El episcopado español debería empeñarse con mucha fuerza y convicción en esta lucha, porque como hemos visto en otros países, llegará un cierto punto en que saldrán casos a la opinión pública y en los medios, y no estaremos preparados
(J. B./Servimedia).- Los ataques contra Francisco se reproducen con cierta periodicidad. En nuestro país, además, en mitad de un estruendoso silencio por parte de cierta jerarquía. Hoy, en mitad del tsunami de las acusaciones de Viganò, el cardenal Osoro ha dado un paso adelante y ha defendido al Papa.
«Papa Francisco, eres valiente en desvelar la verdad del Evangelio y mantener viva la misión de la Iglesia: dejas entrar, devuelves dignidad, eres pobre y estás con los pobres, abres los ojos, pides perdón. Rezamos por ti», apunta el purpurado en sus redes sociales.
Papa Francisco, eres valiente en desvelar la verdad del Evangelio y mantener viva la misión de la Iglesia: dejas entrar, devuelves dignidad, eres pobre y estás con los pobres, abres los ojos, pides perdón. Rezamos por ti.
— Carlos Osoro Sierra (@cardenalosoro) 27 de agosto de 2018
Por otro lado, el jesuita Hans Zollner, presidente del Centro por la Protección de la Infancia de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma y miembro de la Comisión Pontificia para la Protección de los Menores, que aconseja al Papa en esta materia, pide a los obispos españoles que sean proactivos en la lucha contra los abusos a menores en el seno de la Iglesia.
«Estoy convencido de que el episcopado español debería empeñarse con mucha fuerza y convicción en esta lucha, porque como hemos visto en otros países, si no estamos trabajando proactivamente, llegará un cierto punto en que saldrán casos a la opinión pública y en los medios, y no estaremos preparados», afirma en una entrevista a Servimedia este teólogo y psicólogo alemán afincado en Roma.
Para Zollner, el esfuerzo debe centrarse en lo que asegura que se está haciendo «desde hace años» en esos organismos en los que trabaja y en los episcopados de países como Estados Unidos, Irlanda y Alemania. Basándose en los últimos informes sobre abusos sexuales de sacerdotes a menores, este experto antipederastia asegura que aunque «hasta hace 70 años» entre el 4 y el 6% de los sacerdotes han sido acusados («no siempre condenados») de abusos, «el número ha disminuido casi a cero» en los últimos 15 o 20 años. «Cuando la Iglesia se compromete muy consistentemente, como lo hacen los norteamericanos, funciona, en el sentido de que no se producen nuevos casos», recalca.
El presidente del Centro para la Protección de la Infancia de la Universidad Gregoriana también asegura que los casos de Pensilvania han supuesto que se alcance «una nueva etapa» en la Iglesia en la lucha contra esta realidad «tan grave y tan horrible», y que cuenta con el compromiso de la Santa Sede y del propio Francisco para «ir a fondo de esta yaga en el cuerpo de la Iglesia».
Desde su perspectiva, aunque en muchos países las leyes de los estados y la canónica van a la par en aspectos como la prescripción de estos delitos, Zollner cree que «en algunos años» se verá también «un cambio en la legislación canónica», que recrudecerá las penas «con respecto a crímenes concretos». Actualmente, critica, «no hay una posición clara sobre los distintos delitos que se producen en torno al abuso, es muy general y demasiado abierta la definición y la posición» de la Iglesia católica.
En este punto, el experto recalca la «conexión» que Francisco encuentra entre el abuso sexual «con el abuso de poder y el abuso de conciencia» y que la propia iglesia «no reconoce». Además, subraya Zollner, «el Papa llama la atención de la necesidad de empeñarse claramente y comprometerse con el trabajo de prevención en todo lugar, en todas las jurisdicciones y sin la posibilidad de disculparse».
De todo ello hablarán Zollner con los otros expertos que forman parte de la comisión pontificia (casi una veintena, de distintos puntos del planeta) en la reunión prevista para septiembre, la primera cita en el segundo mandato de esta entidad impulsada por el Vaticano. De forma paralela, el Centro para la Protección del Menor que preside el jesuita en la Universidad Gregoriana impulsará conferencias y talleres para formar tanto al clero como a otros agentes que trabajan con niños en el seno de la Iglesia, como catequistas y profesores.
Precisamente, el jesuita pide especial cuidado en la gran mayoría de sacerdotes, no abusadores. «Todos nosotros estamos verdaderamente en una situación muy difícil porque la gente nos identifica con abusadores, con una Iglesia autodefensiva y con una situación que da la impresión que estamos más interesados en la buena imagen de la Iglesia que en la realidad del sufrimiento o de la protección de los menores», expone.
Como consejo pide a los curas que compartan sus reflexiones con otros sacerdotes, pues la situación de «aislamiento», piensa, puede desembocar en «depresión, rabia y desilusión«. También recomienda al conjunto de creyentes que recen como Iglesia «unida» frente a esta lacra y a los obispos que se muestren más cercanos a sus pastores. «Creo que sería necesario darles a los sacerdotes la pecepción de que el obispo de lugar les escucha en su desolación y dificultades. Es necesario que todos seamos transparentes, porque no es una situación fácil, para nada y para nadie. Todos estamos bajo la sospecha», concluye.