordaron.
El segundo, sobre la realidad social (desahucios, 15-M, preferentes, …) nos vino de la mano del conocido activista gallego Nicanor Acosta «el manifestante que está en todas las causas» según la prensa gallega y que encantado de volver a ser acogido por una Iglesia que no excluye y acoge la diversidad y el compromiso, nos acompañó 4 días de permanente encuentro, compartiendo su apuestas de vivir la radicalidad evangélica desde las causas de los últimos de la sociedad.
El tercero, sobre la nueva realidad política de la unión de las izquierdas que tanta esperanza ha despertado en este pueblo tradicionalmente gobernado por la derecha más rancia de este país y que de la mano de Yolanda Diaz, viceportavoz de la Alternativa Galega de Esquerda (AGE), nos contagió esa utopía que es hoy la unión de tanta gente indignada. Por eso, ante la situación de emergencia nacional que está suponiendo el paro, los desahucios y el hambre, unidos a la cuasi generalizada corrupción política del stablishment neoliberal, aquí en Galicia ya logró unir inicialmente e in-extremis, a 4 grupos políticos, que seguramente llegarán a ser más, con el objetivo de parar este secuestro de la democracia al que nos tienen sometidos los mercados y a quienes, obedeciéndolos, son capaces de ayudar a la banca y empobrecer al pueblo.
Finalmente, la realidad teológica tuvo un magnífico momento con la presencia de Andrés Torres Queiruga, profesor de Teología y de Filosofía de la Religión en la Universidad de Santiago uno de los mas valiosos representantes de la teología contemporánea de este país quien en su día fuera tan injustamente censurado por la jerarquía española sin la mínima seriedad teológica exigible y sin el más mínimo rigor, como él mismo reconoció. En una magnifica tertulia con las comunidades cristianas respondió a las cuestiones de actualidad que se le plantearon, entre las que no faltaron las referentes al Papa Francisco de quien destacó que está haciendo lo que debe para el objetivo que se ha propuesto y que no es otro que «reformar la curia». Acertadamente a su juicio, Francisco está dejando las cuestiones dogmáticas para los teólogos y las reivindicaciones para nosotros, creyentes y comunidades.
Según Queiruga, el Papa no puede hacer todo lo que quisiéramos o él mismo deseara, pero, si tiene que gobernar la Iglesia y proponer un verdadero aggiornamiento, tiene que medir los tiempos, como cualquier buen gobernante. El mismo, empezó una cierta revolución desde el principio, predicando con el ejemplo, y por el momento, no debe entrar en cuestiones dogmáticas por trasnochadas que sean, para no echarse a media iglesia en contra. «La actitud de Francisco es una auténtica revolución, un vendaval de Espíritu renovador y su misión es renovar el estilo de convivencia y de gobierno». Queiruga nos trasmitió la percepción de que este Papa «se está dedicando a cambiar el clima, pero las aplicaciones concretas ya vendrán después«
Con el gozo del disfrute común de esta alternativa al consumo vacacional desmedido (cada vez menor por la injusta y mal gestionada crisis) y con el unánime agradecimiento a la comunidad que organizó este año el evento, quienes perfectamente aunaron trabajo desinteresado, acogida fraterna y talante de servicio, dejamos pública constancia para el conocimiento -y ojalá que también el seguimiento- de quienes todo esto pueda interesar.