El Gobierno quiere convertir el lugar en un Museo de la Memoria de la Guerra Civil

¿Puede la Iglesia vetar la retirada de los restos de Franco del Valle de los Caídos?

Osoro no se opondrá, aunque la decisión final depende de los benedictinos y de la familia del dictador

¿Puede la Iglesia vetar la retirada de los restos de Franco del Valle de los Caídos?
Tumba de Franco en el Valle de los Caídos

Representantes de víctimas del franquismo han planteado escribir a Nunciatura o, directamente, al Papa Francisco, para solicitar la intervención vaticana para solucionar un conflicto enquistado durante décadas

(Jesús Bastante).- Este lunes, la Ejecutiva del PSOE propondrá al Gobierno que active la retirada de los restos de Francisco Franco, y de José Antonio Primo de Rivera, de la basílica del Valle de los Caídos. Según distintas fuentes, podría tratarse bien de un proyecto de reforma de la Ley de Memoria Histórica (un texto similar ya fue aprobado por el Congreso en diciembre pasado), o, directamente, de un decreto ley.

Sin embargo, son muchas las voces que entienden que la decisión final no compete única ni exclusivamente al Ejecutivo de Pedro Sánchez. ¿Cuál es el papel de Iglesia en esta polémica? O, dicho de otro modo, ¿pueden los obispos, o los religiosos benedictinos de Cuelgamuros, vetar la salida del dictador?

La decisión de trasladar los restos de Franco o Primo de Rivera es muy distinta a la que pueda ocurrir con los 33.833 cadáveres que convierten al Valle en la mayor fosa común de España. Y es que las fosas, según la Ley 52/2007, son de competencia estatal, al ser consideradas «un cementerio público». El resto del Valle también es de titularidad estatal, y está gestionado por Patrimonio Nacional, con una excepción: la basílica.

 


La tumba de Franco en la basílica


¿Por qué? Porque, en virtud de los Acuerdos Iglesia-Estado de 1979, «los lugares de culto tienen garantizada su inviolabilidad con arreglo a las Leyes». Una basílica que, desde 1957, está encomendada a una comunidad religiosa benedictina, procedente en su día de Silos y que hoy tiene autonomía propia.

En puridad, habría de ser el prior del Valle, Santiago Cantera (la comunidad no cuenta con abad en la actualidad), quien diera su permiso al traslado de Franco y Primo de Rivera, que se encuentran en el interior de la basílica, y no en el «cementerio público» como los demás restos de las fosas comunes.

Por el momento, entre las autoridades eclesiásticas se mantiene un absoluto silencio. La última vez que se habló del Valle fue en abril, cuando gracias a la mediación del presidente de la Conferencia Episcopal, Ricardo Blázquez, el prior del Valle aceptó que los técnicos de Patrimonio entraran en las criptas para valorar la exhumación de los hermanos Lapeña. Desde entonces, afirman distintas fuentes, las relaciones entre la Casa de la Iglesia y el máximo responsable de la abadía son prácticamente inexistentes.

¿Quién tiene potestad para decidir? En principio, el prior Santiago Cantera. Al tratarse de un templo otorgado a la custodia de los benedictinos, la Conferencia Episcopal no podría obligar a Cantera a aceptar la exhumación de los restos de Franco y José Antonio.

Sin embargo, tal y como publica hoy La Razón, el cardenal Osoro estaría dispuesto a colaborar, si fuera necesario, en la salida de Franco del Valle. El purpurado no se opondría al traslado, siempre y cuando la familia estuviera de acuerdo como parece, según el rotativo. El purpurado ha asumido como propia esta tarea, pues Cuelgamuros depende de su diócesis.

 

 

    

Santiago Cantera, prior del Valle

 

En las últimas horas, representantes de víctimas del franquismo han planteado escribir a Nunciatura o, directamente, al Papa Francisco, para solicitar la intervención vaticana para solucionar un conflicto enquistado durante décadas y que hace imposible una auténtica reparación a las víctimas de la dictadura.

La propuesta que en su día lanzó la comisión a la que Zapatero encomendó la resolución del conflicto (y en la que se encontraba el monje Hilari Raguer), consistía en exhumar los restos de Franco, que a fin de cuentas no fue un «caído» en la Guerra Civil, y depositarlos allí donde decida la familia (se habla del cementerio de Mingorrubio, donde está enterrada Carmen Polo). En cuanto a Primo de Rivera, quien sí murió durante la contienda, sería trasladado al osario común.

Los puristas añaden que la permanencia de las tumbas en el interior de la iglesia contraviene el derecho canónico, que estipula que en el interior sólo podrán ser enterrados papas, obispos o santos.

El objetivo del Gobierno incluye convertir el Valle de los Caídos en un centro de interpretación o museo de memoria similar al de la ESMA (el antiguo centro de torturas de la dictadura argentina) en Buenos Aires. Algo que hoy parece más cerca que nunca… aunque las dificultades -y las presiones de distintos sectores- pueden volver a dejar dormir en un cajón esta propuesta.

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Autor

Jesús Bastante

Escritor, periodista y maratoniano. Es subdirector de Religión Digital.

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