El uno abre la puerta para que entre el aire, y el otro hace posible que ese aire se exprese, se manifieste, tenga además olor, color y sabor
(Jesús Bastante).- «Juan XXIII y Juan Pablo II son dos papas que han alcanzado el corazón de todos los hombres«. El arzobispo de Valencia y vicepresidente de la Conferencia Episcopal, Carlos Osoro, ha estado hoy en Madrid para clausurar la 43 Semana de Vida Religiosa. Antes, ha atendido a RD, la víspera de viajar a Roma para participar en la canonización de los dos papas.
El domingo se canoniza a dos papas. ¿Qué supone esta canonización?
A nivel personal, supone mucho. Con Juan XXIII decido entrar al seminario sintiendo de verdad una llamada del Señor. Estaba dando clases y sentí que el Señor me llamaba a hacer otra cosa distinta. Y por supuesto, Juan Pablo II es el que me nombra sucesor de los apóstoles, primero obispo de Ourense, después arzobispo de Oviedo y por tanto es de agradecimiento a los dos papas.
En segundo lugar, a nivel de la Iglesia, Juan XXIII, en el discurso de apertura del Concilio habla de algo que a mí siempre me ha impresionado, y es que dice cómo la Iglesia tiene que hablar de Dios con una categoría que a lo mejor no ha estado tan presente, poniendo el acento en la misericordia. Él habla precisamente de la Iglesia que tiene que haerse presente en el mundo entregando el rostro misericordioso de Dios. Y Juan Pablo II es el que lo hace verdad, recorre el mundo entero regalando esa misericordia. Él nos regaló aquella encíclica, «Dives in Misericordia», y nos propuso que el segundo domingo de Pascua fuera el Día de la Divina misericordia, que es precisamente cuando él fallece en las vísperas.
Son dos papas con una capacidad de sabiduría que ha alcanzado el corazón de todos los hombres, por su bondad Juan XXIII, por su cercanía y por su manera de entender la misón de la Iglesia y la entrega hasta el último instante de su vida en el anuncio del Evangelio, Juan Pablo II.
¿Está de acuerdo con que se canonice a los dos a la vez?
Estoy muy de acuerdo en que sean las dos al tiempo. No es entendible uno sin el otro. El uno abre la puerta para que entre el aire, y el otro hace posible que ese aire se exprese, se manifieste, tenga además olor, color y sabor.
Será la primera vez en que dos papas estén presentes en la canonización de otros dos…
Se juntan cuatro sucesores de Pedro. A mí me parece que es un símbolo precioso y significativo en este momento de la historia de los hombres, del mundo y de la Iglesia.
¿Qué nos pueden ofrecer estos dos santos?
A la Iglesia española nos ofrecen, uno de ellos el abrir las puertas, el vivir haciendo verdad lo que nos decía Juan XXIII, el rostro misericordioso, la ternura de un Dios que tiene pasión por el hombre, y que tiene tanta pasión que hizo posible lo que hizo Juan Pablo II: ir tras el rastro y las huellas de todas las situaciones de los hombres, y ahí están sus escritos y su propia vida, para que ese rostro no solo fuera un rostro teórico, sino que fuese próximo y cercano a todos los hombres.
Tras la entrevista, monseñor Osoro habló sobre las llamadas de las personas consagradas a vivir la esperanza. En su alocución, el arzobispo ha recalcado la importancia de la Vida Consagrada dentro de la Iglesia, como un don que estimula y mantiene la esperanza de que Dios está presente en la vida de los hombres, una esperanza que es más que el simple optimismo. Ha manifestado la alegría de contemplar a tantas Congregaciones religiosas que «hacen presente la misión evangelizadora en todos los ámbitos de la vida: el anuncio explícito, el comienzo de la vida, el final de la vida, la educación…».
«La verdadera esperanza cristiana se hace presente a través de quienes tenéis la vocación a la vida consagrada» ha animado a los asistentes. Su intervención ha concluido explicando la importancia de la oración, la actuación y en la contemplación del juicio final desde una perspectiva de esperanza.
(Con información de Ivicon)