En Fuente del Arco y Malpartida de Plasencia

La ‘Capilla Sixtina’ extremeña y la Iglesia San Juan, declaradas «Bien de Interés Cultural»

El origen de la ermita se relaciona con un posible asentamiento romano

La 'Capilla Sixtina' extremeña y la Iglesia San Juan, declaradas "Bien de Interés Cultural"
La "Capilla Sixtina" de Extremadura

Las pinturas murales son el elemento más interesante de la ermita y las que la convierten en un edificio realmente único. Están pintadas al temple y recubren todas las paredes y las bóvedas

El Consejo de Gobierno de la Junta ha aprobado este martes sendos decretos por los que se declara Bien de Interés Cultural (BIC), con categoría de monumento, la ermita de Nuestra Señora del Ara, en el término municipal de Fuente del Arco, y la Iglesia Parroquial de San Juan Bautista, en Malpartida de Plasencia.

El origen de la ermita, conocida como la ‘Capilla Sixtina’ de Extremadura por sus pinturas murales, se relaciona con un posible asentamiento romano que tiene continuidad en el periodo visigodo, por lo que es posible la existencia de algún lugar de culto pagano que se pretendiera cristianizar.

Por otro lado, la ermita guarda relación con una posterior aparición mariana, ya que, según cuenta la leyenda, la Virgen se apareció en periodo musulmán, sobre un ara, al rey Jayón y a su hija Erminda, quienes se convirtieron así a la religión cristiana.

Los restos visibles más antiguos del inmueble corresponden a la capilla mayor, del siglo XV, que fue reformada posteriormente, y en el siglo XVIII se construyó el camarín de la Virgen y se realizaron obras de ampliación.

Las pinturas murales son el elemento más interesante de la ermita y las que la convierten en un edificio realmente único. Están pintadas al temple y recubren todas las paredes y las bóvedas.

Las más antiguas son las del zócalo del templo que corresponden a finales del siglo XV, mientras la decoración de la bóveda de la nave es de 1736 y las pinturas del camarín datan de 1803.

Los modelos iconográficos de la bóveda de la nave se relacionan con ilustraciones bíblicas, divididas en 26 recuadros numerados que narran historias del Libro del Génesis como la Creación, el Paraíso, el destierro de Adán y Eva, Caín y Abel, Noé, Babel y Abraham, entre otras.

En el camarín destacan pinturas con trampantojos a base de columnas y decoración vegetal y geométrica, mientras que en la cúpula son visibles varios ángeles aunque las pinturas de esta zona son las más deterioradas del templo porque sufrió graves daños por una tormenta eléctrica en 1875, siendo reparada en 1921.

En cuanto a la capilla mayor, aparecen en la rosca del arco escenas de la Teofanía de Mambré, de la vida de la Virgen y de la infancia de Jesús, según se detalla en la reseña del Consejo.

Las pinturas han sido sometidas a varias restauraciones por parte de la Junta de Extremadura desde el año 2000.

Entre los bienes muebles del templo destacan el retablo del Santísimo Crucificado, el retablo de san Antonio con el Niño Jesús, el retablo mayor y la Virgen del Ara, el conjunto de los exvotos del templo, una pintura alusiva a la aparición de la Virgen al rey Jayón y a su hija Erminda, además de otros objetos de interés arqueológico.

Iglesia parroquial de San Juan Bautista

En cuanto a la iglesia parroquial de San Juan Bautista, en Malpartida de Plasencia, constituye uno de los ejemplos más representativos del proceso constructivo que se produce en Extremadura durante el siglo XVI, por el que muchos templos se amplían y reforman por el aumento demográfico y la bonanza económica bajo el auspicio de la nobleza y el clero.

Destaca por su carácter monumental y la calidad de sus detalles arquitectónicos a través de los que puede rastrearse la evolución estilística del arte extremeño desde finales del siglo XV y todo el siglo XVI.

Las bóvedas de terceletes y la decoración de bolas de la cabecera dejan paso a la unidad espacial y a los combados de la nave, así como a los detalles clasicistas en las portadas laterales y ménsulas, hasta avanzar finalmente al clasicismo barroco de la portada de los pies.

En su interior, las bóvedas que cubren los cuatro tramos que componen la nave son de cierta complejidad, de crucería con adición de terceletes, ligaduras y combados con nervios.

Alberga dos capillas, una de las cuales, que se abre al lado de la Epístola, de planta cuadrada, puede datarse hacia finales del siglo XVI y está cubierta con bóveda de crucería estrellada e iluminada mediante un hueco rectangular.

La otra se abre en el lado del Evangelio y forma el primer cuerpo de la torre. Ambas capillas conservan, en sus bóvedas, restos de la policromía de carácter vegetal.

La torre es una construcción maciza, sin apenas huecos, dividida en tres tramos mediante impostas.

La presencia de escudos en su exterior permite fecharla, como el escudo de los Carvajal del segundo cuerpo, a inicios del XVI, mientras que el escudo del prelado placentino Gutiérrez Vargas de Carvajal, emplazado en el tercero de los cuerpos y destinado a las campanas, a mediados del mismo siglo.

Destaca también la calidad de su retablo mayor, procedente de la escuela vallisoletana de la primera mitad de siglo XVII, heredero directo del de la catedral placentina, obra magna de Gregorio Fernández, de quien su autor, Agustín Castaño, es seguidor.

En esta iglesia se han sucedido las intervenciones para su recuperación: en 1972 se desmontó y reconstruyó el coro; en 1995 se acometió una amplia intervención en la que se recuperaron las cubiertas, la torre, el campanario, los ventanales y las fachadas; y en 1997 y 1998 el retablo mayor fue restaurado.

RD/Agencias

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Autor

José Manuel Vidal

Periodista y teólogo, es conocido por su labor de información sobre la Iglesia Católica. Dirige Religión Digital.

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