fundador del CETA – Centro de Estudios Teológicos de la Amazonía), de la Biblioteca Amazónica y de las revistas Shupihui y Amerindía. Es fundador del proyecto Monumenta Amazónica
(Juan M. Castro, Diario de León).- Se ha dedicado a fomentar la vida cultural, social y religiosa en Perú durante 47 años, con una gran energía y vitalidad. Ello le ha hecho obtener todos los premios y reconocimientos posibles por su ingente labor. El Padre Joaquín, Quinito para sus amigos y vecinos de Sabero, es el fundador del CETA – Centro de Estudios Teológicos de la Amazonía), de la Biblioteca Amazónica y de las revistas Shupihui y Amerindía. Es fundador del proyecto Monumenta Amazónica. En general es una autoridad en todos los aspectos sociales y religiosos y que ha luchado por la defensa del patrimonio cultural de la Amazonía, de los derechos humanos de los nativos y un recuperador y restaurador de la memoria histórica y cultural; pero sobre todo es una persona religiosa. Como cada verano llega a su Sabero natal para celebrar sus Bodas de Oro Sacerdotales y cerrar así un ciclo de actividades por este motivo.
-¿Qué le dicen estas fechas, el 18 de julio de 1964 y el ocho de febrero de 1968?
-Me ordené sacerdote el día nueve de julio y el día 18 fue mi primera misa. Me evoca el logro de una larga trayectoria en la que aspiré a llegar y el acompañamiento de una población que se desbordó en torno a mi persona; en fin, el punto de partida de una nueva etapa en mi vida sacerdotal, que siempre estuvo orientada en el ámbito misionero a salir de país y estar en otras partes, donde yo pudiera ejercer el servicio a la misión.
-Y ¿el ocho de febrero de 1968?
-Se queda unos segundos pensativos y le apunto…Perú. ¡Ah, ya!, bueno, se emociona y respira hondo y contesta: En primer lugar estuve destinado aquí un año para ser Secretario General de la Comisión de la Evangelización de las Indias Filipinas, realicé una gran cantidad de actividades. Recuerdo tres. Una organización de una exposición muy importante que fue el punto de partida de lo que más tarde sería el Museo Amazónico; recuerdo también las danzas de las Islas Filipinas que organicé con un grupo de gente Filipina que residía en Madrid, y una gran serie de conferencias en el ámbito de la Universidad. Después fui enviado a Colombia, pero en Colombia, providencialmente, o tal vez hoy día no pienso que fuese providencialmente, fui visitado por el Obispo que estaba entonces en Iquitos y me invitó a ir. Lo pensé y repensé y llegué a Iquitos el 08 de febrero de 1968. ¿ Qué habrá sido aquello, que apenas llegué, me sentí libre en aquel espacio?.
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