Romà Casanova pide "ayudar a la Iglesia de Ruanda, que, en estos momentos, pese a la abundancia de sacerdotes diocesanos, tiene el reto de consolidar las parroquias y los servicios diocesanos
El obispo de Vic (Barcelona), Romà Casanova, ha animado a ayudar a los católicos de Ruanda, donde hay muchos fieles y sacerdotes pero pocos templos, en contraposición a su diócesis, que tiene «muchos templos» pero que «por falta de fe cristiana de nuestro pueblo son difíciles de llenar y de mantener».
En su glosa semanal, titulada «Continuamos siendo una Iglesia misionera», el obispo de Vic certifica que «los tiempos han cambiado» y que su diócesis, antaño exportadora de misioneros, «en este momento de escasez de vocaciones sacerdotales y religiosas, ya no tenemos ningún sacerdote diocesano en tierras de misión».
«Hay, sin embargo -añade el prelado- presencia de sacerdotes y religiosos entre nosotros que son oriundos de los países en que sirvieron nuestros sacerdotes y religiosos».
El obispo vicense asegura, coincidiendo con la celebración mañana de la jornada de la «Diócesis misionera», que «los tiempos han cambiado, pero una Iglesia particular no puede dejar nunca de ser misionera«.
En este sentido, monseñor Casanova aboga por evangelizar «de tú a tú, en la distancia corta» sin cortar con «los lazos con aquellas comunidades eclesiales con las que tenemos vínculos nacidos por la presencia de nuestros misioneros diocesanos».
En concreto, Romà Casanova pide «ayudar a la Iglesia de Ruanda, que, en estos momentos, pese a la abundancia de sacerdotes diocesanos, tiene el reto de consolidar las parroquias y los servicios diocesanos y, además, tiene el gran reto de crear nuevas parroquias para un mejor servicio de los cristianos».
«Entre nosotros tenemos la realidad de muchos templos, que en otros tiempos prestaban un servicio, pero que, por cambios demográficos y, digámoslo sin miedo, por falta de fe cristiana de nuestro pueblo, ahora son difícil de llenar y de mantener«, aduce el purpurado.
En cambio, según el obispo de Vic, «en países como Ruanda tienen muchos fieles, pero pocos recursos para construir, tanto el templo parroquial como las otras edificaciones necesarias para el funcionamiento parroquial».
Por ello, el obispo pide continuar «siendo una diócesis misionera» y «continuar ayudando a aquellas Iglesias de países que están tanto en el pasado como en el presente de nuestra iglesia con un corazón abierto a la misión universal, al servicio de toda la humanidad». (RD/Efe)