La Fundación Pablo VI debate sobre el 'dédalo catalán'

¿Es posible la vuelta a la convivencia en Cataluña?

Jordi Xuclà: "Hay radicales e intolerantes en ambas partes, pero también gente dispuesta al diálogo"

¿Es posible la vuelta a la convivencia en Cataluña?
La Fundación Pablo VI organizó un debate sobre el futuro de Cataluña RD

Laura Freixas: "Me preocupa esa fractura en la sociedad catalana, que existe, por mucho que lo nieguen los independentistas"

(J. Bastante).- ¿Es posible encontrar puntos de unión entre una parte de la sociedad catalana y el ordenamiento jurídico actual? ¿Estamos ante una ruptura de la convivencia en Cataluña? El «dédalo catalán» es un desafío que nos implica a todos. Así lo ha entendido la Fundación Pablo VI, que ayer concluyó el curso del Foro de Encuentros Interdisciplinares con un debate sobre la cuestión desde varios puntos de vista: la política, el pensamiento, el derecho y la opinión.

Cuatro primeros espadas en lo suyo debatieron, con serenidad y búsqueda de complicidades, sobre este espinoso asunto: la escritora Laura Freixas; la catedrática de Derecho Constitucional Teresa Freixes; el diputado del PDeCAT Jordi Xuclà; y el periodista de la Vanguardia José María Brunet, moderados por Raúl Cancio, Letrado del Consejo de Estado. Antes, el director de la Fundación, Jesús Avezuela, presentó el acto, agradeciendo a los participantes los puntos de vista «serenos, distendidos, amables, críticos y constructivos», que aseguraba el debate.

Para Teresa Freixes, aún hoy «hay posibilidades de entendimiento», siempre y cuando se cumplan «los procedimientos establecidos». «Es el ABC de la democracia». Por su parte, el convergente Jordi Xuclá, subrayó que, además del elemento jurídico constitucional, hay que tener en cuenta «el elemento emocional».

 

 

«En los últimos años, el apoyo al independentismo ha crecido hasta alrededor de la mitad», señaló Xuclá, advirtiendo que «no se basa en los radicales de la CUP, sino a sectores de las clases medias de Cataluña». «Se podían haber tomado salidas distintas a las formas unilaterales. Se llegó a este extremo porque fracasaron intentos de diálogo previos«, apuntó.

Para José María Brunet, la situación «se puede reconducir, pero va a costar», entre otras cuestiones por la falta de un liderazgo político y de planteamientos para el diálogo. «Si nuestros dirigentes, los de ‘Madrid’ y Barcelona, encuentran un terreno común en el que resolver problemas concretos, podremos regresar y dar una opinión más optimista. Ahora, por desgracia, no lo es».

Para Laura Freixas, «existe una obsesión con este tema, es una noria de la que no salimos». Para la escritora, «me preocupa esa fractura en la sociedad catalana, que existe, por mucho que lo nieguen los independentistas, y que se traduce en silencios incómodos». En su opinión, «hay que dejar de mentir: Cataluña no va a ser independiente a corto o medio plazo. Hubo una especie de vodevil. Pero también el gobierno español tampoco tenía ningún plan».

Freixas denunció el «sentimiento de frustración y rabia» en el país, así como «la mala costumbre de una parte de hablar en nombre de toda Cataluña, y plantear esto como una lucha épica entre Cataluña y Madrid». Por ello, pidió «dialogar entre catalanes, sabiendo que todos tenemos la misma legitimidad».

Para Teresa Freixes, cuando se intenta llegar a crear un Estado diferente, «es lógico querer deslegitimar el sistema». Junto a ello, «la gran teoría de engañar al Estado, que ha sido un intento permanente. El argumento de que la democracia no puede estar constreñida por la ley es una falacia absoluta que no se sostiene», como el apoyo de Europa. «Ahí ha habido un fallo tremendo por parte de los políticos catalanes, y también por los estatales, cuando el partido que sea, aquel que no tenía mayoría absoluta ha comprado siempre los nacionalismos periféricos…», subrayó.

Por alusiones, Xuclà recordó que «las señales de ‘aluminosis’ del sistema de partidos no son sólo cosa de Cataluña«, subrayando los cambios políticos en Francia, Italia o Estados Unidos. En España, añadió, «el consenso constitucional se ha debilitado», y puso los ejemplos en Euskadi o Navarra, así como la discusión entre monarquía y república.

 

 

El político recordó que el independentismo, hoy, tiene «mayoría absoluta parlamentaria, y casi en número de votos (47,5%), con un 80% de participación», mientras que «el Gobierno del PP no ha hecho ninguna propuesta». Así, marcó como un reto para el PSOE «hacer alguna propuesta que no hizo Rajoy. No todo se puede solucionar por la vía de los tribunales, se debe solucionar por la vía política».

Al tiempo, Xuclà denunció «el grave error de la gestión policial del 1-O en Cataluña. Hay una herida muy reciente. Hay radicales e intolerantes en ambas partes, pero también hay gente dispuesta al diálogo en todas partes», destacó, pidiendo «respetar a dos millones de catalanes que han votado lo que han votado».

Por su lado, Brunet admitió que «vivimos en un momento que han pasado cosas graves que no deben volver a ocurrir», aunque se mostró seguro de que «volveremos a una situación de cierta normalidad». El periodista puso énfasis en la polémica sentencia del Tribunal Constitucional, que «no fue pacificadora y fue instrumentalizada».

«Hubo liderazgos políticos equivocados, que derivaron hacia reivindicaciones extremas. ¿Cuál es el remedio? De entrada, la paciencia, y en segundo término tratar de depositar la confianza en dirigentes políticos que la merezcan y sepan administrarla», concluyó.

 

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Autor

Jesús Bastante

Escritor, periodista y maratoniano. Es subdirector de Religión Digital.

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