Que "dejen de pensar" que la educación concertada "es una cosa de curas y obispos", porque detrás de ella hay "millones" de padres
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El arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez, ha dicho que acabar con la educación concertada, como proponen algunas partidos políticos, «sería un desastre y una falta de libertad ciudadana bastante grande«, pues, a su modo de ver, «la escuela privada católica de la Iglesia», además de ser «más barata que la pública», «respeta más al conjunto de lo que es el ser humano».
De este modo ha reaccionado el arzobispo toledano preguntado por los medios, durante la rueda de prensa que ha ofrecido junto al ecónomo del Arzobispado, Anastasio Gómez, para dar cuenta de las cuentas del Arzobispado, sobre las opciones políticas que concurren a las elecciones de diciembre que apuestan por eliminar este tipo de enseñanza.
«Nosotros no estamos en lucha política y no vamos hacer campaña en favor, pero no podemos estar mirando al sol y decimos que este planteamiento es incongruente, porque no se respeta a los padres que demandan este tipo de educación», ha dicho el primado toledano, que ha señalado haber ido a un colegio público antes de entrar en el seminario.
Tras precisar que los colegios concertados son «más baratos para la propia administración», ha defendido que la Iglesia respeta la educación de iniciativa pública, de la que no es «adversaria», un planteamiento que se le antoja «muy rancio». Por ello ha señalado que intentarán negociar, porque no están en «la confrontación».
«Los políticos tienen su responsabilidad, pero que sepan que detrás de ellos hay millones de ciudadanos que no les califican de la misma manera. Que piensen que a los padres que optan por la concertada se les discrimina, cuando pagan los mismo impuestos que los demás. Ahí están nuestras líneas de fuerza», ha insistido.
«Es un servicio que se hace a la sociedad, siguiendo y cumpliendo las leyes de educación que constantemente hacen los partidos cayendo todos en la misma trampa y con una carga de ideológica que no debería de tener», ha criticado.
Dicho esto, el arzobispado toledano ha pedido que «dejen de pensar» que la educación concertada «es una cosa de curas y obispos», porque detrás de ella hay «millones» de padres, como demuestra que el 60 por ciento de los niños que estudian en colegios públicos reciban enseñanza católica, ha añadido.
«Hay una especie de milagro con la clase de religión, que siendo obligatoria para los centros y libre para alumnos cada año recibe algún palito, pero sigue teniendo ese porcentaje», ha denunciado.
Luego de pedir que los políticos vean esta realidad, ha defendido que «no quieren privilegios pero tampoco que se les ningunee», ha apuntado que la defensa de la educación pública le parece «estupendo» pero pide «no caer en errores del pasado y mejorar la situación».
De su lado, el ecónomo diocesano, que ha defendido que la educación concertada es «un ‘pingüe’ beneficio para la administración pública», ha pedido a los ayuntamientos de la región que les traten en igualdad de condiciones que lo hacen con las grandes empresas que se quieren asentar en sus municipios, pues por medio de la creación de colegios concertados se genera la misma inversión, la misma creación de puestos de trabajo y de «valor» en la localidad.
«Queremos que cuando vamos a hablar con los alcaldes para gestionar proyectos que se nos trate como a Airbus o Coca-Cola, pues a estas empresas se les dan todas las facilidades, como suelo gratis en polígonos industriales, y se les cuida».
De igual modo, ha pedido a los regidores que «no vean motivos ideológicos, porque ni los sacerdotes ni los obispos tienen hijos». «Somos los padres los que queremos esa educación y demandamos ese servicio y la iglesia lo hace posible. Con ese argumento no pedimos privilegios», ha concluido.
(RD/Ep)