A mí por wassap me llegó hasta el nombre de Martínez Camino, y el de Berzosa me suena haberlo oído
(Vicente Luis García, Vitoria).- El 6 de marzo, Miguel José Asurmendi Aramendía cumple 75 años, edad en la que el Derecho Canónico establece para los obispos el momento de presentar su renuncia al Santo Padre y mantenerse a la espera de que la Santa Sede nombre un sucesor para su diócesis. En 2015 se cumplirían dos décadas como pastor de la diócesis de Vitoria.
El 8 de septiembre de 1995 se hacía público el nombramiento de D. Miguel José Asurmendi Aramendía como obispo de la Diócesis de Vitoria para suceder a Monseñor D. José María Larrauri Lafuente.
El mismo monseñor Larrauri, quién había presentado su renuncia hacía más de dos años y medio, lo anunciaba al día siguiente en el programa de Campanas Alavesas: «Estoy contento porque la Diócesis va a salir ganando mucho con el cambio. Se trata de un obispo mucho más joven que yo y muy bien preparado intelectualmente, y con una gran experiencia de pastor y guía de comunidades.»
En aquel programa monseñor Larrauri aprovechó para agradecer a todos la colaboración prestada en el gobierno de la diócesis. En ese mismo espacio se escucharon las primeras palabras que monseñor Asurmendi dirigía a la Diócesis de Vitoria: «durante toda la misa, mi última misa como obispo de Tarazona, he estado rezando no solo a la Virgen de la Peña, patrona de Calatayud, sino a la Virgen Blanca, patrona de Vitoria y a la Virgen de Estíbaliz patrona de Álava y de la Diócesis. He rezado de corazón y en mi bendición he bendecido a las dos diócesis.» En otro momento manifestó su deseo de ser sacerdote y pastor «para que con mis decisiones prudentes y participadas con el mayor número, podamos acertar para que la Iglesia responda en este momento de la Historia que nos toca.»
Asurmendi ya conocía la diócesis de Vitoria por una de sus hermanas, religiosa de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, pero en los últimos meses y tras sonar su nombre como candidato para la sede de Vitoria empezó a dedicar más tiempo a leer los boletines diocesanos de Vitoria que le llegaban y a interesarse más por la que podría ser su futura diócesis.
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