Mucho del dinero que se gasta en los CIEs (seguridad, suministros, traslados, flete de aviones...) podría emplearse en otras políticas y medidas de acogida e integración
(José Luis Pinilla, sj*).- Pueblos Unidos (Jesuitas) y Karibu (Mercedarios), junto a Sos Racismo Madrid, denunciaron que la dirección del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Aluche había restringido «unilateralmente» las visitas que hacen las organizaciones de defensa de los derechos de los inmigrantes. Decisión revocada ante la petición (muy bien razonada por los excelentes abogados que tienen) que hicieron al respecto ante la jueza de control correspondiente.
Es un dato más de la presencia eclesial en la defensa de los emigrantes y refugiados, en este caso concreto junto a Sos Racismo como otras veces lo han hecho junto a otras asociaciones civiles. En este caso concreto ante unas medidas que afectaban a los derechos de los emigrantes a través de los CIEs, que Pueblos Unidos en su informe último (2016) calificaba como instrumentos de control de fronteras.
¿Y no hay otras alternativas?
Claro que las hay; algunas, posibles con la actual ley en la mano; otras, deseables y más humanas.
– Según la ley, la mayor parte de los expedientes por estancia irregular deberían terminar con una sanción económica, no con el internamiento en los CIEs (al que se recurre sistemáticamente).
– Si es tan alto el número de internos que son «inexpulsables», habrá que tener más Centros de acogida temporal y menos CIEs.
– No se deberían mezclar en los mismos centros las personas recién llegadas de modo irregular con las que tienen arraigo en España pero no han podido conseguir los papeles o los han perdido, y con las procedentes de la prisión para ser expulsadas: son tres situaciones tan distintas que requieren respuestas diversas.
– Y mucho del dinero que se gasta en los CIEs (seguridad, suministros, traslados, flete de aviones…) podría emplearse en otras políticas y medidas de acogida e integración. Evitando sufrimientos inútiles y siendo más eficaces a medio plazo.
Alternativas que piden el SJM, Karibu, Sos Racismo y otras organizaciones, junto al cierre de los mismos.
Porque los CIE sirven a otro fin para el que fueron creados y las «sinrazones» dadas contradicen incluso la jurisprudencia del Tribunal Constitucional. Lo señalan el adjunto a la Defensora del Pueblo Fernandez Marugán y el catedrático Javier de Luca, en la brillante entrada al Informe:
«Dos de cada tres extranjeros que han sido internados en los CIE acaban siendo puestos en libertad, lo que acredita empíricamente el fracaso de la finalidad que supuestamente justificaría su existencia (…) esto es, asegurar la expulsión de nuestro país de todos aquellos a los que jurídicamente se debe considerar expulsables». Se necesitan centros, pero no cerrados, sino de acogida.
Postura de la Iglesia
Expulsables o descartables. El Papa Francisco dijo en febrero que el principal problema ético del capitalismo en la actualidad «es que continúa produciendo descartados para después esconderlos o curarlos y no verlos más». Similar calificativo al que se recoge en el Informe del SJM apoyándose en el desaparecido Zygmunt Bauman: «Piezas desechables en escenarios de esa nueva industria del desecho humano en la que parecemos empeñados de un sistema sometido a la más radical concepción de un mercado global desregulado que se autodirige por el principio del máximo beneficio…» .
La voz de la Iglesia a propósito de los CIEs ha sido clara. Los obispos de Migraciones, la Red Migrantes con Derechos (Cáritas, Confer, Justicia y Paz y la CEM), Delegaciones diocesanas afectadas y la gente de base -que por cierto nutren muchos voluntariados de presencia en los CIEs-, como delegados diocesanos, capellanes, religiosos de varias congregaciones, abogados, técnicos, la gente de Caritas, etc., siempre están en primera línea ayudando a los internos, a los que entran, a los que salen, denunciando cuando hay lesiones a los derechos humanos y pidiendo siempre alternativas.
Ha gestionado salidas, procesos jurídicos, acompañamiento legal, ha evitado devoluciones, etc. Y ha apoyado y difundido los informes del SJM, Karibu y de otras ejemplares organizaciones no eclesiales que trabajan este tema que son objetivos, rigurosos, claros y… proféticos. Y que reciben todas las diócesis como apoyo a su trabajo amén de otros apoyos técnicos de otras organizaciones y de Cáritas.
Por eso mientras se cumple el deseo eclesial de crear alternativas -escrito varias veces en notas o comunicados episcopales formales (véanse por ejemplo los mensajes de las Jornadas de Migraciones de 2012, 2014 y 2015) o en manifestaciones frecuentes por escrito y en conferencias desde el Secretariado de la CEM, etc.-, la Iglesia sigue presente tras un convenio firmado con la Administración Publica, acompañando, sirviendo, defendiendo, actuando desde una pastoral INTEGRAL que aborde todas las dimensiones de esta situación que tan injustamente padecen hermanos nuestros en los CIEs. Y que ahora está siendo evaluado por los mismos capellanes de los CIEs.
Es necesario soñar
Hace poco escribí estas letras:
Estaba haciendo fila en un aeropuerto antes de llegar al escáner para la revisión de mi mochila. Dentro de ella dos cosas que también deposité en la cinta transportadora: una almohada inflable para el cuello ante el previsible sueño en el avión y el citado Informe del que os acabo de hablar. Me pasa como a la mayoría (¡gracias a Dios!) y es que subir a un avión me produce un efecto adormecedor casi al momento (exactamente cuando el avión empieza a despegar). Los ojos se cierran por arte de magia y empiezo a dormir y soñar.
Por eso llevaba la almohada para dormir y el citado Informe CIE 2016 del SJM. Mientras la mochila, la almohada, el informe y las mil pequeñas y cotidianas depositadas en las bandejas hacían su viaje hacia el escáner, recordaba una maldad descrita por Eduardo Galeano: esa máquina puede ser detectora «de sueños peligrosos para el orden público». Es decir ¿podrá llegar un día que los escáneres podrán desvelar los sueños depositados en nuestras almohadas o los que se pudieran extraer de mi cerebro cuando con un cierto pudor atraviese alguno de esos nuevos escáneres que te ven «casi» todo?
Y otro presagio futurista peor: ¿Podrán esas infernales máquinas detectar también los sueños de las personas de nuestros cuadernos, diarios, agendas o, en como en este caso, los de las personas que describe el Informa CIE 2016 del SJM?
Podrían esas máquinas detectar -y por tanto seguramente prohibir por razones preventivas de orden público- los sueños de personas que tras un tiempo en el CIE ya están identificadas como posibles sujetos de repatriación o expulsión. Un miedo ya pegado en los anhelos y sueños de vivir de Josee ya fuera del CIE, que sueña con reiniciar su vida en Europa a donde llegó en patera, para poder trabajar y poder reagrupar con ella a sus hijos y que ahora vive en un centro de acogida.
Pero probablemente en sus sueños sigan apareciendo los monstruos irracionales preguntando las razones que nunca comprendió el por qué se expulsa a las personas en su situacion. Como en los sueños de Ambroise que recién llegado a España en patera fue ingresado inmediatamente en un CIE junto con personas delincuentes. Protestó con otros y se negaron a comer.
Posteriormente, todos sus compañeros fueron liberados. Él terminó en un albergue de personas sin hogar. Pero ahora en la calle «malsueña» con otros monstruos que le acechan ahora en la acera. O Mohamed, menor de edad sin pruebas para determinarlo, que tras veinte horas en patera enviaron al CIE, donde estuvo un mes. Lo pasó muy mal, tenía miedo, no le gustaba estar con gente mayor o con antecedentes penales. Salió sin ser reconocido como menor. En sus sueños seguro que se le actualizan estas historias monstruosas.
Conclusión
Bienvenida la denuncia ante la prohibición de las visitas a los CIEs. Bienvenida la revocación judicial casi inmediata de la medida. Benditos los que lo hicieron posible.
Los CIEs no cumplen su función y hay muchos datos que lo avalan. Por lo tanto no son necesarios. Y mientras tanto hay mucha, mucha, mucha gente que sufre.
Voy a seguir soñando despierto para volar hacia un nuevo aeropuerto en los «archipiélagos de la esperanza» de los que habla Javier de Lucas en su informe y que hay que salvar y construir entre todos. Y dejarse inmantar por la utopía soñadora la que apunta el evangelio que gracias a Dios nunca está ausente ni en vacaciones. Como decía Aute: «Quien no tenga sueños, que se disponga a tener dueños».
Quien quiera oir, que oiga. Esto está escrito para que se sepa.
*José Luis Pinilla, sj, es Director del Secretariado de Migraciones de la Conferencia Episcopal Española.