Cree las acusaciones de Viganó son "un deseo de desestabilizar al Santo Padre y de minar su autoridad moral"

Braulio Rodríguez asegura que la pederastia «es un problema de todos»

El Primado tacha el 'informe Viganò' de "indefendible" y "lleno de manipulaciones y errores"

Braulio Rodríguez asegura que la pederastia "es un problema de todos"
El arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez

No es justo, y menos justo es que el Papa Francisco esté cargando con una cruz muy pesada, cuando anuncia el Evangelio con fidelidad y libertad, y

(C.D./EP).- «Un deseo de desestabilizar al Santo Padre y de minar su autoridad moral». Así ha calificado el arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez, las «graves acusaciones» vertidas contra el Papa Francisco por el ex-nuncio en EEUU, Carlo Maria Viganò, cuyo «memorándum» publicado el pasado mes de agosto es, según el Primado de España, «indefendible, lleno de manipulaciones y errores, hecho un poco desde el rencor, pero sin aportar pruebas convincentes».

Así ha defendido el prelado español al pontífice por el «tratamiento» que a este le han dado los medios en Irlanda tras su visita al país el pasado mes, afirmando a la vez que la pederastia «no es sólo pecado de los miembros de la Iglesia: es un problema de todos».

En su escrito semanal, Rodríguez señala que aunque el Santo Padre confesaba que había encontrado mucha fe en Irlanda «aunque haya sufrido mucho con escándalos pasados», él mismo pudo comprobar que existía «un deseo en los medios de desfigurar cifras, de criticar sin objetividad». «El Papa Francisco vivió con intensidad esta visita a Irlanda. Su deseo era estar con esas familias cristianas con las que se encontró, con gestos de humildad y de cercanía impresionantes en tantos momentos de esos dos días tan intensos», manifiesta.

Rodríguez explica que antes de llegar a Irlanda, el Papa escribió una carta en la que sus destinatarios eran los clérigos y los fieles laicos de la Iglesia Católica. «Es una carta sin precedentes, impregnada de dolor, tristeza y humillación, donde condena una vez más el abuso sexual cometidos con menores», apunta. «Tolerancia cero, pues no cabe en la Iglesia que niños, confiados por sus padres a sacerdotes y educadores católicos, hayan sufrido o sufran esa degradación. ‘El dolor de las víctimas y sus familias es también nuestro dolor’, dice el Papa, después de conocer un informe terrible de abusos en Estados Unidos (Pensilvania)», subraya.

Según añade el arzobispo de Toledo, aunque haya acontecido en el pasado, las heridas «nunca prescriben». «El dolor de estas víctimas es un gemido que clama al cielo. Sin duda participamos de los sentimientos del Papa, expresados en esta Carta», agrega.

Sin embargo, bajo su punto de vista, su carta no fue entendida y sí «fuertemente criticada» en los medios de Irlanda, «en la opinión de muchos». «Mi impresión es que la Iglesia en Irlanda está un poco asediada por los hechos que aquí sucedieron, y los sacerdotes sospechosos de ser todos pederastas y mirados con desconfianza». «Eso no es justo, y menos justo es que el Papa Francisco esté cargando con una cruz muy pesada, cuando anuncia el Evangelio con fidelidad y libertad, y denuncia con valentía lo que Dios reprueba, pidiendo además perdón humildemente por los pecados y equivocaciones de los miembros de la Iglesia, clérigos y laicos. Y exigir actuaciones decididas para que no se repitan estos atropellos», subraya Braulio Rodríguez.

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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