Cerca del que será sepulcro de Adolfo Suárez y de su esposa se encuentra el de Claudio Sánchez-Albornoz
(Avilared).- El Concilio Vaticano II acordó que no hubiera enterramientos en las iglesias salvo casos excepcionales como obispos o cardenales en sus propios templos. En el caso de Adolfo Surárez, según se ha precisado desde el Obispado, no ha habido que pedir ninguna excepcionalidad dado que la tumba no está dentro del templo sino en el claustro, según cuenta Avilared.
Cerca de este lugar se encuentra una lápida donde se encuentra enterrado el historiador Claudio Sánchez-Albornoz, que falleció en 1984.
Cuando se entierre a Suárez ya se habrán depositado los restos de su esposa, Amparo Illana, que fue sepultada en la capilla de Mosén Rubí en 2001, y cuya tumba será exhumada el lunes para su traslado al templo catedralicio.
Tras el Concilio Vaticano II, la Iglesia fijó en el Código de Derecho Canónico de 1983 que «no deben enterrarse cadáveres en las iglesias, a no ser que se trate del Romano Pontífice o de sepultar en su propia iglesia a los cardenales o a los obispos diocesanos, incluso eméritos».
