La siembra de un nogal fue el signo de un mundo rural que no se resiste al desmantelamiento y afirma su dignidad para seguir reivindicando identidad
(Movimiento Rural Cristiano de A.C. Extremadura).- Es una fecha esperada, como pocas, la celebración del día del Mundo Rural en nuestra región. Las tres diócesis de Extremadura se hicieron notar en un paraje primaveral de la Ermita de Sopetrán (Almoharín). La presencia de militantes cristianos de zonas rurales significativas: Las Hurdes y comarca del Alagón, Vegas Altas del Guadiana, Campiña Sur de Badajoz y Vegas Bajas, dieron vida, contenido y calor al encuentro de este año «Contra las Pobrezas del Mundo Rural», que los Movimientos Rurales de A.C.están promoviendo.
Un grupo de jóvenes ambientó el comienzo del día con el mensaje del papa Francisco:»…porque hay una relación con la tierra que está poniendo a la comunidad rural y su peculiar modo de vida en notoria decadencia y hasta en riesgo de extinción».
No falta nunca en esta cita de la Iglesia en Extremadura el obispo Francisco Cerro, cercano y certero, este año como ponente documentado en la alocución que hizo sobre las pobrezas de nuestros pueblos extremeños y la presencia de la iglesia en los mismos.
Fue desgranando, en un documentado análisis, las carencias del mundo rural de nuestra región, última entre los últimos de Europa, pero espacio sagrado para los samaritanos que le acompañan, porque «lo que no se ama, no tiene futuro, en palabras del obispo, alentándonos a un actuar militante desde el evangelio, «para que encendamos una luz en los pueblos con nuestro trabajo, más que maldecir la oscuridad».
La eucaristía nos congregó para celebrar que «Dios se pone en pie para juzgar, para salvar a los humildes de la tierra» (Sal.76). Se vertieron sentimientos, como ofrenda del trabajo testimonial de tantos hombres y mujeres, formados en el MRC, que trabajan a pie de calle, al hilo de la vida del pueblo, caminando a la par, con presencia en las poataformas desde donde se juegan los intereses de los pobres.
La siembra de un nogal fue el signo de un mundo rural que no se resiste al desmantelamiento y afirma su dignidad para seguir reivindicando identidad, aporte ecológico al mundo urbano, y presencia de vida a pesar de un sistema que descarta.
La comida compartida fue un momento apetecible y convivial, donde los productos típicos de cada zona extremeña, allí presente, hizo las delicias de los comensales.
La tarde se hizo alegre en la fiesta de todos. Un grupo de Tiempo Libre de la escuela parroquial de Miajadas, animó la participación en los bailes, canciones, juegos… ¡como para no terminar!
Hemos sido testigos, los rurales extremeños, de un clamor contra las pobrezas de nuestros pueblos al Señor «que levanta del polvo al desvalido, alza de la basura al pobre», testigos de un sentir que no estamos solos, de un mensaje del papa, hecho compromiso: «ustedes son sembradores del cambio. Que Dios les de coraje, alegría, perseverancia, pasión para seguir sembrando»·
Nada más en un día de celebración gozosa y comprometida. ¡Y nada menos!