Las discusiones no se arreglan con la fuerza, porque además ha quedado demostrado históricamente que el más fuerte siempre termina perdiendo. Es mejor un mal acuerdo que una guerra
(José Manuel Vidal).- Ricardo Saez de Heredia es el Abad de la Cofradía de la Virgen Blanca de Vitoria. Desde el Museo del Rosario de los Faroles, nos habla de la festividad de la Virgen, «expresión de la devoción del pueblo vitoriano», y de otras muestras del Patrimonio Inmaterial de Vitoria como lo son las «vecindades».
«En Vitoria en los siglo XVII y XVII había colectivos de vecinos que vivían de una manera comunitaria, muy solidaria y participativa», explica Sáez de Heredia, quien piensa que esa forma de ayuda mutua es imprescindible para nuestra sociedad actual: «El siglo XXI será el siglo de la solidaridad, o no será«, afirma.
Estamos en el Museo del Rosario de los Faroles, ¿qué es y cuántos años tiene?
Es la casa de la cofradía, que tiene más de 100 años. Este inmueble era el almacén donde se depositaba la colección del rosario completo de faroles de la Virgen Blanca, que se procesiona una vez al año. En el año 2000 tuvimos la oportunidad de hacer una ampliación y unas mejoras, y efectivamente ahora lo estamos disfrutando todos los vitorianos, y más de 3.000 visitantes que hemos tenido. Porque al final es, como todos los museos, un atractivo turístico. Estamos muy orgullosos de que el Museo del Rosario de los Faroles haya sido tan visitado, sobre todo en estos momentos en que cuesta tanto poder viajar y gastar dinero en eventos culturales. Cada día hay más visitantes, y eso es un motivo de satisfacción. Además vamos a ampliar el museo.
Lo que hemos comprobado es que exponer en un museo algo que veíamos una vez al año nos ha dado la oportunidad de disfrutar de la colección que, como dicen los expertos, es única a nivel mundial.
¿Cuáles son vuestras labores a nivel de acción social?
Lo que surge: nos acercamos a la gente que tiene problemas, colaboramos con una asociación cristiana de ayuda y animación… Vamos allá donde nos solicitan, o donde hay una oportunidad de participación, de hermanamiento y de amistad.
¿Qué son las vecindades?
Las vecindades es la expresión que se le da a los colectivos que se reunían entre calles, entre cantones. Vecinos que vivían de una manera comunitaria, muy solidaria y participativa. Y lo que pensamos es que nuestra sociedad del siglo XXI requiere conocer esas vivencias.
Desde la cofradía hemos tenido el interés y la necesidad de transmitir aquello que nos ha venido bien. El patrimonio inmaterial de los pueblos es para nosotros algo fundamental, porque tiene que ver con nuestra forma de vivir. Sin ello, la vida sería muy triste y muy corta. Entonces, ese patrimonio inmaterial de los pueblos se transforma en nuestra ciudad en el deseo de que la gente conozca qué eran nuestras vecindades, qué hacían y cómo vivían esos vecinos en los siglos XVII y XVIII. Queremos demostrar que se puede apostar por una forma de vida así, de ayuda mutua. Para que efectivamente vivamos mejor. Creo que recuperar el patrimonio inmaterial de Vitoria-Gasteiz es una oportunidad para que el pueblo sienta la necesidad de la vida en común.
Otra cosa que hemos recuperado son los auroros, que son una forma de llamar a la fiesta antes de que llegue la fiesta. Y ya más de 10.000 vitorianos salen a la calle el domingo anterior al de la Virgen Blanca, para demostrar que están a gusto rezando. Es otro motivo de expresión.
Como reto para el futuro, nosotros queremos migrar y seguir avanzando de una cofradía de gloria a celebraciones de hermandad. El futuro del siglo XXI es de hermanamientos y solidaridad o no será.
Hemos pasado muchas historias en 8 siglos, y yo creo que el siglo XXI tiene que ser el siglo de la solidaridad. Por esto estamos colaborando con asociaciones cristianas, con proyectos de cultura y de educación, buscando más oportunidades para hacer cosas. Además de que hace ya años el 10% de los ingresos de esta cofradía va destinado a proyectos solidarios.
¿Qué cuota tiene la cofradía?
La cuota para los cofrades es de 10 anuales. En estos momentos a nivel de economía gastamos lo que tenemos, y podemos atender circunstancias especiales. Pero la gente entiende que la Cofradía de la Virgen Blanca debe ser apoyada. El mensaje que transmitimos de apertura y de solidaridad, y las cuentas (que están siempre a disposición de todo el mundo) hacen que la gente confíe en nosotros, y que podamos hacer la ampliación del museo que ya he comentado, con una recreación de los misterios luminosos, unas posteriores publicaciones que estamos preparando, una exposición… con apoyo institucional y con apoyo de empresas.
¿La gente joven se acerca, se interesa?
Se acercan en momentos puntuales, como las fiesta patronales, donde la gente siente esa necesidad de antropología que tenemos todos dentro de nuestro cuerpo. También tenemos unas canteras importantes de niños y jóvenes en otros momentos. En mayo fueron más de 5.000 los que pasaron por la Virgen Blanca. Las familias van en aumento, y las fiestas que celebramos con alegría también van in crescendo. Nos gusta ser solidarios con las penas (por ejemplo, cuando una familia tiene algún fallecido), pero también con las alegrías.
¿O sea que veis el futuro asegurado? ¿Creéis que se puede transmitir a las nuevas generaciones?
Bueno, la tierra está dura y hay que trabajarla. El tiempo a veces es contrario a lo que necesitamos, pero estamos convencidos de que si continuamos creando surcos de amistad, oportunidades de colaboración entre todos y estilos de comunicación y de acción, el futuro está asegurado. Hace poco tuvimos una celebración para recibir a dos nuevos vocales, y la media de edad va a bajar sustancialmente: de los 60 años hasta casi los 45. Y tenemos muchas esperanzas, por de vez en cuando se acerca gente a preguntar qué puede hacer, en qué puede ayudar. Es cierto que yo soy muy optimista, pero estoy seguro de que el futuro es de los que queramos seguir trabajando.
¿Qué significa la Virgen Blanca para Vitoria?
La Virgen Blanca en el mes de agosto es la reina, la madre, la protagonista. Para esos 3.600 cofrades que tenemos ésa es su fiesta, y les parecen pocas las 30 o 40 mil personas que vienen al rosario de la aurora el día de la Blanca.
El rosario de faroles lo componen 268 piezas extraordinarias que expresan la devoción de un pueblo, el cariño latente. En Vitoria hay devoción a la Virgen Blanca, cariño, respeto, fidelidad. Sobre todo a los actos importantes.
Eso implica que siempre queda algo dentro que resurge en cualquier momento. La Virgen Blanca es un referente mariano. Nosotros la llamamos Virgen Blanca, otros, Virgen de las Nieves. Pero es la madre acogedora que tienen todos los vitorianos, y que es la madre de todos.
Hace poco hicimos una concentración de cofradías de Álava, y vimos con qué cariño y con qué pasión venían las cofradías, invitadas por nosotros. El nombre es importante pero lo fundamental es que es la Virgen. Hay que saber trascender a ello.
¿Qué le pediríais hoy a la Virgen Blanca?
Que nos siga dando fuerzas para poder seguir intentando transmitir aquellos valores que nos han permitido hacer una sociedad cada día más fraterna y solidaria. Lo fundamental para una cofradía es que no olvide la hermandad durante todo el año. Una cofradía debe ser un sitio donde la gente se sienta bien.
Nosotros queremos invitar a la gente a que nos conozca para que luego pueda optar. Y también nos unimos al Papa pidiendo la paz para Siria a través de la Virgen Blanca. Las discusiones no se arreglan con la fuerza, porque además ha quedado demostrado históricamente que el más fuerte siempre termina perdiendo. Es mejor un mal acuerdo que una guerra.