Tenemos que trabajar mucho más la comunicación porque la gente percibe una imagen que no es la real que ellos encuentran
El secretario general de la Conferencia Episcopal, José María Gil Tamayo, ha mantenido este viernes sobre el denominado caso Romanones que investiga los abusos sexuales presuntamente cometidos por sacerdotes de Granada, que ésta no es «una Iglesia de santitos» y que «alguna manzana podrida ha podido y puede haber» pero ha reclamado que «todo el peso de la ley» recaiga sobre los culpables.
En una entrevista en Canal Sur Televisión, ha recordado que el asunto está bajo secreto sumarial, por lo que ha pedido respetar ese ámbito, pero ha incidido en que «hay que estar con las víctimas».
Gil Tamayo ha defendido que él mismo ya pidió perdón, como también ha hecho el propio Papa Francisco o los obispos, y ha añadido que la Iglesia Católica, que tiene 2.000 años de historia y una dilatada trayectoria de atención a los más desfavorecidos, «no es una Iglesia de santos andantes» sino que está constituida por «personas con debilidades y defectos».
«Entre ese colectivo alguna manzana podrida ha podido y puede haber», ha reconocido el responsable de los obispos españoles, que ha defendido que cuando ocurre esta situación «se pone remedio y prevención, se está con las víctimas, tolerancia cero y presunción de inocencia». «Cuando los jueces determinen –ha añadido– que todo el peso de la ley recaiga sobre los culpables«.
Por otro lado, Gil Tamayo ha señalado este viernes que las palabras iniciales del cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, sobre los refugiados le extrañaron y fueron «chocantes» y ha añadido que la Iglesia Católica debe mejorar su comunicación porque actualmente la gente percibe una imagen de la institución «que no es real».
En una entrevista en Canal Sur Televisión, recogida por Europa Press, Gil Tamayo ha recordado que el arzobispo de Valencia pidió perdón a los inmigrantes y refugiados por sus palabras y ha ensalzado su labor con Cáritas en su etapa como arzobispo de Granada.
«Esas palabras son chocantes pero no es esa la postura de la Iglesia», ha dicho el responsable de los obispos españoles, que ha recordado que él mismo se ha reunido con la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, para «ofrecer todo lo que tiene la Iglesia en España a favor de los refugiados».
Al hilo de ello, se ha referido a la doble imagen de la Iglesia que perciben los ciudadanos, una mediática, publicada en los medios, y la «Iglesia real que se encuentra la gente, la de las parroquias, las barriadas o las monjas del colegio» pero todas son «la misma Iglesia».
En ese punto, Gil Tamayo ha reconocido que la institución debe hacer «un esfuerzo» por «trasladar a la gente la Iglesia que verdaderamente está, no la que nos construyen». «Tenemos que trabajar mucho más la comunicación porque la gente percibe una imagen que no es la real que ellos encuentran», ha subrayado.
Al respecto, ha defendido la labor de organizaciones como Cáritas, con 80.000 voluntarios y dos millones de españoles atendidos; los más de medio millón de alumnos y 100.000 profesores de colegios católicos, o el «despliegue» de Manos Unidas para subrayar que los ciudadanos no crean que «somos cuatro y el último que cierre la puerta».
(Rd/Ep)