Hizo un trabajo extraordinario en beneficio de los más desfavorecidos y, por lo tanto, es justo que le despidamos como se merece
Las Palmas de Gran Canaria ha despedido este miércoles al Obispo Emérito de la Diócesis de Canarias, Monseñor Ramón Echarren Ystúriz, que falleció el pasado lunes, con un multitudinario funeral en la Catedral de Santa Ana.
Fue el actual Obispo, Francisco Cases, el que presidió una Misa Funeral que contó con la presencia del presidente del Gobierno canario, Paulino Rivero; el vicepresidente, José Miguel Pérez; la delegada del Gobierno, María del Carmen Hernández Bento; el presidente del Cabildo, José Miguel Bravo de Laguna; y el alcalde capitalino, Juan José Cardona, entre otras autoridades.
La Misa, que comenzó a las 12.00 horas, se prolongó durante aproximadamente una hora y media. Una vez concluida, los restos mortales de Echarren fueron trasladados a la Capilla de Ntra. Sra. de los Dolores de la Catedral.
Oficiado en la catedral de Santa Ana de Las Palmas de Gran Canaria, en cuya capilla de Nuestra Señora de los Dolores reposarán desde hoy sus restos, el funeral de Echarren ha congregado a cientos de personas que han confirmado que la suya es «una memoria que está viva en el pueblo canario», según ha señalado el su homilía el actual obispo de la Diócesis, Francisco Cases.
«Un pueblo al que él amó», como constatan los cerca de 36 años que el religioso alavés pasó en el archipiélago, 27 de ellos (1978-2005) ejerciendo el puesto de obispo, ha remarcado Cases.
El prelado ha afirmado que «la vida de don Ramón está en la entraña del pueblo canario» y que prueba de ello es «la cantidad de vivencias, de anécdotas» que, referidas a episodios de la vida de Echarren, le han relatado personas de toda condición que le han asaltado por la calle para darle el pésame por su muerte.
Francisco Cases ha atribuido ese nivel de arraigo y afecto que ha dicho que cosechó el obispo emérito a cualidades como «su vivacidad» y «su humanidad», así como a la de que «era muy generoso» y, en especial, a «su amor por los pobres y por la justicia».
En este sentido, el presidente de Canarias destacó la ejemplaridad de Echarren en su dedicación y su sensibilidad con la parte más frágil de la sociedad. «Ha sido un verdadero ejemplo», dijo.
«[Su figura] nos debe servir como ejemplo –insistió–. Fue un obispo sensible con los problemas sociales«.
Mientras, el alcalde capitalino recordó que el Obispo Emérito mantuvo hasta el último momento «esa frescura y ese carácter abierto y directo con el que siempre hablaba a todos los ciudadanos y, particularmente, a los políticos«.
«Hoy rendimos tribuno a una persona que dio más de 30 años por la Diócesis de Canarias. Hizo un trabajo extraordinario en beneficio de los más desfavorecidos y, por lo tanto, es justo que le despidamos como se merece«, destacó Cardona.
Por su parte, la delegada del Gobierno en las islas valoró que era una persona comprometida y firme en sus convicciones, destacando el cariño que Echarren sentía por el archipiélago.
FUE OBISPO DE 1978 A 2005
Echarren fue nombrado Obispo de esta Diócesis de Canarias en 1978. Desde esa fecha y hasta el 26 de noviembre de 2005, fecha en la que fue aceptada su renuncia por motivos de edad, gobernó la Diócesis de Canarias.
Durante etapa como Obispo de Canarias organizó e impulsó el Sinodo Diócesano de 1992, el primero en el que se contó con la presencia de seglares; y puso especial énfasis en que se mantuviera abierto un diálogo permanente entre la fe y la cultura.
Nacido en Vitoria el 13 de noviembre de 1929 y ordenado sacerdote en 1958, fue Licenciado en Teología por la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma y Licenciado en Ciencias Sociales por la Universidad de Lovaina en Bélgica.
Por su parte, el 22 de diciembre de 1969 le nombraron Obispo Auxiliar de Madrid, donde realizó una intensa labor pastoral y social junto al Cardenal Vicente Enrique Tarancón.
En la Conferencia Episcopal, además de ser miembro de la Comisión de Pastoral Social, ocupó los cargos de director de la Comisión Episcopal del Clero desde 1968 a 1970 y continuó formando parte de la misma hasta 1975, a la vez que formaba parte de la Comisión Episcopal de Medios de Comunicación Social. Desde 1972 a 1984 fue miembro de la Comisión Episcopal de Pastoral y desde 1975 a 1978 de la Comisión Episcopal de la CEAS. (RD/Ep)