Debemos comprender el problema de los pueblos negros y subsaharianos, y actuar sobre la realidad que hay detrás de la inmigración: el robo de la riqueza natural de los países pobres por parte de empresas extranjeras
(Irene López)– Monseñor Ramón Buxarrais, obispo emérito de Málaga, nos recibió en el centro social «Gota de Leche» de Melilla, donde actualmente trabaja atendiendo a niños y ancianos. Allí nadie le llama Monseñor: «Ya no soy obispo, tan sólo capellán de la Gota de Leche«, dice quien renunció a su puesto de obispo de Málaga para dedicar su vida a los más pobres. Hoy cumple 84 años.
Monseñor, ¿qué piensa de la valla de Melilla?
Que es imposible cruzarla. Parece obvio lo que voy a decir, pero las cuchillas cortan.
Las fronteras son las cicatrices de la humanidad. No deberían existir. Parece que España no se da cuenta de que en unos años va a afrontar un grave problema demográfico, porque nos estamos quedando sin relevo generacional, y que los inmigrantes son en realidad su única esperanza de revertir este envejecimiento poblacional. Pero las fronteras deben rechazarse no sólo por eso, sino porque nos separan. Debemos comprender el problema de los pueblos negros y subsaharianos, y actuar sobre la realidad que hay detrás de la inmigración: el robo de la riqueza natural de los países pobres por parte de empresas extranjeras.
Usted, Castellanos y Casaldáliga renunciaron a sus puestos de obispo para irse a otros lugares a atender a los más pobres. ¿Considera que la renuncia de Benedicto XVI y el pontificado de Francisco son el signo de que la Iglesia comienza a realizar gestos parecidos, de rechazo al poder y opción por los pobres?
La renuncia de Benedicto fue un acto de sinceridad. Hay gente que se aferra demasiado al cargo. Nos hemos acostumbrado a un modelo de papado divinizado, pero afortunadamente Francisco está dibujando otro estilo de pontificado. Está bajando peldaños.
¿Se arrepiente de haber abandonado sus privilegios de obispo?
No. Me arrepiento de haber sido obispo.
¿A qué se dedica actualmente?
Estoy aquí en la Gota de Leche, que en origen fue un centro de acogida que creamos para los hijos de las mujeres musulmanas que se quedaban embarazadas de soldados españoles. Ahora es un centro de día para ancianos, de todas las religiones y razas. También trabajo con INSONA (Iniciativas Sociales para Nador), una ONG de Marruecos que montamos 8 musulmanes y 7 cristianos con la ayuda económica de la embajada española. Damos Formación Profesional al estilo salesiano: cursos de jardinería, de cocina, de carpintería… Hemos llegado a tener un centenar de alumnos.
Mi próximo proyecto es un centro de promoción de la mujer en Cabo de Aguas, a 100 kilómetros de Melilla.
¿Es Melilla realmente una ciudad de encuentro y convivencia religiosa, o más bien de choque de civilizaciones?
Los ciudadanos se respetan unos a otros, porque se han criado todos juntos: cristianos, musulmanes, judíos… y ahora la comunidad hindú está empezando a ser importante también. Cada uno tiene su templo: los musulmanes su minarete desde donde llaman a la oración, los hebreos sus sinagogas… Y últimamente está habiendo bastantes matrimonios mixtos (entre cristianos y musulmanes). Esto a veces trae dificultades familiares, pero se están poniendo en marcha iniciativas públicas para igualar los derechos entre las 4 culturas de Melilla. Por ejemplo, el año pasado sacaron una ley para que el día del Eid (la fiesta del cordero de los musulmanes) fuera día no laborable, al igual que lo es la Navidad cristiana.
El Papa Francisco dice en su exhortación apostólica que «el verdadero Islam» es contrario a la violencia. ¿Está de acuerdo con que la violencia sectaria nace de la mala interpretación de la religión?
Evidentemente. Aquí en Melilla estamos en continuo contacto con los musulmanes, y yo mucho más porque trabajo en Nador, que es una de las provincias marroquíes de la zona del rift. Y te puedo asegurar que el Corán es paz, comprensión y cordialidad
Algunos titulares:
-Las fronteras son las cicatrices de la humanidad, no deberían existir
-La renuncia de Benedicto fue un acto de sinceridad. Hay gente que se aferra demasiado al cargo.
-Nos hemos acostumbrado a un modelo de papado divinizado, pero afortunadamente Francisco está bajando peldaños
-Me arrepiento de haber sido obispo
-El Corán es paz, comprensión y cordialidad