Blázquez ha pedido no "instrumentalizar" el nombre de Dios "para eliminar personas" o "humillar" a otros seres
El arzobispo castrense, Juan del Río, ha indicado que una «deficiente comprensión de la religión» unida a la «incertidumbre económica y política» y a la «habilidad manipuladora» de algunos, forman el caldo de cultivo del fanatismo religioso de la yihad.
«Es verdad que la incertidumbre económica y política, la habilidad manipuladora de algunos y una deficiente comprensión de la religión, entre otros factores, son el caldo de cultivo de este fanatismo religioso de la yihad, que es una falsificación de la religión, en cuanto a que han separado la fe de la razón», precisa en su carta pastoral de 8 de diciembre de 2014 titulada ‘Las religiones y la violencia’.
Del Río puntualiza que el ejemplo más claro de «manipulación de lo sagrado» se encuentra «en la creación del califato de la Yihad, donde el concepto de guerra santa contra el infiel no deja duda». «Sus acciones terroristas –señala– no van dirigidas solo a un choque de ejércitos sobre territorios en disputa, sino que es una proliferación incesante de brotes insurreccionales yihadistas en distintos lugares del planeta».
Además, apunta que la globalización de las comunicaciones –internet, televisión, redes sociales– ha convertido este «fanatismo religioso-político-militar en una realidad a escala mundial».
Según matiza, el islamismo radical «aspira a que toda la sociedad se rija por los parámetros de su religión», pero también censura el fundamentalismo laicista que «pretende borrar todo rastro de Dios en la esfera pública». En este sentido, apunta que «ambas posturas» coinciden en no respetar la libertad religiosa de los demás.
Monseñor Del Río también se pregunta cómo conseguir la paz e indica que en la actualidad, como hace 13 años, «la paz, la justicia y la reconciliación están amenazadas por el terrorismo». Sin embargo, advierte de que «no se debe responder a la violencia con violencia», aunque «respetando siempre el derecho que una nación tiene a defenderse del terrorismo mediante el uso legítimo de la fuerza». Asimismo, subraya que si se quiere construir una sociedad justa es necesario «el perdón que reconcilie a los enemigos».
Por su parte, en declaraciones a la Cope, el presidente de la CEE y futuro cardenal, Ricardo Blázquez, ha condenado «con absoluta nitidez» el atentado contra la revista «Charlie Hebdo». En esta línea, ha pedido no «instrumentalizar» el nombre de Dios «para eliminar personas» o «humillar» a otros seres.
«A Dios le debemos un supremo respeto y la fe en Dios nos infunde a todos un respeto también por los demás», ha apostillado Blázquez, quien ha dicho unirse al grito de rechazo ante «estos acontecimientos luctuosos».
«Quedamos profundamente apenados y desconcertados», ha concluido el presidente de la Conferencia Episcopal.
(RD/Ep)