"No es bueno 'internacionalizar' el tema de Cataluña", sostiene el arzobispo de Zaragoza

Vicente Jiménez: «La Virgen del Pilar nos exhorta a vivir en la casa común, que es España»

"Siempre cabe el diálogo en el marco de la Constitución aprobada por todos los españoles"

Vicente Jiménez: "La Virgen del Pilar nos exhorta a vivir en la casa común, que es España"
VIcente Jiménez, rodeado de jóvenes de su archidiócesis

En estos delicados momentos veo a Mons. Omella sereno, esperanzado, con fortaleza de testigo, clarividencia de guía y con corazón de pastor que quiere el bien de todos sus hermanos

(José M. Vidal).- Cuando parece que peligra la unidad de la patria, el arzobispo de Zaragoza. Vicente Jiménez Zamora, se prepara para celebrar la fiesta de la patrona del país, que, a su juicio, «nos exhorta a vivir en la casa común, que es España». El prelado maño apuesta por el diálogo en el tema catalán, pero «en el marco de la Constitución», no cree que el Vaticano medie en el conflicto, porque «no es bueno internacionalizarlo» y asegura que el cardenal Omella, en el epicentro del procés, está «sereno, esperanzado, con fortaleza de testigo, clarividencia de guía y corazón de pastor».

¿Ya se siente plenamente aragonés y zaragozano, después de casi tres años en Zaragoza?

Me siento obispo de la Iglesia católica en comunión con el Colegio Episcopal, que preside en la unidad y en la caridad el Sucesor de Pedro, el Papa Francisco. Me he sentido obispo de Osma-Soria, que es mi tierra; me he sentido Obispo de Santander en Cantabria. Ahora me siento obispo encarnado en esta tierra aragonesa y en esta Diócesis de Zaragoza. Me siento unido a mis hermanos obispos de las Diócesis aragonesas en proyectos pastorales comunes.

¿Se ve querido y aceptado en la Archidiócesis?

Creo que el pueblo fiel me ha acogido como a su pastor y me siento querido en general por los sacerdotes, miembros de vida consagrada y fieles laicos. Así lo percibo en las visitas pastorales que realizo en la Diócesis en contacto directo con el pueblo. No obstante, comprendo que algunos sacerdotes, religiosos y fieles no entiendan algunas de mis decisiones. Es normal. No se puede dar gusto a todos. Ya dice Santa Teresa de Jesús que «es difícil contender con muchos pareceres».

¿Lo que más le ha dolido fue el tener que comparecer como imputado por un delito de espionaje?

No fui imputado, fui llamado a declarar como investigado. Pero ni hubo delito ni espionaje. He llevado la cruz con serenidad, con la conciencia tranquila, porque en todo momento obré conforme a derecho y según las normas de la Iglesia, buscando el bien de la Diócesis y los derechos de las personas.

El auto dictado por unanimidad de tres magistrados de la Audiencia Provincial de Zaragoza reconoce que la actuación del Arzobispo «fue legítima, justificada, proporcional e idónea», y que no había justificación para que el juez instructor me llamara a declarar, porque no había indicio de delito. En todo momento busqué la verdad, que «padece, pero no perece».

50 seminaristas en todo Aragón. ¿Cómo ve la botella vocacional: medio llena o medio vacía?

El tema de las vocaciones sacerdotales es complejo y hay muchos factores que influyen en la disminución de las vocaciones. No obstante, por lo que se refiere a la Diócesis de Zaragoza, estoy contento y esperanzado. El ambiente del Seminario es sano y se respira alegría y paz entre los superiores y los seminaristas. Está aumentando el número de seminaristas de nuestra tierra en el Seminario Mayor. Este año ha comenzado a funcionar el Seminario Menor. Habrá que seguir fomentando entre todos la «cultura vocacional», como quiere la Iglesia con el nuevo plan de formación sacerdotal.

¿Qué le va a pedir a la Virgen del Pilar, el día de su fiesta?

Le pediré lo que dice la oración colecta del día de su fiesta: «fortaleza en la fe, seguridad en la esperanza y constancia en el amor». Además, le confiaré los trabajos y frutos de nuestra Programación Pastoral Diocesana 2017-2018: bajo su protección queremos edificar una Iglesia de «puertas abiertas» acogedora, comunitaria, sencilla, en sintonía con el Papa Francisco.

Finalmente le pediré que cubra con su manto al Papa Francisco, a los obispos, miembros de vida consagrada y fieles laicos; a las autoridades e instituciones: Que el sagrado Pilar siga siendo raíz y fortaleza de la fe católica en España.

¿Le duele festejar a la Virgen del Pilar, en un momento en que parece que España se rompe?

El dolor se transforma en esperanza paciente. La Virgen del Pilar ha estado siempre presente en nuestros pueblos de Aragón, de España y de Hispanoamérica. Ahora desde el cielo sigue siendo Abogada en nuestras necesidades materiales y espirituales. Nos ayuda a no dejarnos dominar por el miedo y la desesperanza, y nos anima como buena Madre a querernos como hermanos y a construir una sociedad en paz y unidad, más fraterna y solidaria; nos exhorta a vivir en la casa común, que es España, unidos por vínculos de fe, historia y proyecto común.

¿Qué opina de la actuación de los cuerpos y fuerzas de seguridad el 1-0?

Que han cumplido con su deber en una situación muy delicada, para garantizar la seguridad de todos. Debemos apoyar a los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado que tienen como misión proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades de todos y garantizar la seguridad ciudadana.

Llegados a este punto, ¿cabe todavía el diálogo que ofreció la Comisión Permanente de la CE en su Nota?

Siempre cabe el diálogo, cuando se dan las condiciones de las que hablamos los obispos en la Nota, desde la verdad, la búsqueda del bien común, como señala la Doctrina Social de la Iglesia, y en el marco de la Constitución aprobada por todos los españoles, aunque la Carta Magna puede ser reformada, porque no es un dogma de fe. El Papa Francisco nos indica que «es hora de saber cómo diseñar, en una cultura que privilegie el diálogo como forma de encuentro, la búsqueda de consensos y acuerdos, pero sin separarla de la preocupación por una sociedad justa, con memoria y sin exclusiones» (Exhortación apostólica Evangelii Gaudium, n. 239).

¿Es posible que el cardenal Omella o algún otro eclesiástico se ofrezca para mediar?

Los obispos de la Comisión Permanente decimos en el último párrafo de la Nota que «ofrecemos nuestra colaboración sincera al diálogo en favor de una pacífica y libre convivencia entre todos».

¿Cree que podría intervenir en la mediación incluso el Vaticano?

Creo sinceramente que no es bueno «internacionalizar» el tema de Cataluña, porque no se trata de dos Estados en igualdad de condiciones. Hay una asimetría. La propia Constitución ofrece mecanismos para solucionar el conflicto entre todos nosotros. Yo creo que es posible desarrollar una comunión en las diferencias y la diversidad dentro de la unidad. La unidad debe prevalecer sobre el conflicto.

Imagino que habla a menudo con Mons. Omella. ¿Cómo se encuentra el cardenal de Barcelona?

Hablo con él y con el resto de hermanos obispos en nuestros encuentros en el Comité Ejecutivo, en la Comisión Permanente y en la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española, y en otras ocasiones.

En estos delicados momentos veo a Mons. Omella sereno, esperanzado, con fortaleza de testigo, clarividencia de guía y con corazón de pastor que quiere el bien de todos sus hermanos. Desde que ha llegado a Barcelona trata de ser el pastor de todos y con todos. Rezo por él y por todos los hermanos obispos, que compartimos la solicitud por todas las Iglesias.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA
Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

Lo más leído