El pasado mes de abril, los obispos aprobaran "un ambicioso plan de modernización" en el trabajo de la Casa de la Iglesia, que incluía una apuesta decidida por la transparencia económica
(Jesús Bastante).- La Conferencia Episcopal española convocó este mediodía a los medios a la firma de su convenio con Transparencia Internacional España. Un acuerdo que permitirá a la Iglesia abundar en la transparencia y contra el blanqueo de dinero porque, como explicó el portavoz de la CEE, José María Gil Tamayo, «la transparencia es imprescindible para la credibilidad». «Nos debemos a la gente», apuntó Tamayo antes de la rúbrica. Curiosamente, una comparecencia por la transparencia… en la que no se admitieron preguntas de los medios.
Un, cuando menos, extraño comienzo para una iniciativa ciertamente interesante, en virtud de la cual el máximo órgano representativo de la Iglesia en España quiere seguir los pasos del Papa Francisco en pro de la credibilidad. «Este convenio nos obliga aún más a una buena gestión», apuntó el portavoz de la CEE, quien incidió en que, con este acuerdo -en principio, con una vigencia de dos años- «queremos abrir camino a las diócesis y fundaciones que dependen de la Iglesia en España«.
«Tenemos que dar cuenta también a la sociedad de aquellos buenos fines a los que destinamos sus donativos. Tenemos que convencer. Y para convencer tenemos que ser claros y transparentes», culminó Gil Tamayo. En el convenio, donde no hay contraprestaciones económicas (Transparencia Internacional España funciona como una ONG, que no recibe emolumentos por parte de sus «clientes»), se subraya un decálogo de intenciones, algunas de las cuales, como apuntó el gerente de la CEE, Fernando Giménez Barriocanal, «la Iglesia lleva años cumpliendo».
Entre las más destacadas, la adaptación de un plan contable de entidades no lucrativas para las entidades religiosas, que obligará a dar cuenta de cada euro invertido en diócesis y parroquias, pero también en asociaciones culturales, contemplativas o religiosas, así como en las cofradías o hermandades, que hasta la fecha vivían en una suerte de cajón de sastre. Asimismo, el acuerdo incluye la implantación de una Oficina de rendición de cuentas para Fundaciones y Asociaciones de ámbito nacional. También, la obligación de desarrollar manuales de buenas prácticas para la Conferencia Episcopal, de modo que puedan ser aplicadas por las diócesis.
Y, de cara al futuro, dar los pasos necesarios para, una vez aprobado el Plan Contable, someter a una auditoría contable las cuentas de la Conferencia Episcopal. La aplicación del portal de transparencia en todas las diócesis es otro de los retos del decálogo, que ya cumple, entre otras cosas, la obligación de dar cuenta de los resultados de la campaña del IRPF o la elaboración de la Memoria de Actividades de la Iglesia española. La próxima, por cierto, se presentará en Caixa Forum de Madrid el próximo 9 de junio.
Por su parte, el presidente de Transparencia Internacional, Jesús Lizcano, calificó la firma del convenio de «un hito muy importante», por la relevancia de la Conferencia Episcopal, que «representa a una organización muy amplia y compleja. La Iglesia es la organización social más importante de España».
Finalmente, Giménez Barriocanal subrayó la «gran trascendencia» de la firma, que viene después de que, el pasado mes de abril, los obispos aprobaran «un ambicioso plan de modernización» en el trabajo de la Casa de la Iglesia, que incluía una apuesta decidida por la transparencia económica.
Un acuerdo que, en su opinión, se inspira en cinco criterios: «cumplir la ley; responder a una demanda social (se quiere conocer qué hace la Iglesia); método de captación de recursos de todo tipo (cuanto más se sabe, más se involucra la gente); dar razón de nuestra fe; y con el objetivo de la evangelización».
«Es un camino ambicioso que quiere proponer la CEE para sí y para otras instituciones de la Iglesia», indicó el gerente de la CEE, quien concluyó afirmando que «detrás de la transparencia sólo van a aparecer cosas buenas. Es un paso más, un paso importante«.