Si el dinero se convierte en nuestra suprema aspiración, la avaricia pervierte el sentido de nuestras vidas y nos convierte en sus esclavos
El arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, ha pronunciado la homilía de la celebración del patrón de la ciudad, San Pedro Regalado, con un discurso centrado en la lucha contra la corrupción, a la que ha calificado de «llaga infecta de nuestra sociedad«, al tiempo que ha animado a los cientos de fieles que han acudido a llevar una vida humilde como la que siguió el patrón del municipio.
En la misa festiva ha estado presente el alcalde de Valladolid y candidato a la reelección, Francisco Javier León de la Riva, acompañado de buena parte de su Grupo municipal, a quienes se han sumado, entre otros, el candidato del PSOE, Óscar Puente, junto a la segunda de su lista, Ana Redondo.
La corrupción, a la que Blázquez ha definido como «llaga infecta en la sociedad, pecado que clama al cielo y fraude a los demás«, ha ocupado un puesto relevante dentro de la homilía . El arzobispo ha insistido en «la competencia, integridad ética y dedicación personal» que tienen muchas personas «ejemplares» de la sociedad y ha asociado la corrupción a focos y personas «concretas» que han caído en las redes del dinero.
«Los responsables políticos como conjunto no se han corrompido» ha proferido el arzobispo vallisoletano, quien ha considerado que la sociedad tiene esperanza por lo que ha llamado a la renovación moral y activación de las defensas dada la necesidad de que, aquellos que se han llevado lo que no les pertenece, «defraudando, abusando de su posición, saltándose los obligados controles, actuando como cómplices», lo devuelvan.
De esta forma, el arzobispo ha animado a luchar contra la corrupción, «proceda de donde proceda», mediante una actuación transparente y honrada en la que las personas sean moralmente responsables y vigilen sus comportamientos «mirando por todos, particularmente por los más vulnerables».
El otro punto fuerte de la liturgia, derivado del anterior, ha sido la necesidad de llevar una vida austera como la que eligió el franciscano San Pedro Regalado, quien, nacido en Valladolid allá por el siglo XIV y enterrado en el monasterio de La Aguilera, junto al municipio de Aranda de Duero; profesó el voto de pobreza en imitación a su Señor, para participar en la bienaventura del Evangelio «dichosos los pobres en espíritu».
Con esta idea, el presidente de la Conferencia Episcopal Española ha instado a «la sabiduría, confianza, laboriosidad y fraternidad» como principios «fundamentales» en oposición a la avaricia ya que, si el ansia de acumular dinero echa raíces en el corazón, «nosotros perdemos la honradez y otras personas pierden en nosotros la confianza«.
En esta línea, el arzobispo se ha dirigido a todos aquellos que padecen la pobreza causada por diferentes factores entre los que ha destacado el desempleo de larga duración. Con este fin, el arzobispo ha insistido en la necesidad de «guardarse de toda clase de codicia» ya que, la vida de uno no depende sus bienes sino que, por el contrario, cuando las personas se sienten tentadas por el dinero y se aferran a él, «se dañan a sí mismas».
Así, ha hecho referencia a la oración del ‘Padre Nuestro’ que reza la necesidad del «pan de cada día», pan que, en palabras de Blázquez, llega actualmente en forma de empleo estable, de salud, de ganas de trabajar y de solidaridad. El arzobispo ha definido el dinero como «un medio para vivir» pero no como «el fin de la vida» ya que, «si el dinero se convierte en nuestra suprema aspiración, la avaricia pervierte el sentido de nuestras vidas y nos convierte en sus esclavos».
El arzobispo de Valladolid ha aprovechado la cita para recomendar la lectura del documento ‘Iglesia, servidora de los pobres’, aprobado por la Conferencia Episcopal Española en la Asamblea Plenaria, que ha calificado como instrucción pastoral, inspirada en el Evangelio, que se presenta como una reflexión en medio de la crisis «dura y persistente» que atraviesa el país.
Ricardo Blázquez ha concluido su homilía alentando al público a seguir el ejemplo de San Pedro Regalado, quien, pobre por amor a Jesucristo y por elección espiritual, puede enseñar a los vallisoletanos a reconocer a Dios como el Señor quien inducía con sus palabras a compartir los bienes con los necesitados y a mantener libre el corazón ante las tentaciones del presente y el futuro.
De forma previa a la homilía, el alcalde vallisoletano ha declarado que su petición al patrón de la ciudad es la bajada del paro, problema que acucia en Valladolid, provincia que, según ha señalado, «sigue liderando la recuperación de empleo» ya que, en este momento, el desempleo vallisoletano está «cuatro puntos por debajo de la media de Castilla y León» y es «un 50 por ciento más bajo» que en la comunidad de Andalucía.
El candidato de VOX a la Alcaldía, Alfredo Fernández, y el subdelegado del Gobierno en Valladolid, Jorge Llorente, tampoco se han perdido esta cita, a la que cientos de vallisoletanos han acudido para abarrotar la Iglesia de El Salvador en la que la falta de sitios libres ha provocado la concentración de decenas de personas a la puerta de la misma con el deseo de poder escuchar las palabras del arzobispo de su ciudad.
«Hoy es un día de fiesta y hay que celebrarlo» ha señalado uno de los fieles que se han acercado a conmemorar la memoria litúrgica del patrón vallisoletano y a aprovechar el soleado día que ha acompañado la festividad del «santo más barato de la ciudad».
(RD/Ep)