Cañizares: "Tengo que reconocer que quien ha permitido la libertad de enseñanza ha sido el Psoe"
(José M. Vidal).- ¿Qué tienen en común un cardenal de la Iglesia y un ex ministro socialista? Mucho más de lo que pudiera parecer a primera vista, hasta el punto de que el cardenal Antonio Cañizares y el ex ministro socialista, Alfredo Pérez Rubalcaba se lanzaron flores mutuamente. «Yo, con Don Antonio, estoy de acuerdo en casi todo», decía el que fuera líder de los socialistas. Y el arzobispo de Valencia replicaba: «Echo de menos que no sea usted el actual ministro de Educación».
Invitados a un debate sobre ‘El papel de la Iglesia en la cultura y en la educación» en el Congreso ‘La Iglesia en la sociedad democrática’, organizado por la Fundación Pablo VI y moderado por el periodista de la Cope, Carlos Herrera, el político y el cardenal más que debatir mostraron sus profundas coincidencias en el fondo y en la forma.
Rubalcaba comenzó reconociendo que la «Iglesia siempre defendió sus posiciones en materia educativa». Una defensa que, en gran parte, había coincidido con la del Psoe, porque «ambas instituciones hacen una aproximación ética a la educación«.
Quizás por eso, ambos contertulios subrayaron que siempre hubo diálogo sobre este tema, «aunque, a veces, no haya sido fácil», como reconocía Rubalcaba. De hecho, el ex ministro presumió de su amistad con los dirigentes de la FERE, con María Rosa de la Cierva, una de las encargadas del tema de la Educación por parte de la Iglesia, y con el propio Cañizares.
El cardenal también reconocía el buen feeling con los socialistas: «Hasta que no llega el Gobierno socialista no se hacen los conciertos educativos. Tengo que reconocer que quien ha permitido la libertad de enseñanza ha sido el Psoe a partir de 1982″.
Segunda sesión de la Jornada del Congreso «La Iglesia en la sociedad democrática». Sobre el papel de la Iglesia en la educación #IglesiayDemocracia pic.twitter.com/M5DZ6q9qKz
— Fundación Pablo VI (@fpablovi) 4 de octubre de 2018
A la pregunta de si quién educa es el Estado o los padres, Rubalcaba respondió que la Constitución establece que sea una tarea compartida, mientras el cardenal matizaba que «la familia es la primera educadora, mientras la Iglesia y el Estado son subsidiarios de ella a la hora de educar».
Ambos defendieron también los conciertos, ahora criticados por algún sector del propio partido socialista. Para Rubalcaba, «son el desarrollo del artículo 27 de la Constitución, por eso yo defiendo los conciertos». Aunque matizó que «hay cosas que no hemos concordado». Por ejemplo, el modelo de gratuidad. A su juicio, «los conciertos implican la gratuidad absoluta y si las actividades de los concertados no son gratuitas, se rompe el modelo, que ha ido degenerando». De ahí que invitase a «recuperar su esencia: la gratuidad». El cardenal se pronunció en la misma línea y pidió perfeccionar el modelo de los conciertos.
Sobre la integración de los emigrantes en los colegios concertados, Cañizares puso ejemplos de colegios de Valencia en los que el 70% son de integración. Rubalcaba aseguró que es consciente de los clichés que hay al respecto de ese tema, pero constató que «la imagen que hay en un sector de la población es que la escuela concertada se ha desentendido de los emigrantes».
Sebastián, Jiménez y García Beltrán, en el acto
Como es lógico, el cardenal defendió la clase de Religión en la escuela pública «de oferta obligatoria, no impuesta y, por supuesto, evaluable». Y Rubalcaba asintió a todo, con un matiz, «quizás no deba ser computable para todo». A su juicio, el único problema es la alternativa. «Nosotros pensamos en el estudio asistido y no había conflictos hasta que llegó el señor Wert».
Rubalcaba arremetió contra esa ley educativa del PP: «Es muy mala». Y el cardenal asintió: «Comparto». Y añadió: «No es lo mejor que ha hecho el PP».
Ambos líderes también se mostraron de acuerdo en la relevancia dada a lo religioso. «El hecho religioso forma parte de nuestra cultura y sociedad y es muy importante que se enseñe. Ahora más, porque las religiones viven una suerte de repolitización, lo que convierte su enseñanza en un hecho fundamental. Para vivir en una sociedad plural y cosmopolita hay que enseñar el hecho religioso, para recordar que las religiones no son un instrumento para atacar al contrario,sino para la convivencia».
Por último, el moderador planteó el tema de las inmatriculaciones. Para Cañizares, «hay que aceptar una historia y una realidad de propiedad». Y puso el ejemplo de la mezquita de Córdoba que «fue basílica paleocristiana, luego mezquita y luego catedral. La Iglesia respetó lo anterior, los musulmanes, no. Ese patrimonio no es de la administración pública y lo mismo podíamos decir de otros bienes»
Rubalcaba, por su parte, señaló que la Iglesia tiene que custodiar sus bienes, con el apoyo del Estado, pero «si la inmatriculación consiste en que voy y reclamo un bien porque yo lo digo, esto es muy peculiar».
Finalmente, el cardenal y el socialista reivindicaron el espíritu de la Transición. «Hace 40 años nos pusimos de acuerdo. Si echamos la vista atrás, estamos muchísimo mejor. Por eso, no contemplar el hecho religioso en la escuela es convertir a los niños y jóvenes en incultos», concluyó Rubalcaba. A lo que replicó Cañizares: «En aquella época nos educaron en el respeto a la persona y a los demás». El acto concluyó con una cerrada ovación, premio al diálogo y al entendimiento.