No es un cargo hacia arriba, sino hacia abajo, de servicio, para construir fraternidad y humanidad dentro de un mundo que lo necesita. Todos tenemos que trabajar más por la paz y la concordia, por no hacer confrontaciones
(Jesús Bastante/Agencias).- «No sé cómo va esto, porque nunca me habían nombrado cardenal». El arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, compareció esta mañana ante los medios tras su nombramiento, que aseguró «me cogió por sorpresa», como purpurado por parte de Francisco.
Durante la rueda de prensa, Omella admitió la tesis de que él y Osoro son los hombres del Papa en España. «Es cierto que el Papa ha confiado en nosotros«, apuntó, si bien incidió en que «no somos los únicos que tenemos que trabajar, se tiene que hacer en comunión, no es cosa de una sola persona, nosotros podemos poner gasolina al motor, pero se tiene que hacer de forma sinodal«.
El neocardenal Omella compareció en la sede del Arzobispado de Barcelona, y confesó que supo de la noticia gracias a la llamada del arzobispo de Pamplona, Francisco Pérez, quien se encontraba en la plaza de San Pedro cuando Francisco anunció el nuevo Consistorio. «Estaba visitando un centro de Cáritas en una parroquia de L’Hospitalet, y me llamó el obispo, que es amigo, y como es muy bromista pensé que me estaba gastando una broma. ‘Enhorabuena cardenal’, me dijo y yo le contesté: ‘déjate de bromas’. Pero me insistió en que estaba en la plaza de San Pedro y que lo acababa de escuchar del Santo Padre. Luego otras llamadas me lo confirmaron», explicó.
El nuevo cardenal, que ha reconocido que su nombramiento «estrecha aún más los vínculos entre Barcelona y el Vaticano», no ha querido hacer ninguna lectura política de su nombramiento: «nosotros solo hacemos lecturas de fe». Así, Omella admitió que ser cardenal «es una gran responsabilidad», que supone «un encargo de servicio, para hacer un mejor servicio a los demás, sobre todo a los más vulnerables».
«No es un cargo hacia arriba, sino hacia abajo, de servicio, para construir fraternidad y humanidad dentro de un mundo que lo necesita. Todos tenemos que trabajar más por la paz y la concordia, por no hacer confrontaciones», subrayó.
Respecto al resto de nombramientos de los otros cardenales anunciados ayer por el Papa, Omella ha opinado que se trata de creación de cardenales «en la periferia y no sólo en Europa», aunque ha bromeado que el de Barcelona lo ha creado porque «estamos en el corazón de Europa, una ciudad por donde pasan todas las culturas».
Sobre la próxima reestructuración que prepara para la archidiócesis de Barcelona, Omella ha reconocido que está a la «expectativa» de si su actual obispo auxiliar, Sebastià Taltavull, es nombrado obispo de Mallorca y del nombramiento de los dos nuevos obispos auxiliares para Barcelona que ha solicitado.
En cuanto a Cataluña, Omella apostó por construir «fraternidad y más comunión«, y destacó que, entre sus prioridades, estará la de «no hacer confrontaciones de civilizaciones, religiones y culturas».
Preguntado por la reciente carta de los obispos catalanes reunidos en la Conferencia Episcopal Tarraconense (CET) que pedía que «sean escuchadas las legítimas aspiraciones del pueblo catalán», ha recordado que en esta petición instaban al diálogo.
«Si no escuchamos a unos y otros difícilmente podremos trabajar por el bien común«, recalcó el futuro cardenal, quien pidió «colaborar y trabajar con el pueblo catalán, en que hay tantas sensibilidades». «Es absolutamente necesario el diálogo, escucharse los unos a los otros y trabajar todos por el bien común», insistió.