Església Plural abrirá en los próximos días una plataforma para que la comunidad católica de Cataluña haga llegar esta opinión a la Secretaría de Estado del Vaticano y a la Congregación de los obispos
(Església Plural).- Església Plural manifiesta su rechazo frontal a un posible nombramiento del cardenal Cañizares como arzobispo de Barcelona. Cañizares representa todo lo opuesto a lo que la mayoría de católicos de Cataluña quiere para la Iglesia de su país.
El rechazo que suscitaría en la sociedad catalana, más allá del mundo católico, sería muy grande y perjudicaría gravemente el prestigio de la Iglesia catalana. Una decisión como ésta podría situarse la Iglesia catalana fuera del debate político y social, e incluso llegó a considerar la institución eclesiástica como instrumento al servicio de los intereses ajenos al país.
Església Plural pondrá en marcha una campaña para que la comunidad católica catalana haga llegar ese rechazo al Vaticano.
Referente a la crónica que el periodista Enric Juliana ha publicado esta mañana en La Vanguardia sobre la creciente opción de que el cardenal Cañizares sea el sustituto del arzobispo Martínez Sistach al frente del arzobispado de Barcelona, Església Plural quiere manifestar:
Entendemos la noticia como un globo sonda para captar la reacción que este posible nombramiento suscitaría en el mundo católico catalán y por tanto consideramos que hay que responder y dejar clara cuál sería la postura de cada sensibilidad eclesial que conforma la comunidad católica de Cataluña.
En cuanto a Església Plural, como referente de un amplio sector de la Iglesia catalana que se identifica con una sensibilidad abierta y progresista, claramente reformista, en la línea de los documentos y del espíritu del Concilio Vaticano II, que entiende como punto de partida de una reforma a fondo teológica, pastoral, moral y social de la doctrina católica, queremos manifestar nuestro rechazo frontal a la posibilidad apuntada por el Sr. Juliana a que el cardenal Cañizares sea nombrado arzobispo de Barcelona.
Cañizares representa todo lo opuesto a lo que la mayoría de católicos de Cataluña quiere para la Iglesia de su país. Desde el punto de vista teológico y eclesial, Cañizares representa la etapa doctrinal más oscura de Juan Pablo II y Benedicto XVI.
Desde la perspectiva pastoral representa la llamada iglesia toledana, un modelo cerrado, ultraconservador, clerical, inquisidor y con claras añoranzas por el nacional – catolicismo español. Desde la óptica político-social encarna la iglesia cercana a los poderes, acrítica y en algunos casos colaboradora en los intereses y estrategias de los grupos de poder.
Defensora a ultranza de la unidad de España. No podríamos entender, si la noticia fuera más allá del mero tanteo de las reacciones que podría suscitar esta candidatura, como la actual línea de renovación que parece impulsa el papa Francisco puede encajar con el perfil del cardenal Cañizares, y más como obispo de la principal diócesis de un país, Cataluña, que, hoy por hoy, y con todas las debilidades que le hay que reconocer, es donde mejor puede cuajar el mensaje pastoral de Francisco y que podría permitir una clara revitalización de la Iglesia catalana.
Desde la perspectiva social y política que vive Cataluña tampoco se puede entender que el Vaticano considere la opción Cañizares. El rechazo que suscitaría en la sociedad catalana, más allá del mundo católico, sería muy grande y perjudicaría gravemente el prestigio de la Iglesia catalana, ya de por sí muy debilitado por los grandes silencios y tibiezas a que nos tiene acostumbrados el actual episcopado catalán.
En un momento en que habrá que tener todos los puentes abiertos para afrontar los retos de país, una decisión como esta puede situar, no sólo la jerarquía eclesiástica, sino incluso los grupos y entidades católicas, fuera del debate político y social, y hasta incluso llegar a considerar la institución eclesiástica como instrumento al servicio de los intereses ajenos al país -y minoritarios en la sociedad catalanaque combaten los anhelos de una amplia mayoría de ciudadanos de Cataluña, de poder decidir su futuro colectivo de forma democrática, cívica y pacífica.
Para que nadie tenga dudas de que la posición de la mayoría de católicos y católicas será de rechazo frontal al nombramiento del cardenal Cañizares o de cualquier otra con un perfil similar, Església Plural abrirá en los próximos días una plataforma para que la comunidad católica de Cataluña haga llegar esta opinión a la Secretaría de Estado del Vaticano y a la Congregación de los obispos.
Aprovechamos para denunciar el oscurantismo y el secretismo que rodea los nombramientos episcopales. Hay que avanzar decididamente hacia fórmulas transparentes y participativas que permitan la intervención de la comunidad diocesana en la elección de quien deberá ser su obispo, esta debe ser una
prioridad del pontificado de Francisco.