La Iglesia no puede ser excluyente. ¿Quiénes somos nosotros para interponernos entre Dios y tú?. Y eso no significa renunciar al Evangelio
(Jesús Bastante).- El congreso ‘La Iglesia en la sociedad democrática’ concluyó esta tarde con una sugerente mesa redonda en la que, moderados por Fernando Ónega, el rector de Comillas, el presidente del PP y el presidente de Extremadura abordaron los riesgos de la tecnocracia en la política, los populismos, la laicidad del Estado y las últimas polémicas, desde la propiedad de la mezquita de Córdoba a la exhumación de Franco.
Julio L. Martínez, sj, Pablo Casado y Guillermo Fernández Vara no evitaron el roce, ni las distintas concepciones de lo que es la Iglesia y su papel en la sociedad. Abrió el fuego el rector de Comillas, quien asumió la idea fuerza del Papa Francisco: «La realidad es superior a la idea», para observar cómo «la laicidad es el ámbito donde se puede dar el pluralismo».
En su primera intervención, Guillermo Fernández Vara hizo un repaso de los vínculos entre su vida política y su fe. «He podido vivir momentos difíciles, pero no he vivido contradicciones», recalcó el presidente de Extremadura, quien resaltó cómo «creo en Dios, pero no creo en la patente de las verdades absolutas». «El político tiene que reconocer que tengo creencias, pero no las puedo imponer a los demás. Pero en el plano social, tenemos que reivindicar el papel de la Iglesia, que ha sido enormemente importante en los años más duros de la crisis».
Por su parte, Pablo Casado (quien volvió a reivindicar la validez de sus carreras universitarias, una de ellas comenzada en Comillas), repasó la trayectoria política de los últimos Papas, especialmente de Juan Pablo II, que «fue el artífice de la caída del comunismo», y defendió los ‘números’ de la Iglesia española. «Sin la Iglesia hubiera sido muy difícil que la transición en España fuera tan pacífica y tan ejemplar, lo digo por aquellos que quieren destruir ese éxito de la concordia», clamó el presidente del PP, quien quiso dejar claro ante el auditorio que «defiendo la educación concertada y la libertad de elegir. Es una libertad eficaz para el presupuesto público, y que tiene una repercusión muy positiva en la sostenibilidad del país».
Tras las primeras intervenciones, el rector de Comillas fue quien trazó las líneas maestras del debate, poniendo a los dos políticos ante el espejo de la «tecnocracia», que «es una mala forma de hacer política». Martínez fue especialmente crítico con «una práctica tecnocrática de la política, que se ha alejado de las personas», poniendo como ejemplo «cómo se ha tratado el tema de los refuiados en Europa».
«La política no puede acabar en pura gestión, con meros discursos, porque si no, luego viene el populismo y nos lamentamos», recalcó el jesuita, llevándose los primeros aplausos de la jornada. Debió sentirse aludido Pablo Casado, pues subrayó que «la Iglesia no tiene la responsabilidad de frenar el populismo». «El Papa puede ir a Lampedusa, pero tiene que ser Europa la que diga cómo va a afrontar que un continente vecino, con 1.400 millones de habitantes, no intente venir a Europa».
Por su parte, Fernández Vara, admitió que «en España, la corrupción ha sido tan devastadora que ha perdido mucho de lo que representaba», y lamentó que «vivimos en un país donde ha desaparecido los matices, los grises, nadie se quiere encontrar en mitad del camino».
Recordando su participación en el homenaje a Antonio Aradillas celebrado el pasado viernes en Segura de León (Badajoz), el presidente extremeño recalcó que «la propia Iglesia tiene que cambiar. Ojo, cambiar no significa renunciar, sino adaptarse. Lo fácil es siempre decir que la culpa es del político de turno, pero cuando vamos a misa no hay casi nadie de menos de 40 años».
Fernández Vara también recordó el encuentro entre el Papa y Diego Neira, el transexual extremeño a quien recibió en el Vaticano. «La Iglesia no puede ser excluyente. ¿Quiénes somos nosotros para interponernos entre Dios y tú?. Y eso no significa renunciar al Evangelio».
«Cuando hay una crisis política siempre hay una crisis de principios». @pablocasado_ interviene en el Congreso #IglesiayDemocracia. pic.twitter.com/8JcSWQqj9y
— Fundación Pablo VI (@fpablovi) 4 de octubre de 2018
«La realidad es superior a la idea», reafirmó el rector de Comillas, quien volviendo a Francisco advirtió de la tendencia a «generar ideologías». «ahí es cuando la idea se separa de la realidad, y acaba convirtiéndose en un refugio donde nos guarecemos». «Si en la Iglesia queremos conectarnos con la experiencia humana, desde Jesucristo, se nos irán ocurriendo las respuestas», aseguró, llamando al mismo discernimiento que reclama Francisco. «Algunos, cuando escuchan esa llamada, al Papa le llaman de todo».
Fernando Ónega no quiso acabar la mesa redonda sin preguntar por los supuestos ‘enemigos de la Iglesia’. Para el presidente extremeño, la Iglesia debe aceptar que «hay cosas de las que no se ha querido hablar», como la propiedad de la mezquita de Córdoba o la exhumación de Franco. «Si 40 años después estamos hablando de esto habiendo temas más importantes, es porque teníamos que haberlo hecho antes».
«La Iglesia puede existir en el marco de la laicidad positiva». Julio Martínez, Rector de Comillas reivindica el ejemplo de Francia #IglesiayDemocracia pic.twitter.com/01cyPVXlvA
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Frente a ello, Pablo Casado lamentó «que estemos hablando de quién es la mezquita de Córdoba, o si ‘está muerto’ el que enterraron hace 43 años. A mí me apena, no podemos estar pendientes de abrir cicatrices cerradas hace medio siglo».
«La Iglesia española es una institución que está a lo que tiene que estar. A sus creyentes, a su liturgia, para lo que lleva dos mil años funcionando… pero con una dimensión social, que para España sería tremendamente irresponsable y muy penoso que se sustituyera», recalcó el presidente del PP, mezclando este debate con el de la «corresponsabilidad» con la libertad religiosa en el resto de países (y obviando que España no es un Estado confesional, y que hay ciudadanos no católicos). Fernández Vara replicó a Casado que «la Iglesia no pastorea a los fieles, la Iglesia son los fieles».