Los laicos defienden a Miguel Rosendo y denuncian amenazas de Isaac Vega

El investigador privado se inventó la «secta de los miguelianos» con un informe presentado a la Guardia Civil

Su trabajo podría haber violado la ley, lo que haría nulo todo el proceso

El investigador privado se inventó la "secta de los miguelianos" con un informe presentado a la Guardia Civil
Una de las ruedas de prensa en defensa de Miguel Rosendo RD

Descontextualizar tradiciones legendarias de la Iglesia ante la Guardia Civil con una investigación privada, es más que grave y merece ser denunciado

(E. Lostao, J. L. Castón y J. I. Martín, sacerdotes).- Bien podría llamarse «el inventor» de la secta de los Miguelianos. Armando González Freiría presentó a la Guardia Civil un informe sobre presuntos comportamientos sectarios que, tras un linchamiento mediático, desencadena la apertura de diligencias.

Había que construir una secta monstruosa

Los padres que forman la acusación particular contra Feliciano Miguel Rosendo Da Silva tenían la necesidad de construir una secta para acusar al presidente de la Asociación Pública de Fieles Orden y Mandato de San Miguel Arcángel de anular su voluntad. Pero tenían poco tiempo. Contrataron los servicios de INVESTIGACIÓN ZENTRAL, S.L. en agosto de 2014 y tan solo un mes y medio después habían logrado el objetivo: un informe de más de cien páginas presentado a la Guardia Civil el 6 de octubre de 2014.

El informe del investigador privado que «nunca se infiltró»

Armando González Freiría comienza su trabajo, tal y como él mismo ha declarado ante diversos medios de comunicación, infiltrándose durante nueve meses en la sede de la que después -y gracias a su informe- empezó a llamarse la secta de los Miguelianos.

Pero la verdad es que nadie -ni él mismo- sabe dónde se infiltró pues, tres meses antes de ser contratado por José Manuel Lima, las consagradas que pertenecían a Orden y Mandato ya se habían trasladado a Madrid y además ya no vivía nadie en la casa madre de la asociación en Oia. En su informe aparecen las fotografías de una casa que no corresponde con el domicilio supuestamente investigado.

«No me infiltré. Llevaría mucho tiempo»

Así lo tuvo que reconocer en el juzgado de instrucción n° 1 de Tui. En efecto, una vez levantado el secreto de sumario en marzo de 2016, la defensa de Miguel Rosendo había solicitado su presencia en los juzgados para explicar el informe. Excusó su presencia presentando informes médicos ilegibles; incluso un funcionario comentó al abogado de la defensa de Miguel que tenía un cáncer terminal. De eso hace ya dos años…

Por fin, acudió a declarar el 3 de noviembre de 2016 y reconoció que no se había infiltrado en Orden y Mandato «porque ello llevaría mucho tiempo.» No parece haber respuesta al por qué siguió paseando esta falsedad en los medios de comunicación. De hecho, sus declaraciones en la prensa en enero del presente, -más de un año después de su declaración ante el juez- son otra muestra de cómo sigue paseando su hazaña en los medios, aun incluso después de haber declarado lo contrario en el juzgado.

¿Ritos sectarios? Cambiarse de nombre es un rito «despersonalizador» propio de las sectas

Algunos profesionales dedicados a la investigación privada han llegado a afirmar extraoficialmente que el informe carece del rigor de una investigación privada seria. Tampoco entienden por qué, durante mucho tiempo, aparecían artículos de prensa relativos a «la secta de los Miguelianos» y al papel que INVESTIGACIÓN ZENTRAL tuvo en ello. Un investigador privado no puede publicar en su web los resultados de sus investigaciones, por muy exitosas que sean.

Como muestra del rigor del informe baste un botón: el investigador privado asevera en su escrito que el tradicional rito de la Iglesia Católica de cambiarse de nombre cuando se ingresa en un convento -al igual que cuando el Papa «cambia» su identidad (Francisco se llama en realidad Jorge Mario Bergoglio)- es un rito despersonalizador propio de una secta.

¿Qué dirían las centenarias congregaciones de la Iglesia Católica si se encontraran con un informe que las acusara de pertenecer a una secta por el simple hecho de que sus miembros ingresen solos en el convento o en el monasterio de clausura? ¿Qué dirían tantas instituciones o asociaciones si fueran denunciadas por llevar un hábito, o un uniforme, como muestra de su consagración a Dios o de su actividad humanitaria? Descontextualizar estas tradiciones legendarias ante la Guardia Civil con una investigación privada, es más que grave y merece ser denunciado.

Hay muchos otros datos incontestables como, por ejemplo, el hecho de que una testigo entregara al investigador privado una hoja firmada en blanco o que se incluyeran en el informe dos cuestionarios idénticos pero con distinta firma. Casualmente, la firma del portavoz de la acusación particular y su esposa. Es sabido que ninguno de ellos había perteneció a la Asociación Pública de fieles, pero su informe lo recoge: misma letra y texto, pero distinta firma.

Nulidad de las actuaciones

El informe del investigador privado incluye también el testimonio con el que José Manuel Lima lo contrata y en el que acusa a Miguel Rosendo de haber abusado de su hija Alejandra, una de las consagradas: «habiéndome enterado de posibles abusos que mis hijas pudieron haber sufrido por parte de Miguel, se lo pregunto a mi hija Sandra que termina por confirmar la peor de las sospechas.»

Aun así, se aceptó el trabajo de investigación, saltándose a conciencia la misma Ley de Seguridad Privada que dice: «los despachos de detectives privados no podrán celebrar contratos que tengan por objeto la investigación de delitos perseguibles de oficio ni en general, investigar delitos de esta naturaleza.» (Art. 10.2 de la Ley 5/2014 del 4 de abril). INVESTIGACIÓN ZENTRAL, S.L. lo sabía desde el momento que fue contratada, tal y como consta en las actuaciones, pero tanto la Guardia Civil como el Juzgado no tomaron en cuenta este hecho.

Armando González, con la ley en la mano, ni siquiera podría haber aceptado el encargo. Pero se saltó la ley, por encargo, para inventar una secta. En rigor, todo el proceso policial y judicial podría considerarse nulo.

Por si fuera poco, es el mismo José M. Lima quien, ante la policía judicial, el 28 de octubre de 2014, reconoció que su hija no le había contado nada, pero que «imagina que abusaría sexualmente de ella, basándose en que todas ellas le adoraban.» Pero las diligencias policiales y el linchamiento mediático ya eran imparables.

La página web oficial de los miguelianos www.miguelianos.org ofrece un vídeo explicativo sobre este tema.

 

Los laicos también defienden la inocencia de Rosendo

Por otro lado, un grupo de personas laicas que pertenecieron a la Orden y Mandato de San Miguel Arcángel, conocida como de los ‘Miguelianos’, ha defendido este jueves la inocencia del líder, Miguel Rosendo, y ha apuntado que no han hablado hasta el momento por «miedo a represalias» y por órdenes del obispo de Tui-Vigo de guardar «silencio», informa Ep.

En una rueda de prensa ofrecida en Vigo, este grupo ha asegurado que Miguel Rosendo, que permanece en prisión provisional desde diciembre de 2014, «nunca influyó» en sus «decisiones». Sin embargo, ha apuntado, al igual que ya lo hicieron las consagradas en días previos, que sí se sintieron «amenazados» por Isaac de Vega, capellán de la cárcel de A Lama y persona que destapó el caso de supuestos abusos sexuales en la organización religiosa.

En cuanto a los familiares que emitieron públicamente sus acusaciones contra Miguel Rosendo y varios miembros de la orden, el grupo de laicos ha criticado que ellos aprobasen la entrada en la orden de varias jóvenes como consagradas y después secundasen las denuncias.

Por su parte, Luis Quinteiro ha desmentido estas acusaciones, recalcando que no ha «impuesto silencio a nadie» y ha rehusado hacer más comentarios sobre el resto de acusaciones vertidas contra su persona, y en general sobre esta causa, «por respeto a la Justicia».

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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