El diálogo con todas las instituciones es la única vía para asegurar pacíficamente el modelo de sociedad que decidan los ciudadanos, un modelo que no puede ser excluyente
La víspera de la Diada, el abad de Montserrat, Josep Maria Soler, opina que es necesario «conocer la opinión de los catalanes«, pero remarca que debe encontrarse «el camino del diálogo» y «un consenso lo más amplio posible para resolver la situación de una manera razonable y constructiva».
Con motivo de la celebración mañana de la Diada Nacional de Cataluña del 11 de septiembre, «ante el deseo y el derecho de una buena parte de los ciudadanos de ser consultados sobre el futuro del país», el abad se ampara en la doctrina social de la Iglesia para manifestar «el deseo de que Cataluña pueda ver reconocidos y protegidos sus derechos nacionales«.
El abad de la comunidad benedictina afirma en una nota pública que mantiene «la esperanza de encontrar caminos de diálogo más efectivo y de un consenso lo más amplio posible para resolver la situación de una manera razonable y constructiva. Es un trabajo a nivel social, económico y cívico que ha de hacer toda la sociedad, y que requeriría necesariamente conocer la opinión de los ciudadanos».
«A través de la consulta -añade el monje benedictino- se puede llegar a tener un conocimiento real y objetivo». «Las objeciones legales no pueden ser nunca una excusa para rechazar el diálogo y, por lo tanto, se debe trabajar y apostar por la cohesión social, hacer un gran esfuerzo y una gran pedagogía para evitar una posible fractura social que sea irreparable y que deje heridas abiertas», ha añadido el abad.
Para Josep Maria Soler, «el diálogo con todas las instituciones es la única vía para asegurar pacíficamente el modelo de sociedad que decidan los ciudadanos, un modelo que no puede ser excluyente».