'Hay que torturarlo, porque de otra manera no cantan', dijo Augusto Pinochet
La Iglesia oculta documentación sobre la desaparición del religioso español Antonio Llidó en octubre de 1974 en Chile, durante la dictadura de Augusto Pinochet, reveló hoy el diario digital Público.
La fuente asegura que la Conferencia Episcopal Española y el Arzobispado de Valencia se niegan a entregar los documentos relacionados con el caso del sacerdote, una de las víctimas del general chileno recién fallecido Manuel Contreras.
Agrega que cuando el historiador Mario Amorós (autor del libro Antonio Llidó, un sacerdote revolucionario, publicado en 2007) quiso conseguir los documentos, el Arzobispado respondió que deben pasar 50 años para liberar esos archivos.
Al recurrir al archivo de la Conferencia Episcopal Española le informaron que el tiempo para tener acceso es de 100 años, según el periodista Danilo Albin, autor de la investigación.
El religioso viajó a Chile para trabajar en zonas empobrecidas donde fundó la agrupación Cristianos por el Socialismo, fue secuestrado por agentes de la Dirección de Inteligencia Nacional al mando de Contreras y su cuerpo nunca apareció.
Hasta donde se conoce primero lo torturaron en el campo de concentración denominado José Domingo Cañas y luego lo llevaron a Cuatro Álamos, otro centro de detención, donde fue visto por algunos sobrevivientes.
En su libro, el historiador Amorós recoge el testimonio ofrecido en junio de 2003 ante la justicia chilena por el obispo luterano Helmut Frenz, quien se entrevistó con Pinochet para reclamar por la vida de Llidó. «Ése no es un cura, es un terrorista, un marxista; hay que torturarlo, porque de otra manera no cantan», respondió el dictador el 13 de noviembre de 1974, de acuerdo con la versión.
La hermana del religioso, Josefa Llidó, explicó a Público que además de ocultar los documentos relacionados con el caso, el Arzobispado de Valencia jamás rindió ningún tipo de homenaje ni reconocimiento al religioso víctima de la dictadura chilena.
(RD/Agencias)