Que la reconciliación, la convivencia pacífica y el perdón lleven a evitar en el futuro iniciar caminos de violencia para defender unas ideas
(Jesús Bastante).- ETA, al fin, se disuelve. «Ha sido la victoria de la democracia, del conjunto del pueblo español, que quería acabar con esta lacra», saludó el portavoz de la CEE, José María Gil Tamayo, que quiso arrancar su rueda de prensa de este viernes analizando el anunciado fin de la banda terrorista.
«Nos alegramos de que ETA se disuelva. Es mucho el sufrimiento y el dolor causado«, apuntó el clérigo, quien quiso dar gracias a Dios por el fin de «esta pesadilla horrible de sangre, horror, de utilización de la violencia», que «ha sido un lastre en la historia de nuestro pueblo».
Gil Tamayo quiso tener «un recuerdo especial para las víctimas y sus familiares, que ven este día de una manera especial». La Iglesia quiso «mostrar nuestra cercanía a su sufrimiento, que no termina con una declaración de que ha acabado esta pesadilla».
Tras felicitarse por el anuncio, el portavoz resaltó «la gran tarea» que queda. «Por un lado, la reconciliación, el trabajo más difícil y costoso, que exige más generosidad». «Han pedido perdón, pero eso perdón lleva consigo reparación», clamó Gil Tamayo, quien pidió que «se pueda crear una sociedad reconciliada, y que nunca, ningunas ideas justifiquen el terrorismo, que siempre es una acción perversa. Nada ni nadie puede justificar la muerte de tantos inocentes».
«Que la reconciliación, la convivencia pacífica y el perdón lleven a evitar en el futuro iniciar caminos de violencia para defender unas ideas«, reivindicó el portavoz de la CEE, quien recordó que «la legalidad ofrece los cauces para la manifestación de las propias ideas, en el exquisito respeto a las ideas de los demás».
«La Iglesia ha ayudado, ayuda y seguirá ayudando para que sea posible ese entendimiento pacífico», concluyó, al tiempo que anunció que la Fundación Pablo VI y la CEE tiene previsto organizar un gran congreso, que se llevará a cabo los días 3 y 4 de octubre, «sobre el papel de la Iglesia en la sociedad democrática», y al que se ha invitado al rey Felipe VI.
Un congreso que quiere, en palabras de Gil Tamayo, «hacer un homenaje al papel, que por desgracia ha quedado silenciado, de la Iglesia en la transición«. En su opinión, «la Iglesia ha tenido y tiene, por su propio peso en la sociedad española, un papel decisivo a la hora de cohesionar a los ciudadanos, que en buena parte son fieles de la Iglesia católica».
En el turno de preguntas, y cuestionado sobre las exhumaciones de restos de víctimas del franquismo en el Valle de los Caídos, el portavoz de la CEE hizo suyas las palabras del presidente Blázquez, recalcando que «los difuntos pertenecen a los familiares».
«La Iglesia reza por la reconciliación entre los españoles, y al mismo tiempo por los difuntos: en una Guerra Civil todos son víctimas», añadió, resaltando que ha de hacerse «lo que decidan las familias y se haga en el marco de la legalidad, la Iglesia no tiene que decir otra cosa».
Finalmente, y preguntado por la denuncia contra el actor Willy Toledo por ofensas a Dios y la Virgen, Gil Tamayo declaró que «la libertad de expresión es un derecho fundamental, pero los derechos tienen su limitación. Y lógicamente está el derecho a la libertad religiosa y a los sentimientos religiosos, que la legislación reconoce».
«Acataremos lo que la justicia diga», concluyó el portavoz episcopal, quien recordó cómo hace meses, todas las confesiones religiosas con presencia en España «exigimos el respeto a las convicciones religiosas de los demás, como signo de una convivencia en respeto a los otros».
