Esperan que el compromiso del Gobierno, en el Vaticano, provoque un cambio en la actitud de la CEE

Las víctimas reciben con «esperanza» el anuncio de que los abusos a menores no prescriban

"Confiamos en que de una vez la Iglesia esté a la altura de sus valores y exija responsabilidades"

Las víctimas reciben con "esperanza" el anuncio de que los abusos a menores no prescriban
El tormento de las víctimas de abusos

El enemigo no son las victimas que denuncian, están intramuros: son los que encubrieron a los delincuentes con sotana y alzacuellos, ellos son los enemigos auténticos de la Iglesia Católica

(Jesús Bastante).- El anunciado encuentro entre la vicepresidenta Carmen Calvo y el secretario de Estado Pietro Parolin, cuyo tema estrella parecía ser el futuro de los restos de Franco, trajo un anuncio inesperado: el del Gobierno, que aprovechó la cita en el Vaticano para «informar a la Santa Sede de las modificaciones en el Código penal para conseguir» que los delitos relativos a los abusos sexuales «sean imprescriptibles».

Al anuncio se sumaba el hecho de que el Vaticano, según el relato de Vicepresidencia, «ha trasladado su preocupación, compartida por el Gobierno, por dar justicia a las víctimas de abusos y prevenir estos hechos en el futuro». Una frase que podría quedar relegada en un segundo plano, pero que aporta un matiz: tanto el Gobierno español como la Santa Sede quieren «dar justicia» a las víctimas.

El Ejecutivo socialista eligió conscientemente hacer este anuncio (que afecta a todos los abusos, no sólo a los que se producen en la Iglesia) en Roma, después de la cascada de nuevas acusaciones contra la falta de actitud de la Iglesia española para frenar esta lacra, y sabiendo que la Santa Sede no está de acuerdo con la ‘Comisión Antipederastia’ anunciada por el Episcopado.

 

 

¿Y qué dicen las víctimas? Más allá de las dudas, planteadas en algunos medios, acerca de si el Gobierno pretendía instrumentalizar a los supervivientes, éstos ven la noticia como «una noticia esperanzadora y muy positiva«. Para Juan Cuatrecasas, el ‘padre coraje’ de Gaztelueta, «algunos llevamos tiempo reivindicando la no prescripción de estos terribles delitos y así lo hemos hecho saber incluso en una reunión en sede parlamentaria con miembros del grupo socialista, antes de la moción de censura al gobierno del PP, y a otros grupos mediante el envío de un documento en donde incluíamos más medidas».

Por ello, «consideramos que es muy positivo para las victimas que el Gobierno español plantee esa postura en sede vaticana». En su opinión, «la prevención es importante pero creemos que no lo es menos la provención, el reconocimiento y la reparación a todas las victimas de abusos y agresiones sexuales por parte de los órdenes civil y también canónico».

«Es de agradecer la postura de este Gobierno en su movimiento en defensa de las victimas, y pedimos que todos los grupos del arco parlamentario español se sumen a la condena de estos delitos y a la exigencia de que la Jerarquía eclesiástica española reconozca y resarza a las victimas y haga cumplir las responsabilidades de quienes cometieron los delitos y también de quienes los encubrieron», subraya Cuatrecasas, quien pide «justicia y Verdad, Prevención y provención, reconocimiento y reparación«.

 

 

Por su parte, Javier, la víctima de abusos en La Bañeza (Astorga), se muestra feliz por el anuncio. «Me alegro un montón, porque lo que busco, lo que buscamos todos, es proteger a los niños».

«A las víctimas hay que atenderlas, repararlas y reconocerlas, y después ya hablamos de perdones», subraya Javier, quien añade que «tiene que haber acciones concretas. No olvidemos casi todos estos crímenes se cometieron en una democracia, ahí el Gobierno tiene que decir algo, y hacerse cargo de las víctimas inmediatamente, de todas. Si no, todo lo que se haga y se diga es absurdo».

¿Servirá esto para que la Iglesia española cambie su actitud ante las víctimas? Juan Cuatrecasas espera que sí, aunque, avisa, «las víctimas estamos ya un poco cansados de tantas peticiones de perdón que no se ven acompañadas de acciones contundentes».

«Confiamos en que de una vez la Iglesia esté a la altura de sus principios y valores, y exija responsabilidades a los miembros que cometieron y encubrieron esos delitos«, porque «el futuro de la Iglesia depende de ello».

«El enemigo no son las victimas que denuncian, están intramuros: son los que encubrieron a los delincuentes con sotana y alzacuellos, ellos son los enemigos auténticos de la Iglesia Católica», concluye Cuatrecasas.

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Autor

Jesús Bastante

Escritor, periodista y maratoniano. Es subdirector de Religión Digital.

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