La sociedad pide respuestas de su Santidad y creo que tiene que haber una respuesta contundente al daño realizado y a la ocultación del delito
El padre que destapó los abusos sexuales cometidos en los Maristas de Sants-Les Corts de Barcelona por el pederasta confeso Joaquim Benítez ha enviado una carta al Papa Francisco en la que le pide que cree una comisión de investigación, impulse una condena pública y que esta orden religiosa se disculpe.
En la carta, Manuel B. relata al Papa los abusos sufridos por su hijo y denuncia la «opacidad, reserva, medias verdades o incluso mentiras» con las que ha actuado la dirección del centro de los Maristas de Sants-Les Corts ante el alud de casos que han empezado a salir a la luz después de que su hijo denunciara a Benítez ante los Mossos d’Esquadra.
La policía catalana ha recibido en las últimas semanas una treintena de denuncias por abusos sexuales cometidos supuestamente por al menos ocho profesores y monitores de los Maristas, lo que por el momento se ha traducido en tres causas judiciales abiertas contra el propio Joaquim Benítez, un subdirector que ha sido apartado del centro de Sants-Les Corts y un monitor que fue detenido en diciembre.
«La sociedad pide respuestas de su Santidad y creo que tiene que haber una respuesta contundente al daño realizado y a la ocultación del delito», remarca el padre en la misiva, en la que solicita al Papa que impulse una comisión de investigación y una denuncia pública de rechazo a cualquier delito sexual a los menores y adolescentes por parte de los Maristas.
«Ni las víctimas ni sus familiares, que también sufren, podemos entender cómo se pueden ocultar unos hechos que hacen tanto daño. ¿Por qué tras tantos avisos de padres los Maristas no actuaron?», pregunta el padre en la carta que hoy ha enviado al Vaticano.
También le solicita al Papa Francisco que los Maristas pidan perdón a las víctimas, que dimitan de su cargo las personas que han ocultado los delitos de abusos en los colegios de esta orden, que haya reparación para todas las víctimas «sin excepción» y que digan «de una vez por todas la verdad y dejen de hacer padecer tanto a las víctimas como a sus familias».
Por otro lado, la Iglesia católica de Camberra ha creado un cuerpo para las denuncias de abusos sexuales de manera transparente, después de que el «ministro» de Economía del Vaticano, George Pell, admitiese la semana pasada que se encubrieron casos en Australia.
El arzobispo Christopher Prowse, de la archidiócesis de Camberra y Goulburn, reconoció hoy que muchas de las víctimas de abusos sexuales en el pasado podrían pensar que la medida llega demasiado tarde, pero confió en que aún puedan formar parte de la solución.
«Lamentablemente, demasiadas víctimas han dicho que (cuando fueron a denunciar) se encontraron con una estructura de gobierno de la Iglesia defensiva y brutal que rechazó asumir responsabilidades y se les enfrentó», dijo Prowse.
«Nuestro objetivo es ayudar a los supervivientes con la garantía de que nuestra comunidad es segura, que realmente nos ocupamos de los niños y los más vulnerables y que nuestra dimensión espiritual no está comprometida con comportamientos delictivos e inmorales», añadió el prelado.
La semana pasada, el cardenal George Pell reconoció que se encubrieron casos de abusos sexuales en el seno de la Iglesia católica australiana y admitió que debería haber hecho más ante ellos, pero negó que conociera en profundidad, encubriera o protegiera a los sacerdotes pederastas.
Pell, el más alto cargo de la Iglesia católica en declarar en casos de pederastia, testificó del 29 de febrero al 3 de marzo ante una comisión investigadora australiana sobre el tiempo que trabajó en Ballarat y la archidiócesis de Melbourne.
El arzobispo Prowse declaró hoy que las víctimas de abusos sexuales pueden ahora contactar directamente con ellos y saltarse toda la burocracia del pasado, y añadió que el nuevo cuerpo establecido lo dirige un antiguo policía, Matt Casey, y su mano derecha es una experta en derecho, Jane Cronan.
(RD/Agencias)