¿No sería el tiempo propicio y urgente para que la Conferencia Episcopal Española promoviera unas Jornadas, a nivel nacional, sobre la puesta al día de una pastoral rural misionera?
(Enrique Gómez).- Los sacerdotes consiliarios de los movimientos rurales de acción católica, desde hace unos años, vienen planteándose seriamente qué respuestas pastorales dar, en estos tiempos, a una Iglesia rural en «alerta roja».
Esa fue la preocupación que les reunió en Madrid los días 1 y 2 de Diciembre en torno a qué palillos tocar y a contrapié entre la secularización, que también llegó a los pueblos, y una búsqueda sincera de una pastoral rural misionera.
Un cierto cansancio en el mundo rural, consecuencia de unas políticas sin alma, de «que todos se van y lo que había nos lo han quitado», también se trasluce en una Iglesia rural a contrapié entre la religiosidad popular que se resiste a ser evangelizada y los nuevos retos que la realidad de nuestros pueblos nos plantea a la evangelización.
El MRC congregó, en unas Jornadas de dos días, a sacerdotes rurales de las diócesis de León, Segovia, Zaragoza, Huesca, La Rioja, Albacete, Plasencia, Ávila, Málaga, Mérida – Badajoz, Toledo y Coria-Cáceres.
Una ayuda inestimable para comprender la realidad de la secularización y su influencia en la iglesia rural, vino de D. Rafael Díaz Salazar, catedrático de sociología y relaciones internacionales en la Universidad Complutense (Madrid), creyente activo, y conocedor como nadie de la sociología religiosa. Su enjundioso saber, lleno de experiencia de años en contacto con la evolución de la iglesia en nuestro país, fue mostrando las claves de un mundo rural, un tanto sordo hoy día, al toque de campanas y de unas parroquias rurales, donde la sombra de la torre ya no llega a todos los ambientes y sectores del pueblo. Un análisis serio de causas y consecuencias desgranó carencias y aciertos en la pastoral rural.
El diálogo de los asistentes fue poniendo reflejos de la implicación que, en estos tiempos, exige de los agentes de pastoral para una evangelización más misionera en los pueblos. Es urgente cómo el papa Francisco nos está llamando a «una nueva etapa evangelizadora marcada por la alegría, e indicar caminos nuevos para la marcha de la Iglesia en los próximos años».
El camino es arduo, sobre todo para muchos sacerdotes presentes, con ministerio en pequeños pueblos, y que exige una espiritualidad de alto voltaje evangélico.
En la jornada del día 2, dedicada a descubrir las sombras y luces en nuestras parroquias, D. Ángel Martín, consiliario de cáritas diocesana de Coria-Cáceres, de larga experiencia en pueblos pequeños, nos ayudó a entrar y mirar este mundo rural pobre desde la mirada de los datos y de una pedagogía, llena de espíritu evangélico, que acompañe el paso de una iglesia de cristiandad a una iglesia de misión. Las claves que sacaron entre todos orientan y animan, aunque el reto es difícil, a trabajar en nuestros pueblos una pastoral muy acorde con una Iglesia que no quiere ser aduana y sí tienda-hospital de campaña.
La convivencia y los tiempos dedicados a la oración y celebración confirman, cada vez más, de la necesidad de este tipo de encuentros, sobre todo a sacerdotes que estamos en búsqueda y de saber responder a la encrucijada misionera.
En el ambiente y en las conclusiones finales, los curas de pueblo auspiciaban dos conclusiones, entre otras, y que posiblemente sea opinión muy general en nuestras diócesis más rurales: que hemos de superar miedos, rutinas y vacilaciones.
Hemos de aunar esfuerzos y aprender unos de otros ante los nuevos retos que nos plantea la nueva realidad rural de nuestros pueblos; y que la apariencia gris y desanimante de la terca realidad parroquial rural no es ajena, muy pareja a la de la iglesia española, que con urgencia tiene que dar respuesta a la nueva realidad rural que vivimos con una pastoral de Iglesia en salida.
Y desde esta constatación lanzamos a nuestros obispos lo siguiente: ¿No sería el tiempo propicio y urgente para que la Conferencia Episcopal Española promoviera unas Jornadas, a nivel nacional, sobre la puesta al día de una pastoral rural misionera?
Los curas de pueblo estamos necesitando aliento e instrumentos pastorales en esta encrucijada, y les pedimos lo que de ellos urge Francisco: «estarán delante para indicar el camino y cuidar la esperanza del pueblo, otras…en medio con cercanía sencilla y misericordiosa, y en ocasiones…detrás del pueblo para ayudar a los rezagados.»(EG.31)
Unas jornadas en que se refuerzan nuestras opciones y se refrescan nuestras fuerzas. Siempre son para nosotros ocasión de alegría y esperanza. Soñar es hoy casi obligado. Y así, con el corazón contento, volvimos convencidos «de que para avanzar en el camino es necesario una conversión pastoral y misionera que no puede dejar las cosas como están. Ya no sirve una simple administración.
Los curas de pueblo buscan «salidas» en una Iglesia rural en salida.