Una tormenta que azotó la nación cubriéndola de polvo, de sangre y de cadáveres...Una macabra exaltación del odio
(José M. Vidal).- Solemne beatificación de 60 mártires vicencianos en el Palacio de Vista Alegre de Madrid, presidida por el cardenal Angelo Amato. En su homilía, un duro alegato contra los «asesinos de los mártires», el prelado curial invitó a los presentes a no olvidar «esa página oscura de crueldad gratuita contra personas indefensas e inocentes».
El coso de Carabanchel (normalmente dedicado a grandes eventos políticos) congregó, esta vez, a miles de católicos, para asisitir a la solemne beatificación de los 60 mártires. Con una treintena de obispos y varios cardenales, entre ellos, Osoro, Blázquez, Cañizares, Amigo, Omella o Rouco.
Tras los saludos iniciales y el canto del ‘Señor, ten piedad’, el cardenal Osoro introduce el rito de la beatificación, con la súplica que realizan el arzobispo de Madrid y el de Valencia. A continuación, Sor Josefina, vicepostuladora de las Hijas la Caridad, lee una amplia glosa de la vida y muerte de los mártires: «Murieron sin odio. Perdonaron a los causantes de su muerte…Amaban la vida, a su familia, su tierra, su vocación, pero a Dios sobre todas las cosas».
El prefecto de la Causa de los Santos da lectura a la Carta apostólica, escrita en latín, en la que el Papa inscribe en el libro de los santos a los mártires. Tras lo cual, se desvelan las gigantografías con los rostros de los nuevos beatos, mientras el coro entona el ‘Christus vincit’.
A continuación, la procesión de las reliquias de los mártires, acompañadas por palmas, símbolo del martirio. El cardenal Amato las inciensa y venera, tras lo cual los arzobispos de Madrid y Valencia dan las gracias al Papa por los nuevos beatos. Y el coro y la orquesta de la JMJ entona el ‘Gloria’.
Liturgia de la Palabra. Primera lectura del segundo libro de los Macabeos: «Estamos dispuestos a morir, antes que quebrantar la ley de nuestros padres». La segunda lectura de la carta del apóstol Santiago.
Algunas frases de la homilía del cardenal Amato
«Celebrar a los mártires es celebrar el misterio del amor absoluto de Dios, pero también supone acercanos al misterio del mal absoluto, causado por el enemigo de Dios»
«Los mártires nos introducen en el luminoso horizonte de la bondad; los verdugos, en las tinieblas del corazón humano»
«Mártires de la fatídica persecusión religiosa de 1936-39»
«Doble propósito: invitar a los fieles a permanecer firmes en la fe e invitar a todos a evitar el terror de aquellos años oscuros»
«La betatificación de los mártires es una ocasión para ensalzar la fuerza del bien, que vence al mal»
«El bien es una brújula que orienta al ser humano hacia la fraternidad»
«La única razón de sus asesinatos fue el hecho de ser católicos»
«Con el único objetivo de aniquilar a la Iglesia católica»
«Una ola de vandalismo ciego e ignorante»
«Una tormenta que azotó la nación cubriéndola de polvo, de sangre y de cadáveres…Una macabra exaltación del odio»
«Una persecución ciega e inhumana»
«El ejercicio de la caridad era la obra social más evidente de los vicencianos»
«Un tesoro de caridad social, que provocó el enojo de los partidarios del mal»
«San Agustín dice que no es el suplicio lo que hace mártir al cristiano, sino la causa de la muerte»
«Ellos son los testigos del Evangelio; sus asesinos no honran la dignidad del ser humano»
«Llamados a imitar a los mártires»
«Invitados también a orar por sus verdugos, ofreciendo también nosotros el regalo precioso de nuestro perdón»
«No podemos ni debemos olvidar esa trágica historia: página oscura de crueldad gratuita contra personas indefensas e inocentes»
«No podemos ni debemos olvidar para que no se repita una oleada de odio contra el cristianismo»