En ningún caso las dos religiosas que solicitaron la exclaustración y dispensa de votos pidieron abandonar la comunidad antes de realizados dichos trámites
El Arzobispado de Santiago ha negado este martes que las monjas originarias de la India del convento de clausura de las Mercedarias en Compostela estuviesen retenidas en este lugar y ha aclarado que las mujeres habían iniciado un proceso para dejar los hábitos. Fuentes del Arzobispado han confirmado a Europa Press que la congregación les ha trasladado que las mujeres «no estaban retenidas» en el convento ni se habían producido «coacciones». A mayores, apuntan que tampoco se les había «retirado la documentación».
El Tribunal Superior de Justicia de Galicia informó de que el pasado viernes se recibió el atestado de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras y esta unidad de la Policía Nacional se puso en contacto con la magistrada Ana López-Suevos, que autorizó un dispositivo para que se comprobase que las mujeres que viven en este cenobio están en él por voluntad propia. Tras hablar con algunas de ellas, fueron en total tres las que expresaron su deseo de abandonar el centro, algo que hicieron el sábado y en todos los casos acompañadas por una comitiva judicial. No ha sido detenida ninguna persona ni por el momento ha sido nadie citado a declarar.
El Arzobispado ha recordado que en ocasiones se producen «determinados momentos» en los que las monjas deciden «abandonar la congregación», para lo que hay que iniciar un proceso de «dispensa de votos» que «lleva su tiempo», aunque no han podido precisar cuanto. En este caso, han aclarado, se había iniciado un proceso de dispensa de votos, que todavía está a la espera de respuesta por parte de la orden de las Mercedarias.
Según la información de la que dispone el Arzobispado compostelano, la Policía recibió una denuncia «procedente de la India» que apuntaba a que unas mujeres podría estar siendo retenidas en este convento, algo que niegan desde la congregación. Por orden judicial, los agentes se presentaron el sábado en este convento de clausura y pidieron entrevistarse con las cinco mujeres que habían pedido dejar los hábitos. Tras hablar con ellas, dos decidieron «quedarse», mientras que las otras tres «se fueron a una casa de acogida tuteladas por el juzgado».
Mientras la investigación del Juzgado de Instrucción número 1 de Santiago sigue su curso, el Arzobispado ha reiterado que «en ningún momento hubo retención» de las mujeres, que llevaban más de una década viviendo en este convento. De hecho, las mismas fuentes han explicado que dos de ellas viajaron a la India hace un año a visitar a su familia y regresaron a la orden.
La titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Santiago, Ana López Suevos, está investigando una denuncia formulada en la India por una religiosa en la que se aseguraba que dos religiosas de esa nacionalidad estaban retenidas, contra su voluntad, en el convento de las Madres Mercedarias de Compostela. Las dos monjas ya abandonaron las instalaciones, sin ningún tipo de problemas, la pasada semana tras haber decidido colgar los hábitos y al haberse completado el expediente correspondiente que estipula el Derecho Canónico.
El relato de los hechos se inicia pasado el verano cuando las dos religiosas indias comunican a la superiora del convento que tienen intención de dejar la vida conventual y recuperar su condición de laicas. Las mujeres, que superan la treintena, llegaron a la capital gallega hace quince años, siendo adolescentes, con la intención de dedicarse a la vida contemplativa en este céntrico convento de Santiago.
El alcalde de Santiago, Martiño Noriega, ha manifestado que si se confirman los indicios sobre la supuesta retención de tres monjas procedentes de la India en un convento de la capital gallega se trataría de unos «feitos dunha elevada gravidade», sobre los cuales «haberá que depurar responsabilidades e a Xustiza terá que actuar».
En declaraciones los medios, Noriega ha indicado que el Ayuntamiento no ha tenido información sobre el desarrollo del dispositivo, que ha llevado a cabo el Juzgado de Instrucción Número 1 de Santiago y el Cuerpo Nacional de Policía, y ha explicado que únicamente han «atado» cabos al respecto de una llamada de los servicios sociales del Ayuntamiento de A Coruña preguntando por las medidas para proporcionarle un techo a personas en situación vulnerable.
En ese sentido, ha indicado que se trató de una llamada que entiende como «colateral» y ha incidido en que «en ningún momento» les informaron, ni a la Concejalía de Servicios Sociales ni a la de Convivencia.
Martiño Noriega ha manifestado que hay que «deixar seguir o proceso» y, en caso de que se confirmen las líneas de investigación, «demandar responsabilidades». Además, ha señalado que en estos momentos también se mantiene abierto «o diálogo» con el arzobispado.
El regidor compostelano ha explicado, además de que no tenía «información do caso», que el Ayuntamiento no tiene ámbito competencial para actuar en relación a este caso, pero ha hecho votos por que se conozca lo que ocurrió ante unos hechos que, ha insistido, son «dunha elevada gravidade» si se confirman, puesto que «atentan contra a dignidade das mulleres».
La Fiscalía tendrá ahora que valorar «los indicios» para decidir si actúa de oficio en el caso de las tres monjas originarias de la India supuestamente retenidas en el convento de las Mercedarias de Santiago de Compostela. Según han confirmado a Europa Press fuentes jurídicas, las mujeres que fueron monjas de clausura no han presentado denuncia, por lo que el caso, que instruye Ana López Suevos y que tiene que ir a reparto judicial inminente, dependerá de la actuación de la Fiscalía para que siga adelante.
Por el momento, la fiscal encargada del caso es Aránzazu San José, la misma que actuó en casos como el juicio contra siete ediles del Gobierno local de Santiago cuando Ángel Currás (PP) era el alcalde de la ciudad.
Las tres monjas de la India llegaron a Galicia cuando eran menores de edad y ahora se encuentran en la treintena, ya que, según las mismas fuentes consultadas, llevaban en la capital gallega unos 15 años.
NOTA INFORMATIVA DEL ARZOBISPADO
Santiago, 26 de enero de 2016
Primero.- Conviene tener presente, en primer lugar, que el modo de vida propio de la clausura, de antigua tradición en la Iglesia, puede resultar no fácilmente comprensible para quienes desconocen las singularidades de esa concreta vocación, ciertamente peculiar por cuanto supone de renuncia, austeridad, rotación en los trabajos comunitarios, oración, tiempos de silencio…, con una entrega radical.
Segundo.- En ningún caso, aunque la existencia discreta en la comunidad y dentro del espacio del monasterio o convento caracteriza esta vocación, ello no implica una restricción o carga más allá de lo asumido y aceptado por la religiosa al profesar en la orden de que se trata como opción libre, meditada e informada. Lo cual queda perfectamente constatado y definido en el proceso de ingreso progresivo en una comunidad hasta la profesión solemne; que se dilata en el tiempo -como mínimo- durante cinco años, que normalmente se prolonga de modo que nadie se sienta impelido a asumir esa condición sin la suficiente madurez y criterio.
Tercero.- En el caso que nos ocupa estamos ante personas que forman parte de la comunidad Mercedaria de Santiago desde hace entre 17 y 15 años. En absoluto se trata de personas recién llegadas.
Cuarto.- Por otra parte, en la vida religiosa el desarrollo de la propia vocación no se circunscribe a un momento puntual, no es algo estático, sino dinámico y progresivo. De hecho una de las religiosas profesas solemnes de esta comunidad, procedente de la India, hace unos dos años decidió abandonar la comunidad tras una estancia en su país de origen. Se realizaron con toda celeridad los trámites internos canónicos de exclaustración y dispensa de votos que quedó concluido el 31 de marzo de 2015, firmando la interesada el rescripto emitido por la Santa Sede.
Cinco.- En este sentido conviene tener presente que las religiosas mercedarias de Santiago que proceden de fuera de España, cada siete años, viajan a sus países de origen por un período de dos meses. Regresando a la comunidad, concluido ese tiempo, voluntaria y libremente. De hecho dos de las religiosas que ahora dejaron la comunidad, hace un año y medio estuvieron con sus familias de origen y, tal y como hemos advertido, regresaron libre y voluntariamente al convento.
Sexto.- En efecto, en ese proceso de crecimiento y desarrollo de la propia vocación, en torno al verano pasado, dos religiosas originarias de la India inician un proceso de discernimiento, planteándose incluso la posibilidad de dejar la comunidad llegado el caso. De hecho ambas así lo solicitaron formalmente después de Navidad, concretamente el 14 de enero, a la superiora del convento que, en función de lo pedido, dio curso a la solicitud.
Séptimo.- En ningún caso las dos religiosas que solicitaron la exclaustración y dispensa de votos pidieron abandonar la comunidad antes de realizados dichos trámites; al menos nunca lo hicieron constar a la autoridad diocesana. Diligencias que no se dilatarían más allá de un mes desde la remisión de la documentación a la Congregación correspondiente de la Santa Sede. Documentación que quedó concluida a nivel diocesano el pasado día 21 de enero.
Octavo.- Sorprende a la comunidad tanto la denuncia que ha originado esta situación, como el revuelo informativo que ha provocado. Recuerdan que los trámites en curso seguían un ritmo realmente rápido. En todo caso, no consta a la autoridad diocesana que ninguna de las religiosas que han abandonado el convento hubieran pedido hacerlo antes de concluidos los aludidos procedimientos.
Noveno.- Tanto la comunidad Mercedaria de Santiago como la diócesis sienten preocupación ante la situación de desamparo que puedan estar viviendo las tres religiosas que han abandonado la comunidad. Por todo ello deseamos manifestar nuestra disposición en orden a procurar cuanto puedan necesitar en tanto retoman su nueva vida.
(RD/Agencias)