Uriarte ha señalado que es necesario que ETA se disuelva como grupo armado y que la izquierda 'abertzale' reconozca "su parte de responsabilidad"
Este domingo, «A vivir que son dos días» (cadena Ser) hizo un programa en el que se dio un debate entre el terrorista Joseba Urrusolo Sistiaga y varias víctimas de ETA, al que también se sumó el obispo emérito de San Sebastián, Juan María Uriarte. Entrevistado por Javier del Pino, el prelado valoró la petición del etarra como «un paso para la reconciliación». «Tiene que completarse la pacificación, y para ello ETA tiene que disolverse«, afirmó.
Uriarte considera que el gesto de Sistiaga supone un paso para la reconciliación y que ésta es «un ingrediente esencial para la salud social» y por ello pide que las víctimas de ETA acepten el perdón.
Para el obispo emérito de San Sebastián lamentablemente no se dan las condiciones necesarias para que la reconciliación sea efectiva y para solucionarlo afirma que lo principal es hablar de ello.
Uriarte ha señalado que es necesario que ETA se disuelva como grupo armado y que la izquierda ‘abertzale’ reconozca «su parte de responsabilidad». Asimismo pide que los partidos políticos se encarguen de fomentar la paz y que modifiquen la política anrtiterrorista porque «está concebida para tiempos más duros».
«Éramos conscientes de que causábamos víctimas pero entonces pensábamos que había que hacerlo y no queríamos pensar mucho en la víctima en concreto», ha confesado Urrusolo Sistiaga durante su encuentro en ‘A Vivir’ con Iñaki García Arrizabalaga, cuyo padre fue asesinado por ETA en 1980. «Me siento responsable de todas la víctimas, no solo de las que he causado«, aseguró el terrorista.
La entrevista con Urrusolo Sistiaga ha dejado gran cantidad de titulares, de reflexiones sobre el proceso que se está viviendo. «Hay un momento en el que me cuestiono lo que estábamos haciendo, llevaba tiempo pensando que esto se tenía que terminar pero no sabes cómo afrontarlo», ha señalado.
«Hablé con varios compañeros y dijimos que teníamos que hablar con las víctimas, es una parte importante. Aquel momento fue especial, nosotros lo veíamos claro, pero había reticencias en nuestro entorno, incluso gente que estaba en contra de lo que habíamos hecho. Es un tema sensible pero teníamos que hacerlo, teníamos que hablar porque es la manera de afrontar el tema de la convivencia».