Farrell mostró su apoyo al proyecto de la Acción Católica General, y subrayó su trabajo "no tato al interior del templo, sino en el ámbito de las parroquias y sus necesidades"
(Jesús Bastante).- El proceso de «refundación» de la Acción Católica General, aun costoso, ha sido bendecido por el Vaticano. El propio prefecto del nuevo dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, el cardenal Kevin Farrell, recibió hace unas semanas a los responsables de este movimiento del laicado, quienes le presentaron su nueva estructura y el proyecto para insertarse en las parroquias como aglutinador del laicado católico.
Hombres y mujeres «normales», no necesariamente inscritos a movimientos o sectores especializados de la Acción Católica. Los «laicos de a pie», de parroquia, que durante años se han visto subsumidos a un papel testimonial dado el auge de los nuevos movimientos y determinadas formas de asociacionismo.
Durante la semana de la Plenaria, según ha podido saber RD, el secretario de la Comisión de Apostolado Seglar, Antonio Cartagena; el presidente de la ACG, Antonio Muñoz Varo; y su consiliario, Manuel Verdú, mantuvieron una entrevista con Kevin Farrell, y con el secretario del Governatorato del Estado Vaticano, el español Fernando Vérgez.
Durante el mismo, Farrell mostró su apoyo al proyecto de la Acción Católica General, y subrayó su trabajo «no tato al interior del templo, sino en el ámbito de las parroquias y sus necesidades», subraya Antonio Cartagena. Se trata, ni más ni menos, que de potenciar el papel de los «laicos habituales» de las parroquias y las diócesis. Aquellos que no traen consigo más adjetivo que el de bautizados.
Todo ello, sin menospreciar la labor que movimientos e instituciones realizan en el interior de la Iglesia, pero dando protagonismo a la parroquia y sus necesidades. «Los obispos quieren apoyar a la ACG, y el Vaticano ha confirmado su apoyo», subraya Cartagena.
Entre los actos clave, se encuentra una peregrinación que tendrá lugar a finales de julio, desde Tui a Santiago de Compostela, y una asamblea de laicos, abierta a todos, que se celebrará del 2 al 7 de agosto en la cuna del Apóstol.
Durante el encuentro, «Farrell agradeció muchísimo el proyecto, nos dijo que en estos meses era la primera vez que le traían una cosa concreta«. Aunque no confirmó oficialmente su presencia, «nos dijo que, si podía, se desplazaría a Santiago en agosto».
Antes, los representantes de la Acción Catolica General mantuvieron un encuentro con Vérgez, quien se comprometió a entregar el material, con la propuesta, al Papa en mano.
«Los obispos ven más una Acción Católica General, pero no para la liturgia, sino para la respuesta social y política (no sólo las especializadas)», añade Antonio Cartagena. El objetivo no es otro que «favorecer el trabajo en parroquias y diócesis, y si después los laicos quieren entrar en Acción Católica, pues bien. Pero lo principal es conseguir, a nivel parroquial y diocesano, una formación confortada por la experiencia y el testimonio». Un ambicioso plan para volver a rentabilizar el enorme capital del laicado comprometido en España.