A lo largo de la vida de la comisión, apunta Menéndez, se escuchará a las víctimas para que "cuenten su experiencia". "Se pueden incluir sus sugerencias", añadió el obispo. ¿Suficiente?
(Jesús Bastante).- Francisco Javier está «indignado». El nombramiento del obispo de Astorga como presidente de la ‘Comisión Antipederastia’ ha revuelto las tripas de la víctima de los abusos de Ramos Gordón en La Bañeza. Un dolor que se torna en indignación cuando, ayer mismo, la Vicaría Judicial de la diócesis se ha negado a entregarle, como es preceptivo en cualquier proceso judicial, una copia de las actas y el expediente de su juicio canónico.
«¿Esta es la tolerancia cero que predican, esta es la apertura?», denuncia Francisco Javier a RD, mostrando la carta firmada por el vicario judicial de Astorga, Mario González Martínez, en la que afirma que «las actas y todo el expediente del procedimiento al que Vd. se refiere han sido remitidos a la Congregación para la Doctrina de la Fe, dado que los delitos juzgados están reservados a dicho organismo de la Santa Sede».
La respuesta se da al requerimiento que Francisco Javier hizo el pasado 8 de octubre a la diócesis «como primer interesado y perjudicado (víctima reconocida)» para que «me sea remitido el expediente del citado procedimiento». «Simplemente no quieren enseñar mi expediente, porque quizás tengan mucho que ocultar», lamenta Francisco Javier. «Esto no va a cambiar. Esto no tiene ninguna intención de cambiar».
Entretanto, ayer se produjo la primera reunión de la comisión presidida por el obispo de Astorga, quien en una entrevista a ABC asegura, rotundo, que «yo no encubrí ningún caso. Cuando llegué a la diócesis, ya estaba finalizado el caso. Lo envié a la Congregación de la Doctrina de la Fe y la congregación envió una respuesta. Se lo comuniqué a la víctima e hice cumplir la pena al sacerdote. Luego la víctima lo hizo público».
En declaraciones a La Rioja, Menéndez apunta que «han sido años de mucho dolor. Mucho dolor para las víctimas y para la Iglesia«, al tiempo que se compromete a «avanzar más en la prevención de los abusos y en el acompañamiento de las víctimas para ayudarles y estar cerca de los que han sufrido estas cosas execrables».
A lo largo de la vida de la comisión, apunta Menéndez, se escuchará a las víctimas para que «cuenten su experiencia». «Se pueden incluir sus sugerencias», añadió el obispo. ¿Suficiente?
