La ideología de género "niega la diferencia y la reciprocidad natural de hombre y de mujer. Esta presenta una sociedad sin diferencias de sexo, y vacía el fundamento antropológico de la familia"
(J. B.).- El Nuncio de Su Santidad en España, Renzo Fratini, pidió a los obispos españoles «vivir la colegialidad episcopal» y trabajar por la sinodalidad, pues «caminar juntos es el camino constitutivo de la Iglesia».
En su saludo a la Asamblea Plenaria, Fratini recalcó el «signo de comunión eclesial» que supone esta reunión, y apuntó dos temas «importantes y delicados» a tratar. El primero, la sinodalidad. El segundo, la ideología de género.
En cuanto al primero, y teniendo en cuenta la reforma de los Estatutos de la CEE, el Nuncio subrayó que «es en el Colegio Episcopal donde reside la Sucesión Apostólica»; y que «a través de las Conferencias Episcopales, nacidas de un interés pastoral práctico e inmediato, se vive el «afecto colegial» como dice la Constitución Lumen Gentium»
«Vivid la colegialidad episcopal, enriquecida por la experiencia de la que, cada uno, es portador y que alcanza las lágrimas y las alegrías de vuestras Iglesias particulares. Caminar juntos es el camino constitutivo de la Iglesia… Respiración y paso sinodal revelan lo que somos y el dinamismo de comunión que anima nuestras decisiones«, añadió el Nuncio, citando un discurso del Papa a los obispos italianos.
En lo tocante a la ideología de género, Fratini subrayó «su implantación en el curso de las leyes, con efectos que, de forma obvia e indudable, afectan al bien común y al bien objetivo de la familia».
«La Iglesia, ni en su doctrina ni en su actuación, puede ser identificada con posturas contrarias a la dignidad de la persona humana», recalca el Nuncio, quien señala que la ideología de género «niega la diferencia y la reciprocidad natural de hombre y de mujer. Esta presenta una sociedad sin diferencias de sexo, y vacía el fundamento antropológico de la familia».
Asimismo, Fartini recalcó que «es inaceptable que las Iglesias locales sufran presiones en esta materia» y lamenta «su imposición a los niños en su proyecto educativo, reafirmando la postura permanente de la Iglesia».
Finalmente, y retomando sus palabras iniciales, el Nuncio insistió «en la mutua colaboración en la unidad. Es algo que importa mucho tener en cuenta». Así, pidió a los obispos «ser pacientes, tratarse como hermanos. Ser coherentes con las decisiones tomadas en común. Esto exige tener actitudes concretas de respeto reciproco, superando posturas egoístas o perjuicios, y dominando, absolutamente, cualquier fermento de división y todo escándalo».