Esperamos que este número ayude a avivar el debate necesario, más en estos tiempos de pérdida de horizontes, sobre lo que supone cuidar nuestra casa y las consecuencias que puede tener el descuido de esta para nuestro futuro
(Iglesia Viva).- Acaba de salir el último número de Iglesia Viva: «El cuidado de la casa común», número 267, coordinado por Sebastián Mora Rosado, Secretario General de Cáritas y miembro del Consejo de Iglesia Viva. Este número, que se suma a la lista de reflexiones de IglesIa Viva sobre el tema medioambiental se estructura en tres estudios que ayudan a reflexionar sobre lo complejo y profundo que es hacerse cargo de la realidad globalizada en la que vivimos.
La «economización del mundo» profundiza en rupturas radicales en todos los órdenes de nuestra existencia. Hay innumerables evidencias científicas del sin sentido de nuestro modo de producción y reproducción social. Hay infinitos ejemplos de destrucción de la «creación» en su dimensión cultural, humana, natural y social.
Queremos abordar el «cuidado de la creación» y no podemos ocultar que la publicación de la Laudato si’ ha sido un revulsivo para pensar a fondo desde esta perspectiva. Ahora bien, no es un monográfico sobre la Encíclica última del Papa Francisco.
Antes de su publicación y más allá de ella, como bien expone el artículo de Ivonne Guebara, necesitamos tomarnos en serio un pensamiento más profundo que nos abra la puerta de nuevas cosmologías y teologías sobre la Creación y sus criaturas.
El primer estudio es una reflexión de hace un tiempo de Enrique Leff pero marca con radicalidad cómo hemos «capitalizado la naturaleza» convirtiéndola en un mero producto, un objeto de con- sumo entre otros. Algo que es ya conocido desde hace tiempo y que ha sido un auténtico «pillaje capitalista» de los países del Norte a los del Sur en su expropiación de los recursos naturales.
Pero va más al fondo y lo que nos muestra es que la nueva «geopolítica del desarrollo sostenible» no hace más que enmascarar y profundizar las heridas abiertas en el planeta. Carlos W. PORTO-GONÇALVES nos sitúa en otra aproximación esencial para abordar el «cuidado de la creación».
No solo se trata de «cuidar la Tierra (planeta) sino que tenemos que estar atentos a cómo trabajamos, repartimos y nos apropiamos de la tierra (territorios de cultivo y cultura). Como dice el Papa en Laudato si’ los pobres y expropiados son los primeros que sufren las fracturas de la Madre Tierra. No podemos pensar la «Tierra sin pensar las tierras y viceversa».
Por último, Ivone GUEBARA, desde una teología ecofeminista nos vuelve a ubicar desde otra perspectiva de acercamiento: la teologal. Lo hace analizando críticamente las insuficiencias o contradicciones que posee la Laudato si’. La Encíclica tiene un acercamiento científico actual.
Datos, citas y teorías científicas son usadas con naturalidad y contemporaneidad. Sin embargo, los conceptos teologales y antropológicos son de corte clásico. Una ciencia actual y una teología tradicional se superponen en el texto de manera contradictoria. Llegando a no superar por la rigidez de ciertos conceptos clásicos lo mismo que se propone superar.
El antropocentrismo y la cosificación de la Creación que pretende superar quedan, sin embargo, sin trascender por la perspectiva teologal que sustenta el discurso. Ivonne nos alienta desde su ecofeminismo a reinventar y recrear nuevas narrativas que nos hagan superar las múltiples contradicciones en las que nos movemos.
Completan esta reflexión sobre nuestra casa común dos signos de los tiempos sobre una experiencia de Red Pan-Amazónica (REPAM) y sobre la creciente involucración de asociaciones y jerarquías cristianas en la campañas de sensibilización promovidas por greenpeace. Y puede considerarse como un colofón simbólico de todo lo tratado la habitual reseña de cine que en este número está dedicada a Francisco, juglar de Dios de Roberto Rossellini. Un laico, a veces muy criticado por la jerarquía católica, se adelantaba al papa actual en el ver la actualidad universal de su «Laudato si’, Signore…».
También las dos página abierta encajan en el tema central, recordándonos, respectivamente, la Carta de la Tierra, declaración que la ONU promovió para que pudiera alinearse a continuación de la Declaración sobre los derechos humanos, y lo que podremos encontrar sobre el tema Abriendo Iglesia Viva. Y, finalmente, dos libros: el de Rafael DÍAZ-SALAZAR es una propuesta pedagógica estructurada de cómo hay que educar hoy a los jóvenes en el cuidado de nuestra casa común. Y el de Marià Corbí ofrece un camino laico para conseguir personas con suficiente calidad humana como para llevar con sabiduría procesos de cambio en nuestro mundo tecnificado y frecuentemente deshumanizador.
En la sección de análisis sociorreligioso se entra esta vez en analizar luchas doctrinales en el interior de la Iglesia. Jesús MARTÍNEZ GORDO nos explica cómo se está creando en la cúspide de la Iglesia un auténtico estado de cisma, ya que no se aceptan las propuestas renovadoras de Francisco por falso inmovilismo de quienes piensan que la doctrina católica es depósito irreformable de textos y definiciones.
Y Enric VILÀ LANAO analiza el uso polémico que actualmente se hace por parte de los conservadores de las diversas religiones del término moderno y acientífico de «ideología de ‘gender'», fabricado para causar temor en gente sencilla. Precisamente el carácter no ideológico y realista del pensamiento del papa Francisco es lo que más alaba desde fuera de la Iglesia un pensador no cristiano, Santiago ALBA RICO, en el tercero de los signos.
Esperamos que este número ayude a avivar el debate necesario, más en estos tiempos de pérdida de horizontes, sobre lo que supone cuidar nuestra casa y las consecuencias que puede tener el descuido de esta para nuestro futuro.