El hecho de la violación, que es tremendo, va a dejar marcada a la persona, pero no creo que el aborto ayude a eliminar ese tremendo daño, sino que ese niño puede ser dado a otra persona
El obispo de Bilbao, Mario Iceta, ha asegurado que los miembros de la Iglesia vasca no han sido invitados «a ningún tipo de implicación» en un posible proceso de desarme o de otro tipo y cree que su labor está más centrada en la reconciliación y en favorecer la convivencia. Además, ha destacado que los verificadores internacionales no le han consultado nada.
En una entrevista concedida a Radio Euskadi, Iceta ha recordado que la Iglesia tiene «una dimensión propia porque no es un elemento político más». «En este caso, a día de hoy, nadie nos ha pedido ningún tipo de implicación ni hemos sido invitados a ningún tipo de implicación», ha añadido.
En este sentido, ha apuntado que la Iglesia tiene su propia especificidad y «va mucho más allá de lograr una convivencia pacífica, un respeto de unos a otros, y una normalización de la convivencia en nuestra sociedad».
«La Iglesia siempre va más a la raíz de las cosas y al corazón de las personas. Por eso, pienso que la tarea de la Iglesia es esa tarea en el corazón de las personas, en la reconciliación, de aprender a convivir y respetarnos mutuamente, reconociendo los males que se hayan cometido, y ayudarnos a reconocializarnos y a perdonarnos», ha añadido.
Preguntado por si están dispuestos a colaborar si alguien se lo pide, monseñor Iceta ha afirmado que estudiarían qué se les pide y qué podrían ofrecer. «Nosotros siempre estamos dispuestos a colaborar en el bien, en los problemas de la sociedad, en ayudar a las personas a resolver las cuestiones», ha añadido. Además, ha asegurado que los verificadores internacionales no le han consultado a él nada.
Por otra parte, Iceta ha asegurado que «la tremenda injusticia» de una mujer violada que se ha quedado embarazada «no se soluciona con la eliminación del niño», sino que éste puede ser dado a otra familia. Además, ha señalado que, en el caso de riesgo para la vida de una mujer embarazada o del feto, «se resuelve médicamente». Iceta se ha reafirmado «en la posición de siempre de la Iglesia» en torno al aborto.
«El tema de la violación es un tremendo drama e injusticia. En el conjunto de los casos que solicitan el aborto es, creo, de un 0,5% de casos. Es una tremenda injusticia con la madre, pero una tremenda injusticia que tampoco se soluciona con la eliminación del niño.
En su opinión, «ese niño concebido de esa violación, también puede ser dado a una familia para que pueda vivir». «El hecho de la violación, que es tremendo, va a dejar marcada a la persona, pero no creo que el aborto ayude a eliminar ese tremendo daño, sino que ese niño puede ser dado a otra persona y ayudar a esa mujer que ha sufrido esa tremenda injusticia y violencia a superar esa situación», ha concluido.
Iceta ha apostado por buscar una fórmula «en la que nadie se sienta incómodo» para resolver la actual división de las diócesis vascas en provincias eclesiásticas separadas, pese a ser «realidades tan hermanas». «Ese tema está sobre la mesa y sin resolver», ha recordado, opinando que la actual división es «anómala» porque «no es pastoralmente justificable o adecuado que realidades tan hermanas como las tres diócesis vascas pertenezcan a provincias separadas».
Preguntado por la conveniencia de conformar una provincia vasco-navarra, el obispo de Bilbao ha apuntado que «habría que ver cuál es la fórmula mejor». De este modo, ha planteado que «siempre hay que buscar fórmulas en la que todos se sientan cómodos, donde nadie se sienta incómodo».
«Siempre se tiene que partir de un consenso y un diálogo», ha insistido Iceta, que ha recordado que hace diez años «se llevó a la Santa Sede dos propuestas –una que era Navarra con País Vasco y La Rioja y la otra Navarra y el País Vasco–, pero abiertos a alguna otra solución que la Santa Sede quiera proponer». «Nosotros ahora hemos recordado que ese tema está encima de la mesa y sin resolver» ante los organismos que encargados de esta estructuración, ha explicado.
En relación a la renovación de la presidencia de la Conferencia Episcopal, ha considerado que, para la elección del nuevo presidente, la edad no es «el elemento decisivo» y ha indicado que el elegido debe tener un «perfil que sea capaz de dinamizar» los objetivos planteados por el Papa Francisco en relación a «una iglesia en estado de evangelización», la presencia de laicos, la iniciación cristiana, las vocaciones sacerdotales y los ámbitos de la pobreza, así como de «estimular la comunión entre todos».
(RD/Ep)