No podemos olvidar que, entre otras muchas cosas, fue con él como Presidente del Gobierno, cuando en 1979, se firmaron los Acuerdos entre la Santa Sede y el Estado español
El presidente de la Conferencia Episcopal Española, Ricardo Blázquez, ha destacado las «convicciones cristianas» del expresidente del Gobierno Adolfo Suárez, fallecido este domingo a los 81 años, así como su contribución a la reconciliación entre los españoles y a la recuperación de las libertades fundamentales y la democracia.
En un comunicado, Blázquez ha trasladado a la familia las condolencias de todos los obispos al entender que «don Adolfo» representa «un gran testimonio para la vida pública». «Con discreción, y al mismo tiempo con firmeza, fue un hombre de profundas convicciones cristianas que también en su vida privada fueron decisivas para afrontar con entereza y esperanza numerosas dificultades personales», ha señalado.
Según Blázquez, España le debe mucho a Suárez «por su contribución singular a la reconciliación y a la recuperación de las libertades fundamentales y a la democracia, en una etapa histórica particularmente importante de la que todos somos beneficiarios».
«No podemos olvidar que, entre otras muchas cosas, fue con él como presidente del Gobierno cuando, en 1979, se firmaron los Acuerdos entre la Santa Sede y el Estado español, que constituyen el marco normativo en el que se vienen desarrollando eficazmente las relaciones entre la Iglesia y el Estado», ha indicado el presidente de la Conferencia Episcopal.
Blázquez ha elevado a Dios su oración por su eterno descanso. «Y, particularmente, al compartir con don Adolfo Suárez la condición de abulense, le pido a la Virgen, Nuestra Señora de Sonsoles, que conforte a sus familiares», ha concluido.
A continuación transcribimos el texto íntegro de la carta:
Al conocer la triste noticia del fallecimiento de D. Adolfo Suárez, expresidente del Gobierno de España, les expreso mi afecto y condolencias, en nombre de todos los obispos miembros de la Conferencia Episcopal Española.
D. Adolfo nos deja como político un gran testimonio para la vida pública. Con discreción, y al mismo tiempo con firmeza, fue un hombre de profundas convicciones cristianas que también en su vida privada fueron decisivas para afrontar con entereza y esperanza numerosas dificultades personales.
España le debe mucho, por su contribución singular a la reconciliación y a la recuperación de las libertades fundamentales y a la democracia, en una etapa histórica particularmente importante de la que todos somos beneficiarios. No podemos olvidar que, entre otras muchas cosas, fue con él como Presidente del Gobierno, cuando en 1979, se firmaron los Acuerdos entre la Santa Sede y el Estado español, que constituyen el marco normativo en el que se vienen desarrollando eficazmente las relaciones entre la Iglesia y el Estado.
En estos momentos de dolor, elevamos a Dios nuestra oración por su eterno descanso y, particularmente, al compartir con D. Adolfo Suárez la condición de abulense, le pido a la Virgen, Nuestra Señora de Sonsoles, que conforte a sus familiares.
Mons. D. Ricardo Blázquez Pérez
Arzobispo de Valladolid
Presidente de la Conferencia Episcopal Española
Funeral
La Catedral de Santa María la Real de la Almudena en Madrid acogerá el funeral de Estado del expresidente del Gobierno Adolfo Suárez, que se celebrará previsiblemente el lunes 31 de marzo, han avanzado a Europa Press fuentes oficiales.
La capilla ardiente con los restos del primer presidente de la democracia se instalará en el Congreso de los Diputados. Se espera que, a partir de mañana, las más altas autoridades del Estado, los Reyes incluidos, acudan a la Carrera de San Jerónimo a dar su último adiós a Suárez.
Se seguirá así, por tanto, el mismo protocolo establecido cuando falleció Leopoldo Calvo Sotelo en 2008. Su féretro se instaló entonces en el Salón de Pasos Perdidos de la Cámara Baja, cubierto por la bandera nacional.
La Puerta de los Leones se abrió -solo se hace en ocasiones solemnes- para que los ciudadanos pudieran rendirle un último homenaje. Suárez será enterrado en el Claustro de la Catedral de Avila, en una ceremonia familiar. Allí también reposan los restos del medievalista y presidente de la República en el exilio Claudio Sánchez-Albornoz.
Según han confirmado fuentes municipales, después se trasladarán hasta este Claustro de la Catedral los restos de su esposa, Amparo Illana, quien falleció en 2001 como consecuencia de un cáncer y cuyos restos se encuentran en una capilla de la iglesia Mosén Rubí. (RD/EP)